Controlan plagas, pero se volvieron un problema para los marplatenses: en 20 años se duplicó la población de chimangos en zonas urbanas
Es común verlos sobrevolar la ciudad. En los últimos años, migraron hacia la zona urbana por múltiples causas. Estiman que hay cerca de 60 ejemplares por km2 en el Partido de General Pueyrredon.
Por Redacción 0223
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En 1870, para controlar las plagas de langostas y orugas que afectaban las cosechas, se impulsó la introducción de Passer domesticus como forma de control. La especie se adaptó y hoy es común ver gorriones en todo el país. Algo similar pasó con los chimangos que, desde hace 20 años duplicaron su población y hoy se convirtieron en un dolor de cabeza para muchos vecinos de la zona urbana de Mar del Plata.
Según las estadísticas oficiales hay, en el partido de General Pueyrredon una densidad poblacional de chimangos de 60 ejemplares por km2 y la cifra asciende a 80 en zonas rurales. “Décadas atrás el chimango era un pájaro raro de encontrarse en Mar del Plata”, indican los especialistas.
De acuerdo a los especialistas, el aumento de la presencia de ejemplares en la zona urbana de Mar del Plata no solo transformó el paisaje, sino también la relación entre las personas y las aves rapaces. ”El chimango pasó de ser un habitante del campo a un símbolo de la adaptación de la fauna a los entornos modificados por el ser humano”, dicen.
La presencia de estas aves rapaces es cada vez más habitual y refleja no solo la capacidad de adaptación de la especie, sino también la pérdida de ecosistemas naturales.
“El chimango (Milvago chimango) es un ave rapaz de tamaño mediano, perteneciente a la familia de los halcones. Su plumaje pardo, su vuelo sereno y su aguda inteligencia lo convierten en un observador discreto pero constante del entorno humano”, indica la descripción disponible.
Lo cierto es que el chimango posee una dieta variada y flexible: consume pequeños roedores, insectos, restos de comida y carroña. Esta versatilidad lo convirtió en un eficaz regulador de especies abundantes como las palomas y los ratones, desempeñando un papel ecológico relevante en el equilibrio urbano.
Originalmente, el chimango habitaba zonas abiertas, pastizales y campos de cultivo. En estos ambientes encontraba alimento variado, sitios seguros para anidar y un equilibrio ecológico que regulaba su población.
La expansión urbana modificó profundamente estos espacios. La fragmentación del hábitat y la reducción de presas naturales lo empujaron hacia las ciudades, donde encontró nuevas oportunidades: refugios, ausencia de depredadores y abundancia de basura o animales domésticos.
Sin embargo, una vida plena para esta especie depende de condiciones que el ambiente urbano muchas veces no garantiza. La contaminación, el tránsito, la escasez de árboles para anidar y la mala gestión de residuos generan riesgos constantes para su salud y supervivencia.
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