Ya lo dijimos: Nunca Más

24 de Marzo de 2016 11:52

Por Redacción 0223

PARA 0223

Por Emilce Moler

Todos los 16 de septiembre el teléfono suena. Muchos llaman para saludar, para recordar aquella noche de horror. Otros proponen entrevistas para que hable de cómo fue aquella noche cuando me fueron a buscar a mi casa, las noches que siguieron mientras estaba detenida y todas las noches del resto de mi vida en las que tuve que convivir con la atrocidad de los crímenes de la dictadura en carne propia.

Durante muchos años el relato de esos hechos sensibilizó a la ciudadanía y contribuyó a dimensionar los alcances de la desaparición forzada de personas. Pero en ese intento por dar cuenta de la atrocidad de los crímenes de la dictadura se nos despojó de nuestra historia militante.

Fueron años de resistencia, de aguante, de lucha. De caminar y batallar junto a las Madres, Abuelas y ExDetenidos con una consigna clara: prohibido olvidar.

En 2003 la realidad cambió. El desembarco del kirchnerismo nos dio otro papel. El 25 de mayo de 2003 Néstor dijo que formaba parte de una “generación diezmada”. Y esa frase hizo que las demandas que durante 20 años habíamos intentado que fueran escuchadas treparan al centro de la escena política.

Cada uno de nosotros, los sobrevivientes del horror, recibimos una palmada en la espalda, un aliento que jamás habíamos sentido, para repensar el pasado desde una lógica militante. Las víctimas del terrorismo de Estado ya no solo recibíamos llamados para retratar la época más oscura del país; no sólo nos convocaban para dar testimonio en Tribunales. Nos convertimos en protagonistas de una época, en actores principales de un debate público sobre lo que fuimos y lo que queremos ser.

Esos años tuvieron, además, otra virtud clave: la juventud. La mirada de los jóvenes, sus preguntas novedosas, sus reflexiones nutrieron nuestra propia perspectiva. Generamos lazos solidarios que nos permitieron pensar juntos un proyecto colectivo. Nuestro compromiso es mantener y profundizar estos lazos, reconstruir aquello que la dictadura fracturó.

Lejos de encerrarnos en ese pasado, sentimos la necesidad de levantar la voz por lo que falta: terminar con la exclusión social, combatir la flexibilización laboral, avanzar contra la violencia de género. Todos derechos que el Estado debe garantizar.

Los 100 días del Gobierno de Macri nos dan muestras claras de un nuevo embate de la derecha. Somos respetuosos de la voluntad popular y jamás mostramos la vocación golpista que sí exhibió a lo largo de la historia la derecha en nuestro continente. Pero la convivencia democrática no es sinónimo de quietud. No vamos a permitir que avancen sobre los derechos de nuestro pueblo y las grandes conquistas conseguidas junto a Néstor y Cristina. Porque ya dijimos: Nunca Más.