Crimen de Luciano Olivera: declaran los últimos testigos y se realizan los alegatos
El juicio al oficial de policía Maximiliano González finaliza este viernes. Por la tarde el jurado popular recibirá las instrucciones para debatir.
Por Redacción 0223
PARA 0223
La cuarta y última jornada del juicio en el que un jurado popular definirá la culpabilidad o no culpabilidad de Maximiliano González, el oficial de policía acusado de matar al adolescente Luciano Olivera hace casi cuatro años en Miramar, se dividirá en tres partes: testigos finales, alegatos e instrucciones para que puedan deliberar.
En la sala del entrepiso de Tribunales los doce jurados titulares y los seis suplentes escucharán a los últimos tres testigos propuestos por la defensa del imputado del delito de homicidio triplemente agravado por su condición de miembro de fuerza de seguridad, uso de arma y alevosía.
A su término se harán los alegatos de las partes: iniciará el fiscal Fernando Berlingeri, continuará el abogado Gregorio Dalbón y cerrará la defensa oficial de González. Posteriormente el Juez Facundo Gómez Urso les dará las instrucciones al jurado para que pueda deliberar.
En la investigación que llevó adelante la fiscal Ana Maria Caro también están imputados Nelson Albornoz, Kevin Gerricagoitía, Rocío Mastrángelo y Alejandro Cepeda por delitos como incumplimiento de los deberes de funcionario público, encubrimiento y encubrimiento agravado. Sin embargo, la situación de todos ellos ser resolverá en debates que se harán en la Justicia Correccional.
Gatillo fácil
En la madrugada del 10 de diciembre, un móvil del Comando de Patrullas de Miramar acudió tras un llamado al 911 al anfiteatro ubicado en el centro de la ciudad y comenzó a perseguir la moto Yamaha YBR 125 que manejaba Luciano Olivera hasta la avenida 9 entre calles 34 y 32.
La víctima se encontró de frente con otro patrullero, una camioneta Toyota Hilux de la que descendieron tres uniformados. En ese momento Maximiliano González –que estaba ubicado en la parte trasera izquierda del rodado- le apuntó con su pistola marca Bersa calibre 9 milímetros -que contaba con 14 municiones- y le disparó a una distancia mayor a un metro.
Tal como se informó oportunamente, las pericias determinaron el normal funcionamiento del arma en los seguros y en el resto de los mecanismos, lo que descartó el supuesto disparo accidental que el imputado les dijo a sus compañeros.
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