Boston: en menos de 24 horas echaron a 18 trabajadores

Esta mañana 11 empleados recibieron los telegramas. Desde el sindicato de Gastronómicos temen que haya más despidos y denuncian que “desde un primer momento” quisieron vaciar la empresa. Adeudan salarios y cargas sociales.

5 de Julio de 2018 10:53

Por Redacción 0223

PARA 0223

La amargura, la desazón y la bronca es lo que domina a los más de 80 trabajadores de la confitería Boston, que por estas horas esperan casi como un final anunciado, el telegrama de despido: ayer 7 empleados fueron echados formalmente y esta mañana 11 más recibieron la misma notificación. La situación ocurre en medio de 34 días de la toma de las emblemáticas sucursales de Buenos Aires y Belgrano y Urquiza y la costa, por la falta del pago de salarios y de aportes sociales.

“Lamentablemente no creo que sean los únicos. Era algo que se sabía que iba a suceder en cualquier momento. No nos cayó como un balde de agua fría, desgraciadamente. Esto estuvo armado desde el primer día que abrieron. Es una situación oscura o poco clara con empresarios nefastos”, evaluó Nancy Todoroff, secretaria adjunta de la Uthgra local, en diálogo con 0223.

En ese contexto, la dirigente aclaró que “la situación que atraviesan estos empresarios no es por  los impuestos o por la crisis” y remarcó que la emblemática confitería, fundada en 1958 “trabaja muy bien, sobre todo los fines de semana”.

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“Cuando comenzó este conflicto había unos 247 trabajadores pero muchos renunciaron y hoy quedan poco más de 80, de los cuales 47 son gastronómicos. Con los telegramas les informaron que por el artículo 247 se les va a pagar el 50% de la indemnización pero eso no es correcto. Lo insólito es que tienen la plata para indemnizar pero no para pagar los salarios, donde apenas llegaron a saldar el 35% de abril”, reclamó.

En ese punto, agregó que “llamativamente desde hace meses sacaron los tradicionales menúes ejecutivos y desde noviembre que no aumentaron la carta. Todas estas decisiones indudablemente fueron para desguazar la empresa. Afortunadamente sobre la sucursal de Buenos Aires pesa un embargo, porque las otras sucursales estarían vendidas. Si vendían la de Buenos Aires, no teníamos donde agarrarnos para que la gente cobre algo de dinero”, concluyó Todoroff.