Adolescentes: en la fina línea entre la moda, las influencias y las frustraciones

La moda no es solo estar al día con la ropa que se usa. Puede ser mucho más grave de lo que parece, sobre todo en los y las adolescentes. La influencia de la moda en los jóvenes desde la mirada de la psicología.

Hay que saber vivir con frustración, es la recomendación de la psicóloga.

1 de Julio de 2024 18:23

En una sociedad invadida y regida por la imagen, palabras como moda o influencer deberían provocar una mayor preocupación que la que se detecta hoy en día. Las y los adolescentes están en pleno desarrollo de su identidad y suelen buscar en las modas o en las tendencias una forma de expresión o pertenencia. Los resultados no siempre son los mejores, esta búsqueda puede conducirlos a la fragilidad por presiones sociales, traumas, baja estima, trastornos alimenticios o frustraciones que se pagan mucho más caro si se genera un riesgo psicológico.

“Creo que lo mejor es empezar explicando qué es la adolescencia en comparación con lo que era antes. Por ejemplo, antes era un ciclo vital de seis o siete años, desde los 12 a los 18 aproximadamente, y ahora empieza un poco antes y en realidad parecería que no termina o se va cancelando de a poco. Por ahí vemos personas de 30 años que adhieren a la moda como si fuesen adolescentes y te podría decir que podemos hablar de más años también”, comienza diciendo la psicoanalista Alejandra Linardi (MP 45849). Y agrega, “Todo esto tiene que ver con la sociedad y esta idea de juventud eterna, donde se ve a la juventud como el ciclo vital ideal por excelencia. La moda siempre existió entre los adolescentes, pero estaban más influidos por el entorno más cercano y por las publicidades o comerciales a los que uno tenía acceso, más que nada de la televisión que te mostraba que eras feliz si tomabas cerveza con tus amigos en una pileta y las chicas en biquini o en un auto. A eso, hoy hay que agregarle todo lo de las redes sociales y, sobre todo, la figura del influencer”.

El observatorio de palabras de la Real Academia Española ha dicho sobre la palabra influencer que: “La voz influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales. Como alternativa en español, se recomienda el uso de influyente: Cómo ser un influyente en redes sociales. También serían alternativas válidas influidor e influenciador”. Pero nada ha dicho sobre su lugar en las sociedades de hoy y las circunstancias que pueden acarrear también.

Un mensaje que termina siendo violento porque se exige una belleza que es irreal.

“Son esos personajes nuevos donde muestran como verdad una irrealidad. Porque en realidad, ellos mismos se muestran de una manera que no es la real y comentan formas de vida que ni siquiera para ellos existe, pero son tomadas por las y los adolescentes como verdades y ahí viene una complicación”, sostiene Linardi.

- ¿Por qué sería así?

- Bueno, la adolescencia, como característica, es una vulnerabilidad, una posible vulnerabilidad psíquica, porque vos estás perdiendo el cuerpo infantil, es decir que dejás de ser niño; perdés la idealización de tus padres porque ya no son los perfectos de la niñez, y perdés el sistema de creencia, lo que vos creíste hasta ese entonces se va rompiendo y ahí generás una vulnerabilidad que te genera angustias, miedo al rechazo, y ahí tiene su mejor entrada la moda, porque vos necesitás pertenecer y necesitás ser aceptado. Por eso, tenés que adosarte a un discurso o a una forma de vivir, entonces aparecen las complicaciones. Es así porque, si en realidad vos a esa adolescencia la vivís de una manera muy vulnerable, con pocos recursos psicológicos, vas a ser que esa adherencia a esa moda sea más masiva y quieras copiar exactamente lo que trae un influencer, por ejemplo, y eso te trae mucha frustración.

- ¿Se puede dar un ejemplo?

- Claro, por ejemplo, vos ves en Instagram el cutis de las mujeres y están todas con filtro o los glúteos están todos tocados digitalmente, y las enfrenta un sujeto real que se enfrenta a un espejo y se da cuenta de que es imposible conseguirlo, pero sigue siendo como una meta a alcanzar y eso es lo traumático, porque nunca vas a alcanzar un cutis que sea un terciopelo así, porque si sos adolescente tenés granos y ahí es donde se va chocar con la frustración y la angustia. Tenemos que aclarar algo también, porque hay gente que piensa que la moda es ropa nomás. Y no. También es la forma de vivir, la forma de divertirse, si no hay alcohol no hay diversión, el uso de bebidas energizantes, que es una tendencia mundial ahora, porque si no te divertís o no estás muy despierto, con una bebida energizante sí lo estás. O el uso del tabaco o de algunas drogas en lugares particulares como las fiestas electrónicas. Toda moda o tendencia se tiene que aceptar con límites, porque si uno no está bien, psicológicamente hablando, eso puede resultar realmente peligroso y cuál sería la variable acá, los patrones de crianza. Si vos fuiste un niño respetado, aceptado y querido vas a estar mucho mejor parado ante esto y vas a tener cierto criterio, que si no lo tuviste.

La pelea es más dura hoy en día porque por las redes sociales se está todo el tiempo consumiendo este tipo de contenido. Es un bombardeo repitente durante horas y horas de estímulo que, pasado determinado tiempo, naturalizás que todo lo que dicen es alcanzable y es, sobre todo, necesario que lo alcances para hacer algo mejor de vos.

Alejandra Linardi pone un ejemplo: “Incluso las modas de la alimentación como el veganismo, si bien tiene una cuestión más justificada y con fundamentos, se ha convertido en una moda a la que muchos jóvenes adhieren porque es una manera de identificarse: ‘Somos veganos o vegetarianos’, y eso genera muchas veces complicaciones en un adolescente que está pasando por una instancia de fragilidad psicológica, donde está con más posibilidades de tener trastornos en la conducta alimentaria como la bulimia o la anorexia. Si encima le metés un bombardeo mediático sobre la alimentación, sobre lo que tenés que hacer con tu cuerpo, lo que tenés que tener y cómo ser feliz con ese cuerpo, puede haber una preponderancia de más trastornos de la conducta alimentaria, que de hecho los hay ya hoy. Desde hace años, por ejemplo, que se busca desterrar el modelaje con la delgadez extrema por lo que provocaba en las chicas”.

- ¿Y cómo termina todo eso?

- Imaginate, al tener un bombardeo constante de lo que tenés que lograr, más la vulnerabilidad psíquica de la edad, más los pares que también se adosan a esa moda y además forjan esto de: “No importa ser feliz si encajás en determinado mundo”, hace que la ecuación genere que uno hasta termine haciendo lo que no quiere hacer por eso. De hecho, hasta no hace mucho, habían muerto personas por tomar drogas, por ejemplo, en recitales electrónicos porque se ha instalado que para estar ahí había que hacerlo.  No quiero ser trágica, pero ahí hay una cuestión de que, con tal de pertenecer, podés llegar a morir.

La psicóloga psicoanalista señala también que, “No se puede huir del todo de la moda, siempre quedamos atrapados de alguna manera todos en este circuito, pero lo importante es conservar un equilibrio, ni adherirse totalmente, ni salirse, porque también en la adolescencia, el salirse del rebaño tienen un costo psicológico que es el de ser diferente y soportar esa mirada de ser el diferente muchas veces produce aislamiento, depresión e intentos de suicidios. Entonces, se trata de encontrar el equilibrio. Estamos bajo el efecto de una cultura, podemos adherirnos a una moda, pero con ciertas reservas y teniendo el cuidado necesario de la salud física, tanto como de la psicológica.

Estamos bajo el efecto de una sociedad cruzada por la imagen.

- ¿Qué pueden hacer los padres ante situaciones como estas?

- Los padres, una vez que esta situación se instala, porque en realidad la prevención es criar un hijo con lo que decíamos antes, pero si esto no sucedió y uno encontró un adolescente bajo estas circunstancias, lo que uno tiene que hacer es empezar a comunicarse con él o ella sin prejuicios, tratar de acercarse y apoyarlo para que esas emociones las pueda ubicar en otro lado, tramitarlas en otro lado. A veces la ansiedad, la angustia o el miedo al rechazo hacen que una persona caiga, entonces, por ahí hacer otra cosa con esa ansiedad, esa angustia y ese miedo al rechazo, como podría ser un deporte o ser valorado en voluntariado o ir a un tratamiento psicológico, si se requiere, pero en realidad se debe gestionar esa emoción de una manera diferente y no por medio del consumo. Muchas veces las cosas suceden por emociones que no se tramitan donde corresponde, entonces una persona termina tomando de más o entrando en una anorexia. La idea es que, como padres, acompañen la situación emocional de su hijo. Todos estamos atravesados por una moda, una forma de ser feliz y de vivir, bueno, hay que ver cuánto de criterio propio le podemos poner a eso y vamos a depender mucho de nuestra estructura psicológica.

Cierra la psicóloga Linardi: “Hay que saber vivir con frustración, entender que todo no se puede y que nunca se va a llegar al ideal. Uno tiene que aceptar la frustración, eliminarla y entender los tiempos de cada uno, así como las posibilidades de cada uno. A veces nos encontramos con personas que quieren ser un tipo que no lo van a ser nunca y esto no es cruel, es aceptar y poder entender que te va a frustrar, pero que podés hacer otras cosas, no solo las que la moda impone. Hay que concentrarse más en tratar de ser feliz que en lograr encajar perfecto en un modelo que te proponen y que no es real, más que nada en la estética y en la violencia de la imagen, de los patrones de belleza, porque termina siendo violento porque se le exige a una persona una belleza que es irreal. Entonces, es ahí donde hay que entender que lo que se vende no es lo que realmente existe, es una irrealidad lo que vende un influencer.