Confitería Boston, el ocaso de un emblema de 60 años que soñó con la expansión

12 de Julio de 2018 08:07

Por Redacción 0223

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La historia marca que sobre el cierre del año 1958 en la planta baja de un moderno edificio de la calle Buenos Aires 1927 se erigió un largo local con sótano, de generosas dimensiones, en el que se empezó a forjar la identidad de una tradicional firma marplatense que supo cautivar el paladar dulce de los argentinos con sus exquisitas medialunas.

Calidad de producto y excelencia del servicio fueron los pilares sobre los que se basó el éxito de la Confitería Boston, fundada originalmente por Fernando Alvarez y Miguel Potrone.

Los empresarios eligieron la mano maestra de Aurelio Amado, para amasar las exquisitas medialunas. A él se sumaron maestros pasteleros como Bautista Mazo y José García, socios fundadores del Sindicato de Pasteleros de Mar del Plata.

La Confitería Boston logró el reconocimiento que tantos anhelan y recién en 1997 la empresa comenzó a expandirse. En julio de 1997 se inauguró el local ubicado en Boulevar Marítimo y Urquiza.

La demanda de productos llevó a la firma a la construcción de una nueva fábrica en la avenida Constitución y Manuela Pedraza, que la planta elaboradora de productos de pastelería, sandwichería y cátering, con un local de venta al público y cafetería.

En noviembre de 2001 la Confitería Boston ocupó el espacio gastronómico por excelencia del shopping “Paseo Diagonal”, con una moderna cafetería. Luego, en 2006, llegó el local del shopping Los Gallegos, otro símbolo de Mar del Plata.

 

De expandirse por el mundo a destruir una empresa tradicional en un año y medio

En diciembre de 2016, con el cartel de flamantes dueños de la tradicional confitería marplatense Boston, el grupo empresarial de origen austríaco con parte de capitales locales, se reunió con el intendente Carlos Fernando Arroyo y anunció un ambicioso plan de expansión que incluía la contratación de unos 300 empleados, la apertura de 100 comercios en Argentina y la exportación de sus productos a diversos países de América Latina y Europa.

En julio de 2018, apenas un año y medio después de reunirse con Arroyo, el ambicioso plan económico -por desmanejos o vaya a saber por qué- se desvaneció y la empresa inició un camino negro que parece no tener retorno.

Una firma tradicional de Mar del Plata, reconocida por todos los argentinos, fue destruida en tiempo récord y ya fueron echados 70 de los 82 empleados que elaboraron y vendieron durante 60 años las mejores medialunas y facturas de la ciudad.

"Tenemos un plan de extensión de 100 tiendas en 5 años a nivel nacional. Queremos que la producción sea íntegramente realizada en Mar del Plata. Los puestos de trabajo que planificamos están en el orden de los 300 sólo en el área de producción", afirmó en su momento Pablo Lotero, CEO de confiterías Boston.

"Estamos iniciando un proceso de industrialización controlada preservando el concepto original y llevándolo a un proceso de congelado. Durante este verano iniciaremos los procesos de certificación internacional para exportación. Prevemos poder llevar los productos en condiciones intactas de calidad hasta el punto de venta final", se animó a declarar el por entonces flamante dueño de la Boston.

Todas esas lindas palabras se fueron diluyendo con el paso del tiempo y poco a poco emergieron los problemas dentro de la empresa. En agosto de 2017 los trabajadores cobraron desdoblado su sueldo y en febrero de 2018 comenzaron a circular los rumores de cierre.

En 4 julio de este año la empresa empezó a enviar los primeros 7 telegramas de despido y, hasta el momento, las cesantías ya alcanzaron a más de 80% de los trabajadores que le daban vida a las medialunas más ricas de Mar de Plata.