Comienza el juicio a los tres policías acusados de torturar a dos adolescentes

Los hechos ocurrieron en septiembre de 2022. Un jurado popular definirá la culpabilidad de Ariel Estevez Pitrau, Jonathan Cabrera y Sandra Vanesa Cano que están detenidos hace tres años.

La tarea estará a cargo de un jurado popular.

10 de Noviembre de 2025 08:04

Por Redacción 0223

PARA 0223

Con la selección de los doce jurados titulares y los seis suplentes comienza este lunes el juicio a los tres policías acusados de torturar a dos adolescentes en un descampado en septiembre de 2022. Ariel Estevez Pitrau, Jonathan Cabrera y Sandra Vanesa Cano están cumpliendo la prisión preventiva en el complejo penitenciario de Batán.

Uno de los imputados.

Para la primera jornada del debate –previsto hasta el próximo viernes- el Juez Roberto Falcone acordó con las partes la selección de jurados y, si finaliza cerca del mediodía, los alegatos de apertura. Las testimoniales comenzarán el martes en la sala de audiencia del entrepiso de Tribunales.

Estevez Pitrau, Cabrera –defendidos por el abogado penalista Mauricio Varela- y Sandra Vanesa Cano, defendida por Agustín Robbio y Martín Bernat están con prisión preventiva en calidad de coautores de los delitos de detención funcional ilegal y torturas.

En abril del año pasado se denegó el arresto domiciliario de Cano, pero se implementó un régimen periódico de visitas “por acercamiento familiar de 7 por 60 en la Unidad Penal N°50 de Batán”. En esa ocasión el magistrado concedió salidas por afianzamiento de los vínculos familiares por el término de 72 horas cada dos meses con control del sistema de geolocalización por posicionamiento global de la dirección de monitoreo electrónico.

En agosto de 2024 cuando se elevó la causa a juicio, la Justicia de Garantías dispuso el sobreseimiento de la oficial Micaela Estigarribia, la cuarta oficial de la comisaría sexta que estuvo imputada en el comienzo de la investigación.

Los hechos

El fiscal Luis Ferreyra mantiene la hipótesis que sostuvo su antecesor Juan Pablo Lódola al entender la noche del 17 de septiembre de 2022, el Oficial Cabrera y la Oficial Estigarribia circulaban a bordo del móvil 27381 de la comisaría sexta e interceptaron en Beruti al 9100 a dos adolescentes de 14 y 16 años con el pretexto de identificarlos. Allí le solicitaron a ambos que colocaran las manos contra el capot del vehículo oficial.

En ese momento se presentó el móvil 27841 del que descendieron el Oficial Estévez y la Sargento Cano, de la misma dependencia. Sin mediar palabra alguna, Estévez le propinó un golpe de puño en el labio al más chico de los menores mientras que Cabrera sacó su arma reglamentaria, apoyó la misma sobre el lado intercostal derecho del menor al tiempo que le ordenó no gritar porque de lo contrario lo iba a matar.

“Sin solución de continuidad, Estévez extrajo su arma reglamentaria e hizo lo propio sobre la cabeza del nombrado comenzando a gatillarla, mientras que Cano intentó colocarle el arma de fuego provista por la fuerza policial en la boca, siempre de la víctima, ajustándole posteriormente las esposas en forma violenta a ambos menores”, planteó.

Lugar de los hechos.

A partir del análisis probatorio, se estableció que tras esa maniobra subieron a los adolescentes –reducidos y esposados- a un descampado ubicado en la calle Stróbel al 10.000. Según el fiscal, Cano vociferaba "ahora van a ver como los matamos y nadie se entera, como yo tengo un montón de muertos y nadie se enteró, dos más no me van a hacer nada", incrementando así el sufrimiento psicológico que venían padeciendo los menores de edad.

Hacer bajar a uno de ellos, ponerlo de rodillas, ordenándole que pida perdón mientras le colocaban el arma en la sien y gatillaban antes de hacer bajar al otro, patearlo y pisarlo, previo a mostrarles una escopeta reglamentaria anti tumultos y decirles que empiecen a correr. Así se cerró, según la hipótesis fiscal, todo el accionar policial que, mediante un procedimiento ilegítimo, aplicó tormentos físicos y sufrimientos psíquicos de gravedad.

La secuencia fue confirmada por Estigarribia, una de las imputadas, que un día después de la detención declaró por más de dos horas y relató los hechos registrados esa noche en los que no manejó móvil alguno ni extrajo su arma en ningún momento. Sus dichos la ubicaron fuera del trío agresor y coincidieron con lo señalado por los adolescentes en su declaración y con la descripción física que hicieron.

A partir de ello, la fiscalía consideró que tuvo una participación secundaria y adelantó que no iba a pedir su prisión preventiva, por lo que la Jueza de Garantía Rosa Frende ordenó su libertad. Poco después fue sobreseída y el jurado escuchará su testimonio, fundamental, en el debate.