Falta de obras, calles y barrios inundados y una ciudad en manos del cielo: la historia se repite en cada tormenta

En los últimos días hubo postales que se reiteran con cada lluvia fuerte, y que se sufren en los barrios por la falta de obras para evitar que se inunden constantemente. La solución fue que nadie salga de sus casas.

Las postales de cada tormenta, una muestra de la falta de obras.

8 de Marzo de 2025 11:12

Por Redacción 0223

PARA 0223

La postal de este viernes por la tarde en Mar del Plata era extraña. "Se parece a la pandemia", dijo un taxista que filmó su recorrido desde el sur al norte, por la costa, reflejando cómo después de las cinco de la tarde se transformó en una ciudad fantasma. La postal un rato después, con la lluvia desatada, era la de siempre: calles inundadas, barrios anegados, miles de marplatenses mirando al cielo y esperando no sufrir las consecuencias anunciadas, y que ya conocen muy bien.

El desastre de Bahía Blanca, con al menos una decena de muertos, había preparado el escenario para que se temiera algo tremendo. No había cómo enfrentarlo, solo pedirle a la gente que no saliera de sus casas. Una solución insólita para una gestión. Se suspendieron los servicios, no hubo colectivos ni clases por la tarde, la mayoría de los comercios cerraron sus puertas y la ciudad quedó en manos del cielo. Como ante cada tormenta o lluvia persistente.

El saldo positivo, viendo la tragedia de Bahía Blanca, solo corre para este sábado. La próxima lluvia volverá a repetir las mismas imágenes. Las quejas de los vecinos, los reclamos al Municipio, la gente sin poder salir de sus casas, lo imposible de transitar por algunas calles y barrios, la historia repetida sin solución.

En las últimas semanas hubo tres fuertes precipitaciones, incluida una granizada que se hizo viral, y muchas imágenes que muestran las carencias de la gestión en los últimos años para enfrentar las inclemencias del tiempo, un anuncio de lo que puede generar un marzo lluvioso en el inicio del otoño, con los marplatenses alertados de que solo queda rezarle al cielo para que no nos castigue.

 

 

En enero, el titular de Obras Sanitarias Sociedad del Estado (Osse), Carlos Katz, reconoció en el Concejo Deliberante, en el inicio del tratamiento del presupuesto 2025, que las cuentas el año pasado cerraron bien por "una fuerte contención del gasto", lo que no deja a la empresa "en la situación operativa cotidiana que nos gustaría”. "Estamos cerrando el año con la menor cantidad de empleados de los últimos 5 o 6 años”, reveló hace menos de dos meses, y reconoció que esa falta de personal podría afectar al servicio de mantenimiento. Estaba en lo cierto.

 

Pero las cuentas cerradas del 2024 tenían un trasfondo por lo que fue el 2023. Apenas unos días antes de esa declaración de Katz, el Honorable Tribunal de Cuentas (HTC) de la Provincia a Buenos Aires realizó una fuerte crítica al manejo que el gobierno municipal y la conducción de Osse realizaron sobre la situación financiera de la empresa estatal durante 2023, aplicando sanciones de amonestación al intendente Guillermo Montenegro y al presidente Carlos Katz por llevar a Obras Sanitarias a un fuerte déficit. La solución fue el enorme aumento del servicio que hubo durante 2024: subió 430% en el año.

 

La falta de obras se ve en toda la ciudad, desde Güemes a Constitución, en el Puerto y en el centro, pero se multiplica y se agrava a medida que nos alejamos de la zona céntrica, con barrios olvidados en los que la propia gente mucha veces tiene que hacer la tarea que no se realiza desde Obras Sanitarias, destapando las bocas de tormenta, cuidando que las olas que generan los vehículos no ingresen a sus casas, intentando que cada temporal no se lleve puestas sus pertenencias, y sus sueños.

Este viernes, la solución ante la falta de planes e infraestructura para contener una tormenta que amenazaba con ser inusual fue paralizar a toda la ciudad. Encerrar a la gente, como en la pandemia. Algunos perdieron el día de trabajo, todos debieron readaptar su rutina a partir de los anuncios del mediodía, y la gravedad de lo anunciado finalmente no se dio. Por suerte. La suerte a la que están entregados miles de marplatenses esperando soluciones que no llegan.