A pesar de la muerte de los principales imputados, seguirá el juicio por la secta del hotel City

El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata garantizó la continuidad del debate pese a que, durante el proceso, se produjo la muerte de Fernando Ezequiel Velázquez y Eduardo Nicosia, los líderes de la organización que explotó mujeres durante décadas en la ciudad.

La resolución llega por un pedido de la Defensoría Pública de Víctimas.

18 de Marzo de 2022 18:00

Por Redacción 0223

PARA 0223

El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata garantizó esta semana la continuidad del juicio por la organización que durante décadas explotó económica, laboral y sexualmente a 32 personas en el hotel City a pesar de la muerte de Eduardo Nicosia y Fernando Ezequiel Velázquez, señalados como los líderes de la "secta yogui".

La decisión del Tribunal -integrado por los jueces Roberto A. Falcone, Nicolás Toselli y Fernando M. Machado Pelloni- responde a una presentación de la Defensora Pública de Víctimas, Inés Jaureguiberry, representante legal de cinco víctimas de trata de personas.

La abogada buscó garantizar los derechos de las víctimas a conocer la verdad de lo sucedido y a obtener una reparación integral, aunque la muerte de los acusados impida arribar a una condena. Entre otros fundamentos, dicha presentación acompañó un dictamen del Programa de Asesoramiento y Promoción de Derechos de las Víctimas del Delito de Trata de Personas de la Defensoría General de la Nación (DGN), que coordina Marcela Rodríguez.

En su presentación ante el Tribunal Oral Federal, la Defensoría Pública de Víctimas (DPV) argumentó que, ante el fallecimiento en la etapa de juicio de las personas acusadas por la querella sin que se haya podido arribar a un pronunciamiento sobre su responsabilidad, el derecho de las víctimas a conocer la verdad de lo sucedido y a obtener una reparación integral “no desaparece y, en consecuencia, debe garantizarse la posibilidad de que continúen participando del proceso”.

Además, según pudo confirmar 0223, la presentación hizo referencia al contenido reparatorio del proceso penal que en los últimos años se ha visto reforzado a través de distintas experiencias vinculadas a la garantía de los derechos humanos.

Por su parte, el dictamen del Programa de la DGN, que fuera acompañado a la presentación, desarrolló amplios fundamentos que sostienen que el carácter de víctima está dado por la comprobación de los hechos que la damnificaron y no por la condena de quien lo hizo. Sumado a ello, realizó un extenso desarrollo de los antecedentes legislativos y jurisprudenciales del sistema interamericano sobre los derechos de las víctimas, la reparación y, especialmente, el derecho a participar del proceso.

También agregó que los derechos de las víctimas “a la tutela judicial, a contar con un remedio efectivo, a obtener reparaciones para los daños y perjuicios sufridos, están alcanzados por los compromisos internacionales de actuar con la debida diligencia conforme los tratados de derechos humanos suscriptos”.

Las otras personas imputadas que siguen siendo juzgadas por esta fecha son Silvia Cristina Capossiello - pareja de Nicosia y madre de alguno de sus hijos -, Sinecio de Jesús Coronado Acurero y Luis Antonio Fanesi. Los hechos por los cuales llegaron a juicio se sucedieron, al menos, desde principios de la década de 1970 y a partir del 2005 y hasta el allanamiento del 3 de julio de 2018 en Mar del Plata. La organización actuaba desde el inmueble del Hotel City, ubicado en Diagonal Alberdi 2561, en pleno centro marplatense.

Muertes sin condena

Eduardo de Dios Nicosia, conocido como el Swami Vivekayuktananda, falleció a los 74 años en enero del 2021 en el Hospital Penitenciario de Ezeiza, después de permanecer tres años preso, a la espera del debate. Fernando Ezequiel Velázquez, el psicólogo considerado como la mano derecha de Nicosia, murió a principios de este mes.

Para la justicia, Nicosia fue “el fundador de la congregación, una suerte de guía espiritual, principal administrador y organizador de la actividad delictiva, bajo la cual sometió a las víctimas para la consecución de aquellos fines”, pero la participación de los otros implicados fue central para que el accionar del grupo funcionara con éxito.

Sin ir más lejos, se cree que Capossiello era la encargada de controlar a los damnificados cuando Nicosia se ausentaba y estaba al frente de la cooperativa administradora del hotel City.

En función de los relatos de las víctimas tomados durante la investigación, Nicosia tuvo al menos 15 hijos e hijas, trece de ellos con seis madres diferentes y los otros dos con dos de sus hijas biológicas. Excepto un caso, los recién nacidos fueron registrados como hijos biológicos de otros miembros de la congregación.