Estufas Rocket: un auge por la eficiencia energética en las lejanías marplatenses

Este sistema de calefacción alternativo permite ahorrar hasta un 50% de leña con respecto a las salamandras. Cómo funcionan y qué hay que tener en cuenta a la hora de encargar una.

Las estufas rockets consumen un 50% menos de leña que una salamandra.

24 de Enero de 2022 16:09

Hablar de estufas en temporada de verano parece exagerado, pero, como decía mi abuela, “hombre precavido vale por dos”, y esta época es la propicia para ir adelantándose a solucionar o mejorar los sistemas de calefacción. Porque el invierno siempre llega. Y se hace largo.

En Mar del Plata el invierno puede ser particularmente crudo, y muchas zonas distantes de General Pueyrredon no tienen red de gas natural. El gas envasado no sólo es más costoso sino también más engorroso. Es por esto que desde hace unos años hay una tendencia en alza: los sistemas de calefacción alternativos. 

Las salamandras, hogares, cocinas a leña y hornos de barro, son artefactos de antaño ya, pero eficientes. Y en los últimos años se sumó un sistema más novedoso: las estufas rocket. Puede combinar varias de las funciones de los otros sistemas y puede ser alimentada con maderos mucho más pequeños, es decir, con las ramas que se pueden recolectar fácilmente en zonas algo arboladas. En el caso de la leña convencional, la ventaja está en el consumo, que es menor que en otros dispositivos. En una temporada se puede ahorrar un 50% de leña con respecto a una salamandra. 

Leo Ovejero construye estufas rocket desde hace seis años.

 

Leonardo Ovejero vive en Chapadmalal hace 10 años y construye estos dispositivos desde hace seis, a través de su emprendimiento Rayen Kutral Estufas. En diálogo con 0223, contó algunos de los detalles y consejos para poder tener una rocket: “Cuando me mudé, hicimos un hogar pero el primer invierno fue difícil, no podía creer cómo siendo un lugar tan lindo y tan natural, la estábamos pasando todo el tiempo al lado del fuego”.

“A partir de ahí, empecé a buscar un sistema de calefacción a leña que me permitiera tener otro tipo de calidad de vida en el invierno”, sostuvo y añadió que para poder tener calefactores es "otro tipo de consumo, costo e impacto, también”. Leo se afincó en el barrio Santa Isabel, cerca de los Hoteles de Chapadmalal, y la red de gas natural aún no llega hasta su zona. Como Leo hay muchos: desde hace aproximadamente 10 años, el sur de General Pueyrredon viene experimentando un importante crecimiento poblacional.

Según el especialista, el término rocket forma parte de un concepto más amplio que sería el de “estufas de masa térmica o de inercia térmica”. “En vez de ser de chapa o hierro como la salamandra, estas estufas son de ladrillos o de mampostería lo cual se calienta y tiene la capacidad de almacenar el calor, incluso cuando se apaga el fuego”, explicó. 

Lo ideal para este tipo de dispositivos es tener planeado su instalación en paralelo con la construcción de la casa, para que sea ubicado en el centro del hogar y desde allí irradiar el calor parejo hacia todo el inmueble, aunque también son totalmente adaptables de ser instaladas en casas ya construidas.  

Las estufas rocket pueden tener diversos diseños y utilidades.

 

Para hacer en tu casa una rocket lo primero que hay que tener es una charla con el instalador. "No se trata de mover una perilla y ya está, como la estufa es a leña, la relación con el dueño es ineludible”, señaló Leo y agregó: “Hay que acopiar la leña, tenerla seca, todo en función de la rutina que tenga la casa para optimizar el funcionamiento y eficiencia”, destacó quien desde hace un tiempo forma parte de la Asociación Argentina de estuferos y Hornería.

A partir de la primera entrevista surge un primer diseño de estufa con su respectivo cálculo de materiales, “trabajo con ladrillos; arena; la herrería, que tiene que ver con partes de la estufa como la puerta de la cámara u horno que se puede incorporar en el diseño; el tiraje de zinguería o acero inoxidable; una primera cobertura en que generalmente prefiero el barro aunque también se puede con un revoque a la cal; y un detalle final que puede ser con pintura látex o texturados, que también funcionan bien”, explicó Ovejero.

“Elijo el barro porque tiene la propiedad de ser un regulador natural de la humedad de la casa, absorviéndola, incluso cuando el fuego esté apagado”, redondeó el concepto. 

Una vez hecha la primera charla, el cálculo, el diseño y la elección de los materiales, la estufa tiene un tiempo de fabricación de aproximadamente una semana. "Luego tiene un tiempo de secado que generalmente suele ser de unos 15 días”, señaló el estufero, y allí radica la importancia de la previsión y la época, ya que en temporada estival, el proceso es más corto, mientras que por la humedad del invierno se puede prolongar.

En cuanto a los precios, según las fuentes consultadas, un valor mínimo de construcción de una buena rocket ronda los $140.000 o $150.000, que con el debido mantenimiento, como tiene un calefactor cada invierno, tiene una vida útil de aproximadamente 10 años o más. El diseño debe ser pensado con lugares específicos como ciertas tapas de inspección para hacer el mantenimiento sin tener que afectar la estructura general del artefacto.

Estos aparatos pueden servir para calefaccionar bañeras o jacuzzis.

 

Otro de los puntos salientes con que cuentan estas estufas es la adaptabilidad que tienen para combinar con otras funciones, por ejemplo para adaptar hornos tipo pizzeros, calentar agua para bañarse, funcionar como serpentina para un sistema de calefacción tipo loza radiante o radiadores, cocinar, y, por supuesto, calefaccionar la casa. “La idea es que los gases que genera la combustión, circulen primero por el tiraje dentro de la estructura para su aprovechamiento y que la masa absorba ese calor. Incluso se puede construir una bañera o un jacuzzi, o mover aire como en una calefacción central, con esta tecnología”, señaló Leo, entusiasmado en su explicación.

En la actualidad, Leo Ovejero no sólo se dedica al diseño y fabricación de rockets, sino también a la enseñanza del oficio. “Hay que compartir lo aprendido, es necesario que se divulgue, que cada vez haya más usuarios de estufas y más personas idóneas haciéndolas, recuperando saberes ancestrales”, reflexionó por último.

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