Por la erosión costera, pagó una obra de protección con piedras, sin tener permiso

El dueño de un lote ubicado en la costanera de la localidad de Camet Norte colocó las típicas piedras de escollera sobre la playa para defender su terreno. Sin habilitación, los vecinos ahora le reclaman a la comuna. El mar se lleva 1,3 metros de playa por año.

Las playas de Camet Norte, año tras año, cada vez más chicas.

25 de Junio de 2016 19:54

Por Redacción 0223

PARA 0223

La Asociación Civil de Camet Norte anunció la presentación de una denuncia y una exposición civil en el Centro Integrador Comunitario para que su mesa de gestión elabore una carta destinada al intendente y al secretario de obras públicas, pidiendo la clausura y detención de una obra polémica.

Tiempo atrás, los vecinos de la pequeña localidad marchiquitense notaron un movimiento de terreno en un lote de la costanera e hicieron el primer reclamo ante la delegación municipal. El propietario de la parcela manifestó tener permiso y autorización del área de Hidráulica de la Provincia para defender su terreno de la erosión y, por tal motivo, comenzó a colocar las típicas piedras que conforman las escolleras de la costa atlántica sobre la playa.

Lo que piden desde la asociación es ver el expediente que autorizó efectivamente la obra iniciada por el vecino danmificado, en el que conste un informe de impacto ambiental que avale los trabajos contratados individualmente por el mencionado propietario.

Al tanto de la problemática, el delegado municipal, Eduardo Orlandini, argumentó que el vecino “no tiene permitido ni tiene intención de construir en la parcela”, pero reconoció que “decidió con su propio capital de dinero, poner piedras delante del acantilado sobre la playa, para impedir que el agua siga sacándole parte de su terreno”.

“Los vecinos pretenden que se detenga la erosión pero no permiten que este vecino defienda su terreno, van a querer que pase cuando tengan el agua sobre su calle” expresó el funcionario, desafiante.

En ese sentido, Orlandini agregó: “No le corresponde al municipio realizar planos o permisos para trabajar en su propio terreno; el agua se está comiendo 1,30 metros de acantilado por año” expresó. De inmediato, justificó la colocación de piedras: “Están en una parte del terreno que el hombre pagó”.

Las autoridades idóneas en el rubro han recomendado históricamente que, para frenar la erosión, se construyan escolleras dentro del mar, que actúan de rompientes y frenan parcialmente el avance continuo del mar. “No son obras que deba realizar el municipio, sino que pertenecen a provincia y nación”, concluyó Orlandini.