El municipio comenzó el operativo de demolición de Villa Joyosa

Este viernes, el municipio comenzó el operativo de demolición y reubicación de las familias que habitan las ruinas de Villa Joyosa, el histórico caserón de estilo colonial que desde hace más de tres décadas se encuentra abandonado. En el último tiempo, según denuncias de los vecinos de la zona, se había convertido en una "zona peligrosa" donde se registraban diferentes hechos de inseguridad.

En diálogo con 0223 Martín Ferlauto,  subsecretario de Control de la Secretaría de Seguridad el operativo da respuesta a la problemática planteada por los vecinos al tiempo que resuelve el latente peligro de derrumbe de la centenaria construcción.

Además, el funcionario confirmó que en el lugar hay un total de 20 personas que habitan el predio y ya fueron reubicadas. "Estas personas están divididas en tres grupos. Son dos familias y otro grupo de personas. Los dos primeros solucionaron el problema habitacional por su cuenta y estamos trabajando para trasladar de manera transitoria a los integrantes de un tercer grupo a dependencias municipales u ONG de abrigo. Afortunadamente todos son conscientes de la peligrosidad que implica vivir en este lugar", dijo.

Consultado por los plazos del operativo, Ferlauto aseguró que está previsto, por las dimensiones del ex boliche bailable que, una vez que las personas que habitan el lugar, abandonen el predio, la demolición se realice en un plazo de 48 horas. "Siempre hablando de condiciones ideales, sin imprevistos por el clima ni nada por el estilo. Defensa Civil ya está trabajando en la demarcación de la villa", explicó.

En este sentido, el funcionario destacó que si bien la construcción se encuentra en un terreno que es propiedad privada hace más de tres décadas que está abandonado y por eso, una vez finalizada la demolición se comenzará a definir qué ocurrirá con el predio.

Construida en 1916 por Roberto Soto Acebal, Fontana y Cremonte, como una lujosa casa de veraneo con vista al mar a metros de Parque Camet, fue casa de té, centro de detención en la década del 70 y se transformó en un boliche bailable y confitería  en la que se realizaron exorcismos con el fin de la Dictadura.