Lisandro Alonso visitó Mar del Plata: “Producir cine es cada vez más difícil”

En diálogo con 0223, el cineasta argentino comentó su forma de trabajar durante los rodajes, definió el estilo de sus películas y opinó acerca de los problemas del cine en la actualidad.

24 de Noviembre de 2019 19:00

Por Redacción 0223

PARA 0223

Por Delfina Mostafá

El director Lisandro Alonso visitó el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata para formar parte de la sección “Charlas con Maestros”. Sus trabajos incluyen "Jauja" (2014), "La libertad" (2001) y "Los muertos" (2004), y su carrera avanzó paso a paso hasta llevarlo al reconocimiento internacional con proyecciones en festivales como el de Toronto.

Lisandro trabajó para un equipo de programadores en el Festival de Cine marplatense en 1996 y 1997, por lo que su conexión con este encuentro cinéfilo es especial. Este grupo se encargaba de la muestra “Contracampo”, a cargo de Nicolás Sarquís. “Ahí pasaban pelìculas que me gustaban bastante, de autor, interesantes”, destacó.

Lo cierto es que la decisión de este director con respecto a su orientación profesional surgió casi por casualidad. Lo cierto es que deseaba evitar “carreras muy tìpicas” y consideró que “estaba de moda en ese momento”. Luego de una visita a la Universidad de Cine (FUC), determinó que el ambiente se alejaba de las estructuras tradicionales y era “más lúdico”, por lo que decidió probar suerte en el mundo de la dirección. Así empezó a estudiar en esta Universidad en 1993, dos años después de su fundación de la mano de Manuel Antín.

En 1996, a pocas materias de recibirse, abandonó la carrera para comenzar a trabajar en una película con la productora de Arquís, quien se convirtió en una especie de mentor ante sus ojos. Recordó que este director argentino viajaba a festivales en Europa y traía películas en VHS, que luego le permitía copiar para conocer obras que “ningún compañero de la Universidad podía ver”.

A partir de entonces desempeñó el rol de asistente de sonido en algunas películas. “En sonido aprendés mucho, es como que siempre tenés tiempo para observar el armado de la puesta en escena, y es un lugar más pasivo”, opinó. En la actualidad el cineasta destaca el trabajo de su sonidista, quien “tiene bastante claro lo que tiene que hacer” y trabaja con él hace años. De hecho, hay varios miembros del equipo que se repiten en diversas producciones, incluyendo a la jefa de producción, algunos coproductores y asistentes.

 

- ¿Cómo es tu relación con el resto del equipo al filmar una película?

- Hay siete u ocho con los que vengo trabajando hace mucho, y es como que profundizás el vínculo. Los rodajes los disfruto mucho. Al filmar en lugares lejos, donde no vivo en Buenos Aires, tenés que convivir con gente que vivís en una carpa o en una choza. Te hermanás más, así que me gusta repetir esa experiencia. Se genera un vínculo más único. En un lugar donde todos los del equipo vuelven a dormir a sus casas es una relación más fría, todos vuelven a sus problemas y a su realidad.

 

En cuanto a esta convivencia, Lisandro opinó que en las pelìculas “más grandes e industriales” la presencia de una gran cantidad de personas genera que “cada uno esté más abocado a su trabajo en particular”, por lo que “capaz llega el director y no saluda a todos los técnicos”. Para este artista resulta importante saludar a todos los miembros del equipo al ingresar en el set, generando así una dinámica “más de equipo”. Las cenas, las charlas sobre la vida y el intercambio de opiniones forman parte de la cotidianeidad de la filmación para Lisandro.

 

- ¿Cómo describirías tu estilo en el cine?

- Me cuesta definirlo, pero sé a lo que no se parece. Es difícil hablar de lo que uno hace, pero no se parece a películas muy vistas. Tienen una cosa medio personal, instintiva, de asociación y de generar conexiones entre esta y la que viene. Y tiempos embravecidos, que las hace bastante particulares y personales. No es una película salida de una fábrica de la industria de cine, es un poco atípica para lo que es la convención de lo que debería ser una película. Se puede comparar con otros trabajos de gente que hace películas como yo. Son películas de autor, aunque me da un poco de vergüenza decirlo. Se ve que hay alguien detrás de la película, que podés definirlo.

 

En este sentido, Lisandro opinó que hay series actuales que “no tienen personalidad”, porque “ni siquiera ponen el director de cada capítulo, y un día lo hace uno y otro día lo hace otro”. Consideró que está visión contrarresta con las películas en las que es fácilmente identificable el estilo de cada cineasta.

 

- ¿Cuáles son los mayores desafíos del cine en la actualidad?

- En general se está virando mucho a que toda la narrativa audiovisual se dirija a las series, a las plataformas, y se piense más en producir desde eso y no tanto el pensar en la pantalla grande. Eso cambia bastante la estructura narrativa de las películas, desde el tiempo hasta la cantidad de personajes, hasta el tamaño de los planos. Y producir cine en sí mismo creo que es cada vez un poco más difícil, porque hay menos demanda, porque hay menos gente que va al cine y cambió todo. Hay mejores televisores y mejores oportunidades en tu casa. Cada uno se lleva lo que quiere y lo pone en pausa cuando quiere. El cine demanda elegir un tiempo, concentrarse y dedicarse a eso.

 

 

En cuanto a los personajes que busca en sus obras, el director consideró que no suele involucrar elementos autobiográficos en sus historias, aunque plantea preguntas que se hace a sí mismo. En este sentido, intenta filmar personas que no se parecen a él. “El cine también es utilizar ese medio para acercarse a cosas que de otra manera no te podrías acercar tan profundamente”, destacó. 

Asimismo, en sus historias “no hay grandes emociones que te llevan a la risa y al llanto”, pero sí emociones “distintas” orientadas hacia la soledad y la crueldad. “Generan emoción desde el vacío, desde la falta de elementos”, comentó. 

 

- ¿Cómo es para vos el proceso de la generación de una idea y la escritura de un guión?

- Creo que empiezo a hablar de los lugares donde pasan las cosas. A veces me gusta un lugar que veo en una revista o en algún lado, y me subo al auto y me voy. Ahí veo más o menos cómo viven, qué necesidades tienen, quiénes son los protagonistas de ese entorno, qué tan áspero es. Y ahí empiezo a tomar algunas notas, después puedo buscar algo de literatura que refiera a ese tipo de lugares o personas, y empiezo a volcar todo en un balde y va saliendo.

 

La próxima película del cineasta es “Eureka” y el  guión está listo, aunque todavía no comenzó el rodaje. Lisandro comentó que podría iniciar en marzo, mientras obtienen el dinero necesario para la realización. Por lo pronto, su agenda continuará en España con el Festival Internacional de Cine de Gijón y el Festival Márgenes, donde proyectarán algunas de sus películas. “El cine no te da mucho de comer pero te da de viajar”, confesó con una sonrisa.