Lo condenaron dos veces en cuatro días y quedó preso tras la lectura de la sentencia

Roberto Martino tiene 62 años. Por facilitar datos para un violento robo le impusieron cuatro años de prisión y por el delito de turbación de la posesión otros dieciocho meses.

Fue detenido tras la lectura de la primera sentencia.

10 de Septiembre de 2025 20:54

Por Redacción 0223

PARA 0223

Dos causas completamente distintas, con tratamiento en diferentes tribunales, con diferencia de años y de participación del mismo imputado llegaron a su fin en un lapso de cuatro días y con un resultado similar: veredicto condenatorio para un hombre de 62 años por actuar como entregador en un robo y por la turbación de propiedad a una vecina en la zona norte de la ciudad.

Roberto Martino llegó en libertad a los juicios que se desarrollaron casi de manera simultánea en el Tribunal Oral en lo Criminal N°3 y en el Juzgado Correccional N°3. La primera de las resoluciones se conoció el 29 de agosto y fue detenido tras la lectura de la sentencia por lo que cuando se impuso la segunda condena el 2 de septiembre, ya estaba alojado en el complejo penitenciario de Batán.

En el primer debate se lo halló culpable como partícipe necesario del delito de robo agravado por efracción y por el uso de arma cuya aptitud para el disparo no se ha podido acreditar y se lo condenó a cuatro años de prisión. Los jueces Federico Wacker Schroder, Paula Soulé y Ricardo Perdichizzi ordenaron su inmediata detención en la sala ubicada en el sexto piso de Tribunales.

Los juicios terminaron con cuatro días de diferencia.

Ese robo ocurrió en el barrio Constitución en octubre de 2013 y tuvo, en junio de 2015, una condena de 18 años de prisión para Pablo Orellano, el único de los dos autores que fue identificado. Los elementos secuestrados en su domicilio durante la detención, el reconocimiento de las víctimas y, especialmente, el cotejo de las huellas dactilares halladas en la vivienda, fueron fundamentales para el dictado de la sentencia en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1.

Con una cuchilla y una pistola halladas en la vivienda, Orellano golpeó al dueño de casa, amenazó con cortarlos, simuló dispararle en la cabeza y las piernas. Todo ese accionar perseguía el objetivo de que las víctimas –en ese entonces de 67 y 69 años- entregaran una cantidad de dinero que los delincuentes suponían había en la vivienda.

Llegó en libertad a ambos debates.

En las tres horas que estuvieron en el inmueble, los delincuentes se instalaron en la cocina, comieron los restos de un asado y tomaron varias bebidas. Las huellas que personal de Policía Científica logró levantar de una de las botellas fueron un elemento esencial para comprobar que el condenado estuvo esa madrugada en la casa.

Desde un primer momento las víctimas sospecharon que alguien había dado datos certeros para consumar el robo ya que los delincuentes conocían datos sobre los movimientos de la vivienda, las ocupaciones y dinámica familiar. Al término de aquel primer debate se sospechó de la posible participación de Martino –que era vecino de las víctimas- y comenzó otra investigación que debió atravesar un extenso laberinto judicial plagado de pedidos de nulidades hasta llegar a juicio.

Los jueces dieron por probado que Martino brindó información que fue fundamental para la comisión del violento robo, descartaron cuestiones eximentes de la responsabilidad penal y valoraron como atenuante la falta de antecedentes penales. En cuanto a los agravantes consideraron la edad de las víctimas, la nocturnidad para materializar el hecho, infundir temor en las víctimas antes del debate y la extensión del daño causado.

Otro barrio, otro problema, otra condena

El nombre de Martino apareció en otro expediente que se tramitó en la fiscalía N°12 especializada en la temática de usurpaciones a partir de un conflicto que fue escalando en la zona norte de la ciudad y que incluyó discusiones, amenazas, roturas de alambrados y otras circunstancias que llegaron a su punto máximo el 27 de mayo de 2021.

Ese día, en el fondo del lote ubicado donde termina la calla Bernardo Houssay, Martino amenazó a una instructora de equitación que estaba junto a un hombre reparando el alambrado que delimita su terreno y el de la denunciante.

Se resolvieron en un Tribunal Criminal y en un Juzgado Correccional.

En ese momento dijo que iba a arrancar ese alambre y matar a los caballos que allí se encontraban. Cuando la dueña del terreno se acercó, le dijo que voltearía el alambrado y colocaría una casilla en el interior del inmueble.

Durante las tres jornadas de debate quedó claro que el accionar de Martino afectó la posesión por parte de la denunciante sobre el terreno ya que a partir de lo sucedido tuvieron que contratar un sereno e incluso –ante el temor por la suerte de los caballos- algunas personas dejaron de concurrir al lugar.

En la sentencia a la que tuvo acceso 0223 se descartaron cuestiones eximentes de la responsabilidad penal y consideraron atenuante la falta de antecedentes penales. En cuanto a los agravantes se tuvo en cuenta la extensión del daño causado y la situación de mayor vulnerabilidad de quienes fueran objeto de amenazas por parte del imputado, así como su conducta posterior al hecho, consistente en la ampliación de la excavación en su terreno hasta el límite.

El Juez Jorge Rodríguez condenó a Robert Martino por ser autor penalmente responsable del delito de turbación de la posesión a la pena de un año y seis meses de prisión de ejecución condicional. Esa condicionalidad quedó sin efecto a partir de la pena que se le impuso menos de una semana antes.

El magistrado libró oficios a la Dirección de Gestión Ambiental, dependiente de la Municipalidad y a la Subsecretaría de Minería, dependiente del Ministerio de la Producción,  Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires a los  fines de que se determine si las actividades que se desarrollan en el fondo en posesión del imputado resultan lícitas y se evalúe la existencia de riesgo de derrumbe o daño hacia los predios linderos, adoptándose eventualmente  las medidas necesarias a fin de neutralizarlos.