La mataron de un disparo en un aula y su crimen quedó impune: la historia que llega al Festival de Cine

La película que reconstruye el brutal asesinato de Silvia Filler, ocurrido el 6 de diciembre de 1971, se estrena este jueves por la noche, con entrada gratuita. La proyección del film también sirve para repensar una problemática muy vigente: la proliferación de los discursos de odio. 

8 de Noviembre de 2022 18:11

Por Redacción 0223

PARA 0223

Una víctima totalmente inocente. Una chica que recién daba sus primeros pasos en Arquitectura. Un disparo en la frente que terminó con la vida de una estudiante y que marcó para siempre a una familia. Pero también a una ciudad: el brutal crimen de Silvia Filler marcó en los ’70 el inicio de la violencia política en Mar del Plata y fue todo un hito para la militancia estudiantil. Se trató del primer asesinato perpetrado dentro un aula en todo el país. En menos de un mes, se cumplirá otro aniversario del hecho y esta semana el Festival Internacional de Cine vuelve a traer a Silvia Filler al tiempo presente, con la proyección de un documental que reconstruye una historia de impunidad.

“La memoria que habitamos” es el nombre que recibe la película realizada y producida íntegramente por la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP), bajo la dirección de Diego Ercolano. Las proyecciones, en el marco del Festival de Cine, son dos: la primera tiene lugar este jueves en el Teatro Colón, a las 22, con acceso gratuito (una hora antes, se pueden retirar por la boletería de Hipólito Yrigoyen al 1665 hasta dos entradas por persona). Y la segunda función es el viernes a las 19.50, en la sala 2 del Paseo Aldrey, y las entradas ya se venden por miboleteria.com.ar.

El film se propone reconstruir la escena de la asamblea universitaria del 6 de diciembre de 1971 donde se consumó el asesinato, tras la salvaje irrupción que hizo la patota de la Concentración Nacional Universitaria (CNU) en el aula magna de Alberdi y San Luis – que actualmente lleva el nombre de Silvia Filler a modo de homenaje –, e indaga sobre otros aspectos personales de la estudiante de tan solo dieciocho años. Pero las circunstancias actuales también lo constituyen como un espacio de reflexión para repensar una problemática muy vigente: la proliferación de los discursos de odio.

“Es sumamente valiosa esta producción porque permite unir generacionalmente y poner en pantalla testimonios de protagonistas de cincuenta años atrás y traer el nombre de Silvia a un presente que está atravesado por los mismos formatos de aquel momento: el discurso de odio, la acción violenta por sobre el debate, y la posibilidad de violentar casi como otorgándose un derecho sobre la vida del otro. Esa es la unión que veo entre el pasado en donde Silvia fue asesinada y este presente tan violento”, dice Lila, hermana de Silvia y una de las protagonistas de “La memoria que habitamos”.

Silvia Filler tenía 18 años cuando fue asesinada por hombres de la CNU. 
 

Durante la película, Lila y Marta, las hermanas de Silvia, se encargan junto a un periodista de lanzarse al desafío de retomar la investigación del crimen de la joven estudiante marplatense que nunca encontró Justicia. Para Lila, la proyección en el Festival Internacional de Cine es un “premio al trabajo de un equipo sumamente consolidado y con una clara idea de lo que quería hacer”. “Es muy importante que se pueda ver el caso de Silvia Filler en otros ámbitos a los que habitualmente suele quedar circunscripto. La historia de Silvia tiene puntos de articulación en cualquier otro espacio donde se pueda proyectar la película y me parece valioso poder establecer ciertas empatías con tantas otras víctimas que hay cotidianamente en nuestra sociedad y en tantas otras sociedades”, sostiene.

Con un disparo a la cabeza, a Silvia le arrebataron una vida llena de sueños.

“Hoy vivimos casos de gatillo fácil, de violencia institucional y hasta el extremo de un intento de magnicidio como que el que sufrió en septiembre la vicepresidenta. Desde algunos medios de comunicación, hay discursos que se instalan y taladran la cabeza y son cuestiones graves que ponen en riesgo la convivencia democrática. Creo que para los que ya vivimos estas experiencias en el pasado y los que valoramos la vida y el debate democrático, la situación actual es realmente para estar alerta”, insiste, al revalorizar el sentido de la película en el marco de su inminente estreno.

En la entrevista que le concede a 0223, Lila también reconoce que su participación en el documental era una “obligación moral” después de haber luchado durante cinco décadas por mantener en la memoria colectiva el nombre de su hermana. “Como hermanas era nuestra obligación llevar la voz de lo que significó la muerte de Silvia para nuestro contexto familiar e íntimo, y cómo nos hicimos responsables de sostener el nombre, la memoria y el hecho trágico de su asesinato”, explica la mujer que, al igual que Marta, llegó a ejercer como docente en la casa de estudios.

Las primeras proyecciones de “La memoria que habitamos” anticipan, a su vez, el nuevo aniversario que se cumplirá en pocas semanas del crimen de Silvia Filler. “Para mí, el 6 de diciembre es un día con una disposición diferente en lo que hace a lo interno, lo afectivo y la memoria. Pero, en verdad, yo no vivo del recuerdo de Silvia sino que sobre su recuerdo construí mi historia”, remarca Lila, que agrega: “Estas fechas ponen en instantes la tragedia del crimen pero Silvia forma parte de mi cotidianeidad. Ella forma parte permanentemente de mi historia de vida”.

Impunidad

La fatídica asamblea del 6 de diciembre de 1971 se gestó unos días después de que dos alumnos fueran expulsados de la Universidad pública sin un juicio académico previo. Unos 350 estudiantes debatían la postura adoptar hasta que una patota de la Concentración Nacional Universitaria, una organización parapolicial de ultraderecha, entró en escena, a fuerza de golpes, cadenazos y tiros. Uno de esos disparos terminó con la vida de Silvia Filler, quien se encontraba en la tercera grada del aula. La chica, que cursaba su primer año en la facultad de Arquitectura, no militaba ni guardaba vínculo alguno con agrupaciones políticas: solo había ido a la reunión para solidarizarse con los compañeros expulsados.

"La memoria que habitamos" es una producción íntegra de la UNMdP.

La Justicia determinó que los autores materiales del crimen fueron Héctor Corres y Juan Carlos Gómez. Ambos llegaron a estar procesados junto a una veintena de personas, pero solamente Corres fue encarcelado: Gómez estuvo prófugo hasta el 31 de mayo de 1973, cuando él y todos los demás recuperaron la libertad al quedar alcanzados por la amnistía decretada por Héctor Cámpora para presos políticos. De esa manera, también quedaron exentos de ir a juicio y gozaron la impunidad.

El largometraje documental reconstruye la investigación del crimen e indaga en otros aspectos personales de la vida de Silvia Filler.

Sin embargo, la familia de la joven estudiante no se quedó de brazos cruzados y por eso siguió de cerca los dos juicios que recién se realizaron en los tribunales federales en 2016 y 2020 – más conocidos como “CNU I y CNU II” – donde muchos de los líderes e integrantes de la agrupación ultraderechista recibieron condena, pero no por el homicidio de Filler, sino por los diferentes delitos de lesa humanidad que cometieron entre 1974 y 1975. De hecho, Corres apenas recibió una condena a cinco años de prisión por su participación en la “organización ilícita” que constituyó la CNU. Por esta razón, para las hermanas de Silvia y para la Universidad Nacional de Mar del Plata, visibilizar el injusto final que tuvo una joven totalmente inocente constituye un aporte sustancial y necesario a la hora de recapitular la memoria histórica de la ciudad.