Juicio al médico Caldera: pedidos de 12 años de prisión y de absolución

Una sola jornada tomó el debate en el juicio que se le sigue al médico Jorge Caldera, acusado de abandono de persona seguido de muerte cuando no socorrió a Barbara Tiscornia en abril de 2003. Tras los testimonios escuchados durante la mañana, el particular damnificado pidió una pena de 12 años de prisión, mientras que la fiscalía y la defensa solicitaron que sea absuelto.

Cuando la Justicia condenó a Guillermo Caldera como autor del homicidio de la joven, su padre fue absuelto por el delito de encubrimiento. Sin embargo, la sobrevida que la joven tuvo hasta su deceso, generó la apertura de una nueva causa, cuya sentencia se conocerá el próximo 9 de septiembre.

El juez Facundo Gómez Urso escuchó durante la primera parte de la audiencia a los familiares de la víctima y a los médicos oficiales y de parte. Estos brindaron una especie de ateneo para explicar las características de la herida que provocaron la muerte de Tiscornia. La desestimación de varios testigos posibilitó que las partes alegaran por la tarde.

En su alocución, el fiscal Alejandro Pelegrinelli sostuvo que la presencia de los profesionales despejaron las dudas sobre cuestiones médicas. A su entender quedó descartada la existencia de sobrevida o fue de un “breve lapso” tras el disparo recibido por la joven. Más allá de considerar “deleznable” la actitud de Caldera, indicó que la lesión  provocó una muerte instantánea, por lo que no formuló acusación y solicitó la absolución del médico.

Por otras razones que ya habían sido planteadas durante otro tramo de la audiencia, los abogados de Jorge Caldera coincidieron en ese pedido. Carlos Pelliza y Mariano Ayesa –quien había representado a Guillermo en el juicio por el homicidio- solicitaron que el profesional sea absuelto.

Para el abogado Julio Razona quedó probado que Jorge Caldera llegó al lugar al departamento donde agonizaba la joven en menos de dos minutos. Tal como se probó en el juicio de 2005, subió al departamento, bajó el cuerpo por la escalera, lo cargó en el auto, recogió a su hijo y arrojaron los restos en un acantilado de la zona norte.

A su entender, Caldera solo observó la herida en la mandíbula, por lo que no podía tener dimensión real de su gravedad. “Bárbara era donante de órganos, y podría haber tenido asistencia mecánica que permitiera que sus padres tomarán la decisión de realizar la ablación”, señaló. Razona cerró su alegato solicitando que el médico sea condenado a 12 años de prisión por el delito de abandono de persona seguido de muerte.