El "Almacén de colchones" sufrió una estafa virtual por más de $700 mil: "Es un golpe durísimo"

Una de las principales tiendas de colchones de Mar del Plata denunció en la Justicia una estafa virtual por más de 700 mil pesos y se convierte en el segundo caso de defraudación dentro del rubro comercial, después de lo que había sido el millonario robo que perjudicó hace poco más de una semana a "Blanco Store".

Esta vez, las víctimas fueron los dueños de “Almacén de Colchones”, que cuenta con sucursales en Güemes y Juan B. Justo y en Constitución y Pasteur. La cifra total de la estafa surge, en verdad, de tres operaciones que se realizaron con un escasa diferencia temporal.

La primera compra fraudulenta tuvo lugar en febrero, por un monto de casi 240 mil pesos, mientras que la segunda y la tercera ocurrieron en dos días consecutivos de junio por un importe de aproximadamente – entre estas últimas dos compras – de 462 mil pesos, según lo que confirmó a 0223 Bernardo, dueño del comercio.

“Es la primera vez que nos pasa esto, y más con importes tan grandes. Se llevaron muchos productos. Ojalá podamos salir ilesos porque esto es un golpe enorme para nosotros. Tenemos cuentas, sueldos y alquileres que pagar y esta situación nos complica un montón”, lamentó el comerciante, quien confirmó que este mismo viernes decidió hacer una presentación judicial en el área de ciberdelitos para tratar de dar con los responsables de la estafa.

Llamado de atención

La modalidad de la estafa fue similar a lo que había sucedido con el primer caso de Blanco Store: las compras se hicieron a través de diferentes tarjetas de crédito que figuraban a nombre de una misma persona. “No se trata de operaciones comunes por el monto pero la verdad que al principio no se había levantado ninguna sospecha”, reconoció Bernardo.

Al reconstruir la maniobra, el hombre del “Almacén de colchones” aseguró que las tres compras se realizaron a través del canal de atención de whatsapp y que habían sido aprobadas en una primera instancia por el sistema virtual. Sin embargo, cuando el verdadero titular de las tarjetas de crédito desconoció los procedimientos, las transacciones se anularon de inmediato, por lo que el local se quedó “sin el dinero y sin los productos que ya habían sido enviados”.

“En las compras nos habían pedido de venir a buscar la mercadería en un flete, algo que tampoco es tan común porque solemos hacernos cargo de la entrega nosotros. El tema es que después, cuando se desconocieron las compras, empezamos a atar cabos y ahí comprobamos que ya no contestaban los teléfonos y que las direcciones de domicilio que nos habían dado eran ficticias”, indicó el empresario.

Bernardo dijo que quiso visibilizar su situación para que otros comerciantes relacionados a la misma actividad “estén atentos” y puedan evitar ser víctimas de esta clase de delitos. “Creo que esto es claramente un llamado de atención después de lo que nos pasó y lo que le sucedió también hace poco a otra tienda colega de Mar del Plata. Hay que estar alerta de la operatoria de esta gente”, enfatizó.