Hallan un navío hundido en 1845 durante la batalla de la Vuelta de Obligado
Se trata de un bergantín de la Armada Argentina llamado Republicano, que su capitán decidió hundir el 20 de noviembre de ese año en el río Paraná. Los primeros restos fueron descubiertos en octubre.
Por Redacción 0223
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Calificado como un descubrimiento histórico sin precedentes, las autoridades del municipio de la ciudad bonaerense de San Pedro y dirigentes de la Armada Argentina presentaron el último fin de semana el hallazgo del bergantín goleta Republicano, un navío hundido en 1845 durante la batalla de la Vuelta de Obligado, esa por la que se implementó años atrás un nuevo feriado en el mes de noviembre.
Aunque el descubrimiento de los restos tuvo lugar el 23 de octubre del año pasado, hubo varias tareas posteriores de reconocimiento antes de dar la información oficial del hallazgo.
En ese entonces, José Luis Aguilar, director del Museo Paleontológico de San Pedro Fray Manuel Torres, navegaba el río Paraná junto a un representante de la Asociación de Veteranos de Guerra de Malvinas de la misma localidad, Javier Huber Saucedo. El objetivo de la travesía era reconocer y filmar el fondo lacustre del río para realizar una producción de material para el citado museo.
Finalmente, lo que era una simple navegación de relevamiento científico, terminó por representar en la pantalla del sonar de los navegantes un elemento delgado de 10 metros aproximadamente, cuya estructura coincidía con el mástil de un barco hundido.
Las primeras imágenes obtenidas por el barrido, en conjunto con el análisis de los datos históricos, permitió que los especialistas afirmaran que los restos pertenecían al Republicano. Esa nave fue el único buque de la Armada Argentina que realizó tareas de defensa durante la Batalla de Obligado y fue hundido por su Capitán Tomás Craig el 20 de noviembre de 1845.
Los descubridores solicitaron la colaboración de la Armada, que desde el 10 de diciembre fondeó el río en la zona de Obligado para intentar una confirmación visual o física del hallazgo. A tal fin, estuvieron abocados también un equipo de buzos tácticos y del Servicio de Salvamento.
Posteriormente se procedió a la colocación de un cabo de descenso con andarivel que permitió establecer contacto con el mástil sumergido; maniobra que se repitió tres veces y permitió no tener más dudas sobre el descubrimiento de los restos de un navío que navegó por última vez hace 170 años.
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