Siniestro: dijo que su esposa lo abandonó, pero sospechan que la asesinó y tiró su cuerpo a una laguna

El sospechoso mostró contradicciones en sus testimonios y, en su última declaración, señaló que su pareja cayó al agua durante un viaje y se ahogó.

La mujer está desaparecida desde el 17 de enero.

13 de Marzo de 2025 11:17

Por Redacción 0223

PARA 0223

Un estremecedor misterio se mantiene como incógnita desde hace dos meses, cuando se confirmó la desaparición de Rosmery Aramayo Torres, una mujer de 50 años oriunda de  la ciudad salteña de Salvador Mazza. Por lo pronto, no hay noticias de la señora desde el 17 de enero y la Justicia considera que su pareja la mató e inventó una coartada poco creíble, lo que lo convirtió en el principal sospechoso de un presunto femicidio. 

José Eduardo Miranda, de 51 años, mantuvo una relación de concubinato con la presunta víctima a lo largo de más de dos décadas. En principio, el hombre había declarado que su pareja lo había dejado por otro sujeto y que se había ido a vivir a Bolivia. Incluso, la denunció por abandono de persona, pero aquella versión inicial se desmoronó rápidamente. Pronto, una cámara de seguridad mostró que los dos viajaron juntos en la camioneta del individuo hacia el chaco salteño.

La evidente contradicción obligó al acusado a modificar el relato y señaló que Rosmery había tenido un accidente: explicó que cayó en una laguna cuando caminaban ese viernes. Además, Miranda confesó que había llevado a cabo el recorrido de 140 kilómetros adentrándose en el departamento Rivadavia, que ambos cruzaron la localidad de Santa Victoria Este y que en un sector conocido como “Pozo la Yegua”, donde hay agua por el desborde del río Pilcomayo, ella se ahogó.

Por las inconsistencias en las declaraciones y la preocupante falta de pruebas, la Fiscalía tomó medidas drásticas y, una semana después de la desaparición, la Policía detuvo al marido de la víctima por homicidio calificado por el vínculo mediado por violencia de género -femicidio-. De todas formas, las recientes investigaciones llevaron a que las autoridades sospecharan que no actuó solo.

A principios del mes pasado, también fue apresado José Alfredo Miranda, el hijo del esposo de Torres, como presunto encubridor del crimen. En los últimos días, el procurador general de la provincia Pedro García Castella creó una unidad fiscal para que se aboque de lleno en la búsqueda de la mujer y se ordenaron una serie de rastrillajes en los lugares en los que se especula que podría estar el cuerpo.

La búsqueda se efectuó en una laguna ubicada en un puesto abandonado, denominado El Chivil, en el kilómetro 23 de ruta provincial 146, camino hacia Rancho El Ñato. Durante tres jornadas consecutivas trabajaron bomberos, policías y hasta miembros de los pueblos originarios, pero no hubo elementos a integrar al expediente. A su vez, se ordenaron pericias en la casa que ocupaban en un barrio ferroviario.