Laura Escalada: “Ese bandoneón está muy bien guardado y va a quedar para alguien que lo tome realmente en serio”

Laura Escalada es la presidenta de la Fundación Astor Piazzolla y su viuda. Ha recorrido el mundo compartiendo su obra y recuerda sus visitas a Mar del Plata y la relación que Astor mantenía con los jóvenes.

Laura Escalada asegura que "todos los días" recuerda a Piazzolla. Foto: Gentileza Laura Escalada

13 de Abril de 2024 11:45

“Con la fundación, nosotros hace ya más de 30 años que salimos al mundo para hablar de Astor y llevar su música. No te olvides de que la música que él escribió es música inmortal. Él ya quedó como un clásico de todo el mundo, lo importante es la trascendencia y nosotros estamos en un país muy lejano”, comienza diciendo Laura Escalada, viuda de Astor Piazzolla y presidenta de la Fundación que lleva su mismo nombre.

Las historias se suceden y los años pasan rápidamente, así como los distintos lugares del mundo, cuando uno habla con Laura Escalada. Los años vividos junto a Astor Piazzolla la hacen parte de la historia, una historia que ella, desde la fundación, ya hace más de 30 años busca compartir con todos.

-Los primeros que se dieron cuenta de lo que hacía Astor fueron los jóvenes, ¿Cómo era su relación con ellos?

- Lo principal de todo esto es que Astor, cuando comienza a desarrollar su música, lo hizo para los jóvenes. Fueron los jóvenes quienes lo inspiraron. Fue un hombre que estudió muchísimo, no era un improvisado. No era un hombre que tocaba el tango. Era un hombre que, además, desarrolló el tango para el mundo entero. En estos momentos, te diría que vos decís tango afuera y lo primero que te dicen es Astor Piazzolla. Y te lo dicen los grandes de la música de otros países. Tenemos el orgullo de tener un genio musical que es argentino, que es tanguero. Porque la música de Astor, la escuches por donde la escuches, es tango. Siempre está la impronta y el ritmo del tango dentro de sus obras. Hay que saberlas interpretar y los jóvenes fueron los primeros que la interpretaron. Entonces, cuando vos ves que en otros países aprecian tanto a un hombre con su música, con su impronta argentina, la que nunca dejó, pero que la llevó a un estrato musical muy superior, y que aquí no se lo haya considerado por tantos años, sino por el contrario, lo llamaron asesino del tango, había que superar todo eso. Y él lo superó, hasta que se fue de esta tierra. Pero le costó horrores. Yo te diría que le costó la vida, pero puso su vida y su pasión en este cambio, en este desarrollo.

Si algo lastimaba a Piazzolla eran las críticas. Muchos, la mayoría, no podían salir del pasado. Costaba la música de Astor. Por eso Laura enfatiza: “Yo todo eso no lo tomo en cuenta, excepto pocas personas que lo descubrieron enseguida, lo defendieron, le dieron el valor que tenía y le dieron la fuerza que tenía para seguir adelante. Eso fue en su propio país, pero como te digo, los jóvenes entendieron todo rápido. Los jóvenes captaron el mensaje de Astor inmediatamente, con una mente más clara, más pura, sin influencias, sin escuchar palabras huecas y sentir y tener le sentimiento en sus propias vidas. Entonces, ellos fueron los que realmente siguieron y apuntalaron la música de Astor”.

- ¿Qué decía él de su propia música?

- La música era su pasión, era su vida. No se persigue un fin, se siente y se expresa musicalmente. Se escribe y luego se la da a conocer. La música no es una mercancía. A veces cuesta más en descubrirlos, pero son los que abren el camino a la cultura, como a la lectura, a la música, a los instrumentos. En fin, es una vasta gama de creación que nos ofrecen a los legos. Él fue un gran ejecutor de un instrumento bastante complejo, como es el bandoneón.

- ¿Ese bandoneón Doble A volvió a sonar?

-No, esos bandoneones están muy bien guardados, muy bien cuidados. Y van a quedar, evidentemente, para alguien que los tome realmente en serio. Con esto quiero decirte que yo no puedo donar un bandoneón a un famoso o a un instituto, a un lugar cuidado por el Gobierno de la ciudad u otros cuidados vaya a saber por quién, porque nunca sabemos si van a seguir o no van a seguir, si van a  desmantelarlos a esos lugares o se van a quedar con el bandoneón. Hoy no se sabe quién o cómo lo van a proteger a ese legado. Ahora lo hago yo.

Astor Piazzolla nació en Mar del Plata el 11 de marzo de 1921. Vivió en el chalet de dos plantas de la calle Alberti 1561 (hoy con su frente pintado de amarillo y rojo, donde venden empanadas). Partió de la ciudad hacia Buenos Aires y luego a París, pero amaba su ciudad natal. Laura lo manifiesta de esta manera: “Ah, la quería muchísimo a Mar del Plata. La amaba. Lo que pasa es que, como vivimos mucho en el exterior, nos tuvimos que ir por fuerza porque acá no pasaba nada, entonces cada vez que veníamos, íbamos a Mar del Plata. Primero porque estaba la mamá de Astor viviendo allí y después porque era su ciudad natal. Tenía siempre un recuerdo muy especial, la quería mucho. Hemos ido mucho a Mar del Plata en diversas épocas y en diversos momentos. Al principio mucho más, cuando estaba la mamá. Después, cuando falleció, tardamos un poco más en volver, pero cuando volvíamos, lo primero que hacíamos era ir a un hotel a Mar del Plata, porque ya no tenía nada allá, solo la casa de su mamá, pero no sé a dónde fue a parar.

Piazzolla dejó su huella en la historia del tango, en la historia de la música. Componía en el piano, pero era uno con su bandoneón. La última pregunta tiene que ver con el instrumento, pero también con el propio ejecutante y los recuerdos de Laura Escalada.

-Laura, ¿Qué olor tiene ese bandoneón?

- Es un olor característico. El olor al bandoneón es hermoso, es un instrumento muy precario como instrumento en sí, pero tienen un olor en particular y, además, tiene el olor de Astor, porque él y el bandoneón eran un solo bloque, una sola persona, como si el bandoneón se hubiera fundido en los brazos de Astor. Lo recuerdo todo el tiempo.