Formada entre calles de arena y entrenamientos en la plaza, Florencia convirtió su pasión en una hazaña atlética
Sin experiencia previa en maratones, la atleta marchiquitense Florencia Pinca construyó su camino paso a paso hasta consagrarse entre las grandes del running nacional.
Por Redacción 0223
PARA 0223
Lo que comenzó como un simple pasatiempo, impulsado por los días lindos en la costa atlántica bonaerense, terminó convirtiéndose en una pasión que llevó a Florencia Pinca, vecina de Santa Clara del Mar, a hacer historia: debutó en los 42K y se quedó con el primer puesto de la tradicional maratón internacional de Rosario. Con un tiempo de 2 horas y 55 minutos, la atleta nacida en el partido de Mar Chiquita sorprendió al ambiente del atletismo argentino y se metió entre las grandes protagonistas del deporte.
“Salía a correr por la costanera, sin saber lo que era un entrenamiento estructurado”, contó Florencia, docente de nivel primario y atleta amateur, quien empezó a participar en carreras en 2014 gracias al impulso de una amiga. Desde entonces, su evolución fue constante. Primero entrenó con su hermano Sebastián, que la ayudó a fortalecer su físico. Luego, para encarar su primera maratón, sumó la experiencia del entrenador Aníbal Trunqueira, de Santa Clara del Mar.
“Me daba miedo la distancia. Nunca había corrido más de 30 kilómetros entrenando”, confesó. Sin embargo, el recorrido llano y las condiciones climáticas de Rosario jugaron a su favor, y su rendimiento fue óptimo. El apoyo de su entorno fue clave: fue su amiga Agustina quien la convenció de anotarse a la carrera, convencida de que podía destacarse.
La edición 26 de la maratón de Rosario —un clásico del atletismo nacional, realizada en el marco del último día de la bandera— la tuvo como protagonista inesperada. “No lo podía creer cuando vi mi nombre en medios de atletismo que siempre seguí como lectora”, dijo emocionada. Tras la carrera, llegaron las notas, los controles antidoping y una seguidilla de reconocimientos. “Todavía estoy procesando todo”, aseguró.
El entrenamiento para la maratón comenzó en marzo, con una planificación progresiva que la llevó a correr hasta 80 kilómetros semanales, sumando fondos largos y trabajos específicos. La alimentación también fue un factor fundamental: “Siempre comí sano, viene de familia, mi papá también es deportista”, explicó en una entrevista reciente realizada en el streaming de radio La Voz de Mar Chiquita.
Florencia vive en Santa Clara del Mar, entrena en la plaza local y es profesora en la escuela N°8. El cariño de la comunidad no tardó en llegar: “Cuando volví, mis alumnos me habían preparado cartas. Me preguntaban si no me había cansado”, recordó entre risas. La repercusión local fue enorme, con vecinos que la reconocen mientras corre o le mandan felicitaciones por redes sociales.
Aunque todavía no tiene definida su próxima maratón —“hay que dejar pasar al menos seis meses para recuperarse”—, ya piensa en correr la media de Mar del Plata en noviembre. Mientras tanto, Florencia sigue entrenando con humildad y compromiso, disfrutando del deporte que la enamoró hace más de una década.
“Correr me conecta, me hace bien. Empecé como algo recreativo, y hoy me doy cuenta de todo lo que logré desde aquel primer trote en la costa de Santa Clara del Mar”, reflexionó. Su historia demuestra que con esfuerzo, dedicación y amor por lo que se hace, los sueños pueden alcanzarse incluso corriendo 42 kilómetros.
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