Para Todos: el programa que encantó a los marplatenses con sus juegos, concursos y premios en los inolvidables 80
Solo estuvo al aire cuatro años y se transmitía los sábados por la tarde a través de la señal de Canal 8. Con competencias entre distintos colegios por un viaje de egresados, premios para aquellos que enviaran sus cartas y ayuda a instituciones locales y de la zona, se quedó en el recuerdo de todos los marplatenses.
A finales de la década del 80, los sábados por la tarde, Canal 8 de Mar del Plata emitía un programa de televisión que cautivaba a toda la ciudad y la zona. Este programa rompía con los moldes de la televisión convencional. Por ejemplo, los conductores llevaban ropa informal, como camisas de mangas corta desabrochadas, rompían la cuarta pared o interactuaban con los camarógrafos y el director. También se movían por el estudio o subían a las gradas donde estaba el público y se sentaban a conversar con ellos. Estas disposiciones eran inusuales para la mayoría de los programas de la época.
Sin embargo, todos los sábados, de 16 a 20 horas, cuando comenzaba a sonar Agárrense de las manos de “el Puma” José Luis Rodríguez, Mar del Plata sabía que empezaba Para Todos, un espacio de entretenimiento y, para muchos, la oportunidad de ganar importantes premios y hasta un viaje de egresados.
Para Todos se emitió durante cuatro años en Canal 8 de Mar del Plata. Comenzó con la conducción de Orlando Marconi y Ricardo Pérez Bastida, y luego, al retirarse Marconi, se sumaron Adolfo "Fito" Cassini y Eduardo Zanoli.
"Era una época de oro de la televisión marplatense. Para mí, Para Todos fue la consecuencia de Sábados de Mar y Sierra, el programa de Jorge Marchesini en la década del 60. Tenía casi el mismo formato, se emitía los sábados y duraba cuatro o cinco horas también", recuerda Eduardo Zanoli, quien participó de ambos proyectos hasta el final.
El programa tenía una serie de elementos que lo convirtieron rápidamente en el elegido de los marplatenses. Uno de ellos era la competencia entre estudiantes de diferentes colegios de la ciudad y la zona por un viaje de egresados a Bariloche. La competencia era exigente: docentes de distintas asignaturas preparaban preguntas y juegos, ellos también desempeñaban el rol de jurados, para que, durante el programa, los estudiantes se esforzaran por alcanzar la instancia final para ganar su viaje de egresados.
Zanoli recuerda esos momentos: "Era intenso. A mí me tocaba esa parte y los chicos querían llegar a la final. Gritaban mucho y me acuerdo que nos tiraban monedas, querían ganar". El conductor lo recuerda todo con una sonrisa.
Otro punto fuerte del programa fue la colaboración con diversas entidades públicas de la ciudad y la zona. Gracias a esto, muchas instituciones de Mar del Plata pudieron mejorar sus instalaciones, adquirir maquinarias y equipos necesarios e incluso comprar insumos para desarrollar emprendimientos. Entre ellas se encontraron los bomberos, hospitales, Umadesca, la Cruz Roja, Apand, organizaciones civiles y muchas más.
La metodología era sencilla: se vendían bonos en distintos puntos de la ciudad y todo lo recaudado se destinaba a ayudar a las instituciones. Luego, los bonos se recolectaban y se introducían en un gran tambor. Se compraban grandes premios, hasta un auto, y se sorteaban en vivo. Lo más importante era la transparencia, ya que las mismas instituciones controlaban el dinero recaudado.
Para Todos logró combinar dos elementos claves que fueron la fórmula de su éxito y el motivo por el que hoy se lo recuerda con cariño: el entusiasmo del público por participar, para lo que debía enviar una carta y esperar a ser llamado por teléfono (fijo, obvio) para jugar y, en algunos casos, ir al canal para la gran final, y el gran apoyo de empresas y marcas. Esto, más el carisma de los conductores, lo convirtieron en “el programa" de los marplatenses.
Pero la propuesta no solo ofrecía juegos y diversión. También presentaba a músicos y artistas locales y de la zona: Telex, el grupo San Francisco, el grupo Bocacalle, que debutó en televisión en Para Todos, y muchos otros pasaron por su escenario.
Para Todos se había convertido en una gran vidriera para los espectáculos locales y esto se podía ver cada sábado. Muchos disfrutaron de su paso por el programa y de los beneficios que les generó.
La emisión televisiva se transmitía desde los estudios donde antes funcionaba el Cine Pueyrredón, junto a Canal 8. El estudio contaba con gradas para el público y los estudiantes que asistían al programa en vivo. Zanoli recuerda una anécdota sobre la gran cantidad de gente que asistía los sábados: "Había dos personas que iban todos los sábados al programa y se ubicaban en la tribuna: una abuela y un chico al que le decíamos 'Macetita'. Ese chico, que ahora es un adulto, trabaja en Canal 10 y se llama Claudio Figueroa" (hoy lleva adelante la página Historia de la Televisión marplatense).
Las anécdotas y los recuerdos se suceden. Zanoli se emociona y contagia esa vitalidad que da el hecho de ser parte de la historia de los medios masivos de la ciudad. "Una vez me mandé una macana, o al menos una macana para lo que era la época. Había una empresa que colaboraba mucho y se sorteaban fiambres y embutidos. Un día le dije a uno: 'A usted le doy esto' y le colgué una longaniza del cuello como si fuera un collar. Alguien de la tribuna me gritó: 'Eh, ¿le vas a dar todo eso?' y le respondí: 'A usted, por alcahuete, no le doy nada'. La gente empezó a llamar diciendo que no podía decir 'alcahuete' en cámara. Que cómo iba a decir eso", cuenta.
El 25 de diciembre de 1988, Para Todos llegó a su fin. Muchas personas pasaron por sus tribunas y participaron en sus juegos. Se enviaron muchas cartas y se realizaron muchas llamadas telefónicas durante los cuatro años que estuvo al aire. Curiosamente, quienes fueron consultados sobre el tema no recuerdan el motivo de su final. Quizás, como mecanismo de defensa que sirve para mantener vivos los recuerdos y las emociones que genera evocar el programa.
Para quienes vivieron esa época, hay palabras que resuenan en su memoria: "El pozo de la fortuna Radar", el juego "15 por 15", el "Buenas tardes Para Todos con Extracto de Blanco", el famoso "Cofre del 8", los premios en australes, el escribano Monopoli, el canto de los estudiantes "Es-cri-ba-no, Es-cri-ba-no" y la frase final que cerraba el programa: "Hasta el sábado que viene, Para Todos".
Para Todos fue un programa pionero. No solo fue el de mayor audiencia y el que más ayudó a organizaciones locales y de la zona, sino también el que más empatía logró con el público. Esto se debió a su transgresión para la época, al carisma de sus conductores y a la emoción que generaba en quienes asistían o participaban cada sábado, esperando un premio, alentando a un conocido o simplemente disfrutando de la compañía.
Para Todos encarnaba una tradición hoy poco frecuente en la televisión: hacer las cosas pensando en quienes lo miraban, por la compañía, la felicidad y el apoyo que brindaban.
Posiblemente, fuiste uno o una de los que se la jugó en la tribuna por el viaje de egresados o, quizás, el que intentó abrir el candado para llevarse un electrodoméstico. También puede ser que hayas estado en las gradas solo para alentar o en tu casa esperando que el teléfono sonara y 'Fito' Cassini te saludara con la consigna. Sea donde sea, Para Todos seguramente te hizo feliz.
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