Insólito: jugó dos Mundiales, luchó por el Balón de Oro y se retiró para vender aspiradoras
Del brillo de los estadios al éxito empresarial: el ídolo del fútbol internacional, que cambió la gloria deportiva por la satisfacción personal y no se arrepiente.
Por Redacción 0223
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Bajó del olimpo del fútbol para reinventarse por completo. Tomas Brolin, una de las grandes figuras del fútbol internacional de los ‘90, pasó de ser candidato al Balón de Oro a empresario de éxito en un rubro tan impensado como las aspiradoras. Su historia, tan insólita como inspiradora, vuelve a ser tema de conversación tras una entrevista que reavivó su sorprendente retiro.
Jugó dos Mundiales, fue goleador de la Eurocopa 1992 y llevó a Suecia al histórico tercer puesto en Estados Unidos 1994. A los 24 años, Tomas Brolin era una estrella global del fútbol internacional: cuarto en la votación del Balón de Oro, detrás de leyendas como Stoichkov, Baggio y Maldini. En el Parma, su talento deslumbró con títulos europeos que lo colocaron entre los mejores del planeta. Pero en pleno ascenso, tomó una decisión que desconcertó al mundo: dejarlo todo a los 28.
Su traspaso al Leeds United en 1995 marcó un antes y un después. “Inicialmente era divertido entrenar cada día, pero sobre el final ya no lo era”, confesó años después. Esa chispa que lo impulsaba desde niño se había apagado. Ni su breve paso por el Zurich ni su intento de regreso al Parma lograron reavivarla. Brolin entendió que su felicidad no dependía del balón.
En su reciente diálogo con La Gazzetta dello Sport, fue tajante: “La vida es demasiado corta para hacer cosas aburridas. No hago cosas que no disfruto”. Con esa filosofía, decidió seguir su curiosidad y fundar una empresa de aspiradoras. “Me sentí literalmente atraído”, recordó con humor. Lo que para muchos fue una locura, para él significó libertad y propósito.
“En aquel entonces todos me decían que a los 28 años era demasiado pronto para jubilarme”, relató. “Pero yo respondía: depende de lo que hayas hecho en esos 28 años. Ya había logrado mucho”. Con una madurez precoz y una mente inquieta, Brolin eligió desafiar las expectativas y abrir un camino fuera del fútbol, guiado por la pasión y el instinto.
Hoy, el ex ídolo sueco sigue vinculado a la competencia, pero desde otro ángulo: apunta a vender 130.000 aspiradoras por año con su empresa. Aún ve los partidos que le interesan, aunque lo deja claro: “No puedo decir que no podría vivir sin el fútbol. Sería una mentira”. Su historia demuestra que el éxito no siempre se mide en goles, sino en la capacidad de elegir el propio destino.
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