El chalet de Baldassarini, en ruinas

La casa de veraneo de Baldassarini, en ruinas.

22 de Abril de 2013 18:04

Por Redacción 0223

PARA 0223

Por Luciana Acosta

El chalet anglonormando "La Marina", ubicado en Sarmiento y Falucho, fue proyectado y construido en 1925 por el ingeniero italiano Alula Baldassarini para uso personal: fue su casa de veraneo hasta 1928. 

La casa, que se desarrolla en tres niveles (dos plantas y bohardilla) sobre una base de piedra y ladrillo, es parte de la importante obra que dejó el arquitecto y que le dio a Mar del Plata un estilo característico. Por eso, desde 1994, a partir de la sanción de la ordenanza municipal 9564, integra el listado de bienes declarados de interés patrimonial.

Sin embargo, ello no sirvió para evitar ni detener el deterioro de un inmueble que cumplió distintas funciones: durante la última década fue utilizado como salón de fiestas, centro cultural y albergó a personas en situación de calle. En la actualidad, allí funciona una feria americana en la que se puede conseguir desde ropa usada hasta tejas, maderas, bicicletas y libros desencuadernados.

Según los vecinos de la zona, el chalet fue usurpado hace más de diez años por una familia que comenzó a vender artículos usados para subsistir. "Están colgados de la luz y no tienen agua ni gas", asegura José, comerciante de la zona.

Adentro de la vivienda, la suciedad y el descuido asombra: la chimenea situada frente a la puerta principal está tapada por maderas, chapas y una cajonera; la caída de la pintura y del revoque dejó a la vista las vigas del techo y sólo quedan vestigios de lo que alguna vez fue el piso de parqué que eligió Baldassarini

"Pantalones y zapatillas a 20, y las remeras a 15. Revolvé tranquila y dejá desordenado que sino, no se encuentra nada", invita a pasar un hombre de unos 40 años, a cargo del comercio. 

El resto de los ambientes están clausurados y sólo pueden observarse desde afuera, a través de las ventanas sin vidrios ni postigos, por las que entran y salen palomas a toda hora. El olor del ambiente, nauseabundo, es una mezcla de humedad y pis de gato. 

"A alguien que le interesa cuidar un patrimonio, lo primero que hace es impermeabilizar la cubierta –los techos- para evitar filtraciones y en este caso queda más que claro que eso no ocurrió y eso puede venirse abajo en cualquier momento", advirtió a 0223 el arquitecto Cristian Andreoli, presidente de la Asociación Civil Marplatenses Defensores del Patrimonio Arquitectónico y Urbano.

Según el especialista en bienes patrimoniales, el estado deplorable en el que se encuentra "La Marina" se debe a que "el municipio jamás tomó una medida para evitar que sucediera lo contrario". "Se sabe que el dueño de esa propiedad murió y ahora está intrusada, pero la realidad de ese inmueble no es distinta a la de otros patrimonios que son descuidados para que, si no se caen solos, el municipio los desafecte y puedan ser demolidos para hacer jugosos negocios inmobiliarios", lamentó por último.

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