Algo sigue oliendo mal en el puerto: el problema de las harineras no les da paz a vecinos y comerciantes
Pasan las décadas y el problema que emana de las harineras continúa. Los olores nauseabundos complican la vida de vecinos, turistas y comerciantes del puerto y Punta Mogotes.
Por Redacción 0223
PARA 0223
La problemática por los olores nauseabundos que emanan las harineras del Puerto de Mar del Plata es de larga data y, lamentablemente, parece no tener una solución cierta. O por lo menos una firme determinación por parte de las autoridades y las empresas de terminar con esta situación que por momentos hace “invivible” la zona.
Los vecinos y comerciantes del puerto de la ciudad son los que sufren esta situación, que inclusive puede traer complicaciones a la salud para aquellos que están más cerca de las fábricas que hacen harina de pescado.
La mayoría de los consultados por 0223 coinciden en que “en comparación con otras épocas ahora se nota menos”, pero no deja de ser un problema. Es que con el correr de los años, en la zona sólo quedan dos empresas que se dedican a esta tarea: Coomarpes y Agustiner.
“Hay momentos del día en que el olor ingresa a las oficinas y es insoportable, invade todo el lugar, y también los autos que están estacionados, se te impregna en la ropa y en la piel”, señalaron dos empleados de una empresa despachante de aduana cercana a la banquina chica, en el corazón del puerto local.
“El olor puede ser en cualquier momento del día”, indicó una trabajadora de esa oficina, quien también sostuvo que hay otro momento que se destaca en cuanto a la operatoria de las fábricas, y “es cuando pasan los camiones con la materia prima para la harina de pescado, que es pescado básicamente podrido, eso es lo peor”.
En esa misma línea, el encargado de un reconocido comercio gastronómico de la zona de Punta Mogotes, frente a la Reserva Natural del Puerto, sostuvo que "por momentos se torna insoportable" y que "los clientes se quejan de que no se puede comer en las terrazas" que el local dispone con vista hacia el mar. "Acá tenemos que cerrar todo porque el salón se llena de olor y es irrespirable", señaló.
A pocos metros de la empresa despachante de aduana, Raúl, encargado de uno de los reconocidos restaurantes del Centro Comercial del Puerto, señaló que "hay veces que se huele fuerte el olor, pero es según el viento; hay otras en la que simplemente no se puede estar". Según el responsable del establecimiento, hay ocasiones en las que llega hasta "adentro del salón también". La clientela, por su parte, también reacciona: "Cuando la gente viene y siente ese olor, se le explica cuál es el problema. Les contamos que sucede según el viento, no es que culpemos a alguien en particular. Acá en el salón, los extractores sacan los olores en parte, pero sigue siendo fuerte", concluyó.
Las zonas afectadas por esta problemática son muchas, y van desde el puerto (donde se originan) hasta Punta Mogotes, Faro Norte, Villa Lourdes, Las Avenidas, Colinas de Peralta Ramos, y la zona de calle Alem y barrio San Carlos.
Leé también
Temas
Lo más
leído