Un pueblo invadido por miles de loros y la pesadilla para los ciudadanos

La insólita situación en la localidad de Hilario Ascasubi es cada vez más insostenible, desde que viven cerca de 8.000 ciudadanos y alrededor de 70.000 loros.

En Hilario Ascasubi hay más loros que personas y los habitantes viven una pesadilla

19 de Julio de 2024 11:18

Por Redacción 0223

PARA 0223

Una plaga bíblica ha caído sobre el pueblo de Hilario Ascasubi en Provincia de Buenos Aires. Miles de loros barranqueros, aves de colores vibrantes pero comportamiento aterrador, convirtieron la vida de sus 8.000 habitantes en un infierno.

"No se puede vivir", claman los desesperados vecinos. El ruido ensordecedor de las aves, día y noche, impide el descanso y la comunicación. Sus excrementos, como una lluvia, ensucian las calles, los autos y hasta los juegos infantiles. Pero lo más aterrador es la amenaza de la psitacosis, una enfermedad infecciosa potencialmente mortal que transmiten los loros.

 

Las autoridades están desesperadas. Han probado métodos inútiles como campañas de ruido y luces láser, pero los loros, astutos y adaptables, se burlan y siguen con lo suyo. Las cuadrillas de limpieza trabajan sin descanso, pero la suciedad es abrumadora.

"Es una pesadilla", afirma la concejala María del Valle Otero. "Los loros son como una plaga bíblica. Nos han invadido y no sabemos qué hacer."

El problema tiene raíces profundas. Hace años que los loros vienen invadiendo la zona, atraídos por la destrucción de su hábitat natural y la abundancia de comida en los campos de girasol. La Fiesta de la Cebolla, un evento local, tuvo que suspender su show musical por un apagón causado por estas aves rapaces.

En Hilario Ascasubi hay más loros que personas y los habitantes viven una pesadilla

Las pérdidas económicas son millonarias. Las cooperativas eléctricas y los proveedores de internet sufren daños por los cortes de energía y las interrupciones del servicio. Los vecinos también pierden dinero, ya que los loros dañan sus cables y antenas.

¿Habrá solución? La comunidad está dividida. Algunos exigen medidas drásticas, incluso el sacrificio de las aves, mientras que otros abogan por soluciones más amigables con la naturaleza.