Después de 56 años, "El Canastero de la Costa" se despide para siempre de Mar del Plata

La familia Ortells, propietaria de la cestería más antigua de Mar del Plata, anunció una liquidación para bajar las persianas en Punta Mogotes. La historia de un tienda arraigada a las raíces de la ciudad.  

El icónico local ultima detalles para su despedida. Fotos: facebook "El Canastero de la Costa".

13 de Febrero de 2021 08:05

El anuncio de cierre sorprendió a todos menos a la familia Ortells: sí, "El Canastero de la Costa", la emblemática tienda que desde comienzos de los '60 se hizo un lugar en la historia de Mar del Plata con la fabricación y venta de artesanías de mimbre y caña, se despide para siempre de Punta Mogotes. A través de las redes sociales, los dueños comunicaron que comienzan una liquidación de la mercadería para poder cerrar las puertas y "encarar nuevos y emocionantes proyectos".

Lo que todavía no está decidido es la fecha exacta de la despedida final de la cestería más antigua que queda en pie en la ciudad. Félix Alberto Ortells, el hombre que hoy está a cargo del comercio junto a su papá, Alberto Jaime Ortells, estima que se dará a partir de abril, después de Semana Santa. "Todo depende de cuán vacío esté el local para esa fecha", dice, en una generosa entrevista que le concede a 0223, el tataranieto del fundador de "La Valenciana", que fue toda una novedad en la década del '20 al ser la primera cestería que veía "La Feliz". 

Lejos está la crisis y la pandemia de ser un argumento para la partida definitiva de "El Canastero de la Costa". Si bien el comerciante de 34 años reconoce que esta temporada es "bastante mala", también asegura que en el 2020 pudo sostener un nivel de ventas "muy bueno" que incluso llegó a superar el balance de otros años. "Esto es una decisión que mi viejo y yo teníamos tomada hace un tiempo. Mi papá tiene 65 años y estuvo más de 40 años al frente del local. Pienso que ya trabajó más que suficiente y tiene el descanso bien merecido", explica.

Félix, además, asegura que la cestería tiene dos "almas": la de su mamá Mónica, quien falleció en 2013, y la de su papá, y por eso entiende que "ya no tendría ningún sentido seguir trabajando acá sin él". En el marco de lo que será la nueva etapa, deposita todas las expectativas de futuro en un emprendimiento familiar que montó con su esposa y que ya anticipa una buena respuesta comercial. "Hace un tiempo que compartimos este proyecto con ella y por suerte nos está yendo bastante bien", destaca.

Pero a pesar de que el cierre estuvo meditado y acordado en la familia, el joven Ortells también reconoce que semejante decisión no fue fácil y que trae un inexorable "dejo de nostalgia" por lo que representa la tienda para Mar del Plata y, particularmente, para Punta Mogotes. "Son muchísimos años de historia y quienes trabajamos acá nos quedamos con millones de recuerdos hermosos. Para mí, personalmente, es de cierta forma dejar mi hogar ya que yo nací acá y mi vida siempre giró en torno a este lugar increíble", expresa.

"Muchísima gente se comunicó con nosotros apenados por el cierre. Cuando publiqué la noticia de que íbamos a cerrar quise aclarar que no era porque nos fundimos o porque nos fue mal sino porque era hora de cerrar un ciclo. Un montón de clientes de toda la vida se sorprendieron por la decisión tomada pero nos entienden y nos desean mucha suerte para nuestros proyectos futuros", afirma el responsable del local ubicado sobre Avenida de los Trabajadores y Vernet.

La historia de la empresa familiar se remonta a 1926 cuando el inmigrante español Jaime Ortells funda “La Valenciana”, que vio sus primeros pasos en Avenida Independencia y Rawson, hasta que su hijo, Jaime Roberto, decidió la mudanza a Punta Mogotes en 1965 con un nuevo nombre: "El Canastero de la Costa". Y en ese local de la zona sur, la familia montó en las alturas un inmenso canasto que no tenía otra función más que la de servir como un original atractivo publicitario.

Con el paso de las décadas, el cesto gigante que asoma en el techo de la cestería se consolidó como un símbolo pintoresco de la zona pero lo cierto, según lo que aclara el propio Félix Ortells, es que no se trata del original sino de una de las tantas réplicas que se han construido en busca de mantener viva la misma identidad visual. "Mucha gente sigue creyendo que tenemos el mismo canasto de siempre. Pero ya debemos ir por el sexto o séptimo. El que tenemos ahora es el primero enteramente de plástico. Los anteriores fueron todos de mimbre, y después de un par de años de uso los íbamos arreglando o cambiando por uno nuevo", revela.

El fenómeno de la "silla Mar del Plata"

Durante muchísimo tiempo, las sillas de mimbre coparon los balnearios de la ciudad y se consolidaron como un ícono directamente asociado a la imagen de "La Feliz", a pesar de que sus orígenes se vinculan con Francia. De hecho, la tradición popular bautizó esta marca registrada con nombres como la "silla Mar del Plata" o la "silla playera de la Bristol".

 

Y la canastería de la familia Ortells generó un aporte clave en este sentido porque, junto con "La Obrera", se encargó de producirlas y atendió una demanda que llegó a ser furor en distintos tramos del siglo pasado. El arraigo que construyeron estas piezas en torno a la "identidad marplatense" fue tan fuerte que en 2009 el Concejo Deliberante decidió su declaración como "patrimonio histórico simbólico, social, artístico y cultural".

La iniciativa había sido impulsada por la concejala del Frente para la Victoria, Viviana Roca, al ratificar a ese particular sillón de mimbre con asiento redondo y tejido con respaldo curvo como "un emblema de la playa" y "signo de distinción sociocultural". “Es un referente de una producción artesanal derivada de una materia prima regional, de la explotación rural no alimentaria característica propia de un ambiente, una época y los modos y estilos de vida típico de una sociedad”, argumentó la dirigente.

En 2014, un taller de fotografía rescató y viralizó a través de las redes sociales un fotorreportaje realizado a fines de la década de los '50 por Dmitri Kessel, reportero de la prestigiosa revista estadounidense Life, en donde quedó retratada - con una calidad asombrosa - la Mar del Plata "de oro" de aquella época. Y en buena parte de esa colección de imágenes históricas, se puede disfrutar de postales de playas con las inconfundibles sillas de mimbre que copaban las porciones de arena.