El polémico gestor cultural que podría desembarcar en el Gabinete de Arroyo

Mario Musumeci espera solo en el primer piso del edificio de San Luis y 9 de Julio. A unos metros, a puertas cerradas, cuatro funcionarios de Cultura –entre ellos, Silvina Rojas, la flamante titular del área- mantienen una reunión con los delegados de los más de 80 artistas que reclaman el cobro de sueldos adeudados y la continuidad de varios programas barriales.

“A mí tampoco me dejan entrar porque dicen que todavía no soy funcionario y que soy facho por algunos comentarios que hice”, se queja, pero no entra en detalles. Más bien, redobla la apuesta y dice que “acá -en Cultura- hay que terminar con los kiosquitos”, pese a que reconoce que no tiene ninguno probado. “No, no, todavía no sé si es así, pero hay que ver si cumplen o no horario”, explica a 0223 y enseguida pregunta si salió bien en la foto.

Cuando Rojas llegó a la oficina, los artistas pusieron el grito en el cielo y le exigieron a la funcionaria que no permitiera que Musumeci entrara a la reunión. No sólo porque no asumió el cargo, sino porque este gestor cultural llama “yeguas” a las compañeras travestis que luchan por sus derechos, sostiene que “Zerillo es más violento que Pampillón” y asegura –frente a un caso de violencia machista, donde un hombre violó una orden de restricción por amenazar a su exmujer- que “un momento de calentura lo tiene cualquiera”.

Todo eso que Musumeci dice no está grabado, pero sí publicado en su muro de Facebook. En sus posteos, este señor de cabello canoso dedica críticas a Emiliano Giri, el gurú de campaña de Arroyo y el expresidente del Emtur, que está procesado por peculio en una maniobra de 2013. Pero además, hace un año exacto –cuando Arroyo era edil y nadie creía que llegaría al Gobierno- Musumeci escribió unas líneas sobre el actual intendente, que no quería reconocer a Manu Chao: “Arroyo es un pobre tipo –decía por entonces-, muy limitadito para tener un cargo tan importante para la ciudad, ni siquiera tiene idea de qué es el anarquismo, ni tampoco tiene una definición cabal del estado como concepto. Con esta gente no se puede. No vale la pena una discusión”.