Dos años sin Lucía Bernaola: “Éramos muy unidos, siempre nos juntábamos y eso se extraña mucho”

En un mano a mano con 0223, Yonatan y Julián, dos amigos de la adolescente, explicaron el antes y el después que marcó en sus vidas la madrugada de dolor y desesperación que protagonizaron en la esquina trágica de Alberti y la Costa.

4 de Junio de 2019 13:39

- “Hubiese preferido que me choque el auto para quedar dormido y no ver el desastre que tuve que ver”

La confesión es de Julián Peralta, uno de los jóvenes que vivió en carne propia la conmoción y el dolor que envolvió a la madrugada del 4 de junio de 2017 cuando Federico Sasso, a bordo de su Renault Clio, atropelló y mató a Lucía Bernaola, de apenas 14 años, en la esquina de Alberti y la Costa.

Pasaron dos años del siniestro pero ni el paso del tiempo parece capaz de borrar la huella angustiante de cada una de las imágenes que sucedieron al impactante choque, y que siguen – aún a fuerza de voluntad - más que presentes en la memoria de Julián y de Yonatan Ovejero, otro de los amigos de la menor.

En un mano a mano que le concedieron a 0223, ambos reconocieron que salvaron su vida de milagro y por una mínima circunstancia del destino: Julián porque discutía uno metros antes con otro adolescente para ver “quién iba a pagar el remis para volver” y Yonatan porque, pese a la insistencia de uno de sus acompañantes, decidió continuar la marcha con su vehículo y no frenar en la esquina de la tragedia.

“Yo nunca iba en auto pero justo esa noche lo había usado. Y mi primo me decía que frenara ahí pero ese lugar no me gustaba ni me llamaba. Así que hice como cinco o diez metros más y después vi pasar el auto de Sasso. Cuando me di vuelta, vi como una explosión. Si no hubiese salido de ese lugar, capaz que me chocaba a mí y yo los chocaba a ellos, no sé… Fue tremendo”, recordó.

De los instantes que siguieron al accidente, Julián también rememoró la desesperación que compartió con los amigos que trataban de colaborar con los más heridos al no poder encontrar a Lucía en ese sector de la costa. “En un momento, nos dimos cuenta que había alguien debajo del auto y ahí la vimos. Fue lo que más me chocó”, aseguró.

Es con la mínima mención de esa imagen que Julián da la justificación de la confesión que le hizo a su madre, en una de las tantas oportunidades en las que reflexionó sobre lo ocurrido: "Yo le decía a mi mamá que prefería que me hubiera chocado el auto, haberme quedado dormido y no ver todo el desastre que vi porque fue muy chocante".

No hay duda alguna de que la pérdida de la menor significó un golpe muy fuerte para su familia, pero también lo sintieron así cada uno de sus amigos: Julián y Yonatan aseguraron que aquella madrugada fatídica fue el motivo que separó al grupo y lo distanció de las salidas habituales que organizaban para ir a la playa o algún boliche de la ciudad.

"Nos juntábamos muy seguido. Éramos un grupo numeroso pero muy unidos: íbamos para todos lados juntos", evocó Yonatan, y su amigo, en la misma sintonía, agregó: "Salíamos casi siempre juntos. En el verano, prácticamente todos los días íbamos a la playa. Un par de veces fuimos a Aquasol. El hecho era juntarse entre amigos".

Yonatan, en este aspecto, fue contundente al explicar las sensaciones inmediatas que los movilizaban tras el choque: "Al día siguiente, nunca más costa ni baile... La verdad que nos daba cosa salir a la vereda y que venga un auto y pasara de nuevo todo lo que tuvimos que pasar".

Así, con una importante carga emocional, ambos jóvenes tuvieron que dejar plasmado su testimonio en el juicio que llevó adelante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 contra Sasso y que, el pasado 5 de abril, culminó con una sentencia a 6 años de prisión por encontrarlo culpable del delito de "homicidio culposo calificado por conducción temeraria y lesiones culposas" pero con el beneficio del arresto domiciliario, hasta tanto la condena quede firme.

En los dos casos, los amigos de la menor reconocieron que fue muy difícil afrontar las audiencias a las que tenían que asistir para declarar y reconstruir el hecho. Yonatan, por ejemplo, reveló que no pudo dormir el día anterior a la citación que tenía con la Justicia. "Estuve hablando con Julián y dos chicos más porque no sabía cómo iba a hablar delante de un juez. Pero al final no me hicieron ninguna pregunta porque conté todo y estaba shockeado; lloré como cinco o diez minutos sin parar", graficó.

"Fue muy chocante tener que recordar todo de vuelta y cómo, después del accidente, ninguno quería salir más y perdimos el vínculo", aseveró Julián, quien también enfatizó en el impacto que le causaba tenerlo a Sasso a tan pocos metros a la hora de declarar: "Nosotros estábamos pensando si se iba a hacer Justicia o no y él estaba ahí, haciéndose el boludo. Porque lo único que hizo fue hacerse el boludo".

“Estando en la casa, Sasso hasta tiene más beneficios que nosotros”

Sin embargo, tal como lo hicieron saber en su momento los familiares de la víctima, la sentencia que resolvieron los jueces Pablo Viñas, Facundo Gómez Urso y Juan Manuel Sueyro dejó un trago amargo y de insatisfacción para los amigos de la adolescente.

La críticas más fuertes no apuntan a otra cosa más que al arresto domiciliario que los magistrados decidieron mantener en beneficio del conductor. "Seis años está bien pero si está en la casa al final termina teniendo más beneficios que yo, que laburo todos los días, y él va a estar ahí con su familia", señaló Julián.

"Con todo lo que hizo, el alcohol que tenía, la velocidad con la que manejaba, el auto preparado... no sé como los jueces no se fijan en esas cosas. La verdad no lo entiendo. Yo a veces me preguntaba para qué ir al juicio sino sabía si iba a haber Justicia; acá todo se compra con plata", acusó el joven.

Yonatán, por su parte, insistió en los cuestionamientos dirigidos al perito de parte, Luis Alberto Martínez, que presentó durante el juicio el abogado Facundo Capparelli, encargado de esgrimir la defensa de Sasso. "Dijo todas mentiras. Yo lo vi y no lo podía creer. Eso no pasa en ningún lado. Y la Justicia no hizo nada por eso", expresó.

A fines de abril, la Cámara de Casación hizo lugar a una presentación de Maximiliano Orsini, el abogado de la mamá de Lucía Bernaola, Verónica Borelli, y revocó la resolución de la Cámara de Apelaciones y Garantías que le concedía el beneficio al joven.

La resolución del tribunal de alzada no modificó la situación del automovilista pero sí obligó a emitir un nuevo pronunciamiento: con ello, otro tribunal debe decidir si corresponde hacer lugar a la medida y recién en esa instancia, si se opta por un fallo negativo, Sasso debería cumplir condena en una unidad penitenciaria.

"Nosotros seguimos esperando que se haga Justicia, que Sasso no tenga más privilegios. Y que no sólo él, sino que todos los que matan borrachos o teniendo alguna responsabilidad, vayan presos", remarcó Julián, quien fundamentó: "Si no hay Justicia, esto es un 'viva la pepa' y cada uno va a seguir haciendo lo que quiere".

Para evitar a diario la carga de dolor de aquella madrugada, Yonatan confesó también que "trata de no pensar tanto" sobre el siniestro aunque al mismo tiempo reconoció que "nunca" va a olvidar a su amiga. "A veces veo fotos o algo de un accidente y sacó todo eso. Y también trato de no compartir cosas por la familia, que es la que más sufre. Pero la mamá (NdeR: por Verónica Borelli) es muy fuerte, no sé cómo hace. Es increíble", manifestó.

"Yo también trato de no pensar pero siempre voy a recordar ese día por todo lo que pasó. La verdad que es complicado y se extraña mucho como nos juntábamos siempre con Lucía y los chicos. Esto tendría que marcar un fin en la gente de que no hay que manejar alcoholizado", concluyó Julián.