Un chalet de 97 años en ruinas, un proyecto incierto y la preocupación que crece en los vecinos

La histórica Falucho y Sarmiento se encuentra en un estado ruinoso desde hace más de una década, a pesar de haber sida declarada de interés patrimonial por el municipio. "Hay que dar señales concretas para que se conserve", pidieron en la Defensoría del Pueblo.

Hay preocupación entre los vecinos por el destino del inmueble construido en 1925. Foto: 0223.

8 de Octubre de 2022 08:11

Por Redacción 0223

PARA 0223

“Eso puede venirse abajo en cualquier momento". Nueve años después, la advertencia de los arquitectos de la Asociación Civil Marplatenses Defensores del Patrimonio Arquitectónico y Urbano – increíblemente – no ha perdido vigencia: el chalet “La Marina” muestra un deterioro cada vez más profundo y despierta nuevas alarmas entre los vecinos de Falucho y Sarmiento.

El incendio accidental de la semana pasada en la casona de Alula Baldassarini, un apellido íntimamente ligado a la historia de Mar del Plata, reavivó la preocupación por el futuro del inmueble de tres niveles y cimentado a base piedra y ladrillo. En los últimos tiempos, la propiedad construida en 1925 estuvo expuesta a un cruel abandono y no hay ninguna señal que apunte a una posible recuperación.

“Nosotros, en el 2021, hicimos una jornada de visibilización del estado patrimonial de algunos inmuebles de Mar del Plata e incluimos a este chalet porque es muy importante el deterioro que ha sufrido; fueron constantes las usurpaciones y también los incendios que se han producido ahí dentro”, afirmó Fernando Rizzi, uno de los tres referentes de la Defensoría del Pueblo.

En diálogo con 0223, algunos vecinos llegaron a comparar a la casona con un “aguantadero”. Es que la preocupación no solo pasa por su deterioro estructural, sino también por la mugre, las ratas y las distintas personas que ingresan para dormir a la noche. De hecho, se presume que el último siniestro tendría alguna relación con estos ingresos nocturnos ya que el foco ígneo comenzó en unos colchones y luego se expandió por gran parte de la planta baja.

Incertidumbre

La postal del incendio reavivó diferentes especulaciones sobre algún interés privado para deshacerse definitivamente de la casona de Baldassarini y dar luz verde a un emprendimiento inmobiliario. Y lo cierto es que en septiembre de 2014 el Concejo Deliberante autorizó a la firma “Falucho y Sarmiento SA”  a construir un edificio de 11 pisos, que quedaría anexado a “La Marina”.

La empresa se había comprometido a "preservar la volumetría y morfología general originaria del chalet, conservar sus fachadas principales y refuncionalizar su interior" a fin de generar espacios factibles a un “Museo”. Y también contemplaba la posibilidad de ceder la planta baja a la municipalidad con el fin de promover, justamente, el desarrollo de actividades culturales.

Sin embargo, en todos estos años,  la empresa lo único que hizo fue colocar unos andamios y no mucho más. “Eso se aprobó pero quedó ahí. No hubo novedades”, reconocieron autoridades de la Secretaría de Obras y Planeamiento Urbano, ante la consulta de este medio.

Señales

Desde 1994, a partir de la sanción de la ordenanza municipal 9564, el chalet de Falucho y Sarmiento integra el listado de bienes declarados de interés patrimonial. A pesar de esta importante declaración, las últimas gestiones locales no han hecho otra cosa más que darle la espalda a “La Marina”, algo que también se evidencia con los múltiples usos a los que quedó relegada la casa: salón de fiestas, centro cultural y albergue de personas en situación de calle. “Acá lo que hubo, fundamentalmente, es desidia porque este chalet tiene un valor enorme, es de Baldassarini, una firma de gran importancia para la ciudad”, denunció Rizzi.

Baldassarini fue el autor responsable de decenas de chalets integrando la “piedra Mar del Plata” a sus fachadas y así proyectó las residencias de veraneo de las familias más ilustres del país. Las principales construcciones que lo involucran se concentran en cercanías al Torreón del Monje, la loma de Stella Maris y Playa Grande. También dejó su impronta en Zona Norte, en obras como las cocheras del Instituto Saturnino Unzué, otra de las joyas más imponentes a nivel local.

De esta manera, el agrimensor e ingeniero italiano dotó a la ciudad de una identidad y elegancia arquitectónica bien distintiva y característica. “Estamos absolutamente convencidos de que esto debe preservarse y mantenerse como corresponde, y que habría que dar señales concretas para que estos inmuebles no se desafecten por más que su estado sea ruinoso, porque sino muchos propietarios especulan con la ruina para pedir su desafectación”, insistió el Defensor del Pueblo.