En un mes, usurparon más de 20 terrenos en San Jacinto

El problema no es nuevo y por eso enoja tanto a los vecinos. La usurpación de terrenos en los barrios ubicados a la vera de la ruta 11, en el sur del Partido de General Pueyrredon, se convirtió en una problemática difícil de erradicar.

En general, la gente se da cuenta de un nuevo caso cuando ya es tarde: el usurpador alambra el lote elegido –casi siempre de noche- y ya está. El paso siguiente es mantenerlo limpio y con el pasto corto para levantar una casa o bien, colocar sobre algún poste un pequeño cartel con un número telefónico al que podrán contactarse los interesados en comprarlo. Con esa maniobra rápida, silenciosa y que no implicó riesgos, en el último mes se usurparon más de 20 lotes en San Jacinto.

Elvira Diez, presidenta de la sociedad de fomento del barrio, aseguró que para ellos es prácticamente imposible evitar este tipo de delitos sin la ayuda del estado municipal y de la policía. “Muchas veces nos despertamos a la mañana y ahí vemos que el terreno de al lado está alambrado. La policía, con los pocos recursos que tiene, solamente puede preguntarles si son los propietarios, pero no mucho más. O sea, estamos atados de pies y manos”, explicó este viernes a 0223.

La vecinalista dijo que si bien todos los días se acercan vecinos a informar sobre una nueva ocupación, son las autoridades municipales las únicas que pueden tomar algún tipo de medida. “Si se llevara adelante un registro o si ante nuestro llamado, alguien se acercara a corroborar la situación, todo sería más fácil, pero, lamentablemente, es un tema que por ahora no tiene vistas de solucionarse”, reconoció.

A su vez, Diez consideró que “si bien es cierto que hay mucha gente con necesidad de una casa o de un lugar donde vivir, la solución no es la ocupar ilegalmente”. Sin embargo, también remarcó que la baja densidad poblacional es un factor que facilita la labor de los usurpadores. “Sino, ya habría pasado lo mismo en Paso y Arenales”, razonó.

En ese marco, la fomentista subrayó la necesidad de que se articule el trabajo entre los vecinos, la municipalidad y la policía para poder controlar lo que ocurre en la zona, en donde también es inminente la instalación de un asentamiento precario sobre las márgenes del arroyo Corrientes, tierras pertenecientes a la jurisdicción de la provincia de Buenos Aires. “Yo no soy experta, pero creo que esta puede ser una forma de poder llegar a encontrarle una solución al tema”, evaluó por último.