Sin conciencia: Alberti y la costa, una curva siempre al límite de la tragedia

A pesar del siniestro que en 2017 ocasionó Federico Sasso y que le costó la vida a Lucía Bernaola, el sector de Playa Chica vuelve a ser noticia por la irresponsabilidad al volante que se repite año tras año. 

El vuelco que protagonizó este jueves una joven de 21 años: estaba borracha y sin licencia.

25 de Abril de 2021 18:31

Por Redacción 0223

PARA 0223

"Si bien no hubo heridos, está claro que esta conducta podría haber causado mucho más daño", fue lo que reflexionó el intendente Guillermo Montenegro poco después de conocer el vuelco que protagonizó este sábado una joven de 21 años, borracha y sin carnet, y lo cierto es que antecedentes sobran para sustentar esos dichos: en esa curva, en Alberti y la Costa, hace casi cuatro años perdió la vida Lucía Bernaola cuando fue embestida por Federico Sasso, quien hoy goza del beneficio de la libertad asistida en el marco de la condena a seis años de prisión que le impuso la Justicia.

A pesar de que la postal con la sonrisa luminosa de la adolescente de 14 años todavía puede verse en la misma esquina, de la labor incansable de organizaciones, y de las distintas iniciativas y políticas que se han impulsado en el último tiempo, nada parece ser suficiente para sembrar conciencia mientras se repiten los mismos hechos en Playa Chica.

La decisión de Montenegro de retirarle la licencia a la joven conductora del vuelco de este sábado asoma, en todo caso, como un llamado de atención ante los recurrentes episodios. Es que de milagro la colisión no terminó en una tragedia: la automovilista iba acompañada por otras tres personas que tampoco sufrieron heridas considerables. Y probablemente, a diferencia del caso de Sasso, la circulación de personas por la vía pública también era baja o nula ante las restricciones vigentes por la fase 3.

En julio y agosto de 2017, a muy pocos meses de la gran conmoción que despertó en la ciudad el choque en el que murió Bernaola, dos conductores borrachos - ambos, de 20 años - protagonizaron diferentes siniestros a escasos metros de la esquina de Alberti y la Costa.

La familia de Lucía, entonces, insistió con un pedido hasta que las autoridades del Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado Público (Emvial) accedieron a colocar en septiembre de 2018 una serie de pilotes en la zona con el fin de contener a los vehículos que pudieran llegar a despistarse para que no suban a la vereda. 

Los siniestros, sin embargo, no cesaron. Dos meses después de esa intervención urbana, un hombre totalmente borracho (tenía 2,16 gramos de alcohol por litro de sangre en el cuerpo) embistió a un camión recolector de basura de la empresa Mardelcont en el mismo lugar. Y en mayo de 2019, un motociclista de 40 años - también ebrio - provocó la muerte de su acompañante, de 42 años.

Tampoco es la primera vez que el intendente anuncia el retiro de la licencia para tratar de concientizar sobre los cuidados a la hora de agarrar un volante. En marzo de este año, había hecho lo propio con Fernando García Castellanos, el hombre que atropelló a un grupo de jóvenes que celebraban el Último Primer Día (UPD) en la puerta del colegio Albert Einstein y lesionó a una adolescente de 17 años. 

De hecho, en septiembre del 2020 el Gobierno local había anticipado que quedarían suspendidos los registros de todos los conductores que provoquen siniestros de tránsito de gravedad, en el marco de una políticas conjunta que se acordó con las autoridades de la Agencia de Seguridad Vial.

El caso Bernaola

A principios de enero, los jueces Marcelo Madina y Marcelo Riquert de la Sala II de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal resolvió resuelto otorgarle la libertad asistida a Federico Sasso después de que el 5 de abril de 2019 fuera condenado a seis años de prisión y diez de inhabilitación especial para conducir. La morigeración sigue vigente hasta estos días. 

El caso finalmente encuadrado como "homicidio culposo calificado por conducción temeraria y lesiones culposas”. En un principio, el joven que conducía borracho y alta velocidad en la madrugada del 4 de junio de 2017 no fue a prisión porque el Tribunal Oral en loa Criminal Nº1 decidió conservar - hasta tanto la sentencia quedara firme - el arresto domiciliario, beneficio que gozó durante gran parte del proceso.

Recién en septiembre del 2020, la Sala II de Casación Penal revocó la prisión domiciliaria de Sasso y lo mandó a cumplir la condena a la cárcel, tal como pidió en reiteradas la familia de Bernaola. “Ojalá, mientras esté en un calabozo como corresponde, pueda pensar y arrepentirse de lo que hizo, aunque lo dudo”, había dicho tras la resolución a 0223 Verónica Borelli, la mamá de la menor, que desde un primer momento se puso al frente del reclamo de Justicia organizando marchas y todo tipo de actividades.

En aquella trágica madrugada, Sasso no solo atropelló y mató a Lucía, sino que también ocasionó diferentes heridas a los otros jóvenes que caminaban junto a ella, su grupo de amigos, que prácticamente no tuvieron tiempo de prevenirse de la conducta temeraria que mostró a bordo del Renault Clio.