El drama de una familia ucraniana en Mar del Plata: pide ayuda para salvar a sus parientes de la guerra

Dmitri y Antonia dejaron sus tierras hace casi 25 años y hoy luchan para rescatar a dos sobrinas y sus dos hijas de los bombardeos rusos. Para eso, necesitan recaudar al menos cuatro mil dólares y que sus parientes recorran más de 100 kilómetros y lleguen a salvo hasta la frontera con Moldavia. Cómo colaborar.

Una familia de Ucrania que vive en Mar del Plata pide ayuda para rescatar a sus familiares de la guerra con Rusia. Foto: 0223.

9 de Marzo de 2022 11:29

Pasada la medianoche del 24 de febrero, Antonia y su esposo Dmitri se despertaron con un mensaje de su sobrina: estaban bombardeando los aeropuertos de Ucrania. La noticia fue estremecedora. Rusia había avanzado en la primera ofensiva militar con la que el presidente Vladimir Putin dijo que buscaba "proteger" a los habitantes civiles de las dos regiones separatistas y rusoparlantes del este de su país, Donetsk y Lugansk.

Ambos nacieron en Ucrania, pero por problemas económicos, a fines de la década del ´90 decidieron dejar sus tierras y asentarse en la Argentina, justo antes del fin del menemismo y el estallido social, económico y político del 2001. Los primeros años los pasaron en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde él hizo algunas tareas de mudanza y también trabajó como obrero metalúrgico. "Al principio fue muy difícil. No sabíamos hablar y no teníamos ni parientes, ni amigos ni plata", rememora en un perfecto castellano con un marcado acento ucraniano.

Con algunos ahorros, compraron un terreno en el barrio Playa Los Lobos, donde construyeron una pequeña casilla que la usaban para veranear. Hasta que, finalmente, decidieron mudarse a Mar del Plata. Hoy, ambos tienen una hija de 13 años y dos mellizos que están por cumplir 10.

Desde hace unos días toda insignia patria está presente en el lavadero que administran hace nueve años, donde ambos se prestan para conversar un rato con 0223 sobre sus historias y cuentan cómo viven, a la distancia, el horror de la guerra. Sus hijos varones lucen con orgullo la camiseta de fútbol de su país. En el local de calle Magallanes casi Posadas la bandera azul y amarilla, colgada en señal de apoyo a su pueblo, resalta entre las bolsas blancas de ropa limpia.

Dmitri y Antonia cuentan cómo viven, a la distancia, el horror de la guerra. Detrás de ellos, la bandera de Ucrania se mezcla con las bolsas del lavadero. Foto: 0223.

El sueño de ayudar a su familia a escapar de la guerra y el dolor por las pérdidas

"Mami, feliz cumple. Te amo mucho", fue el último mensaje que Antonia llegó a cruzar con su mamá, días antes de que empezaran los ataques. "¿Cuándo te veo?", le respondió. Pero el temor infundido por la guerra le arrebató a su madre, a quien no veía hacía 18 años, cuando viajó por última vez a Ucrania. "Ella se murió a la noche de un infarto, estaban bombardeando mucho y sufrió un paro del susto. No es que estaba enferma", repara la mujer.

Tras la muerte de su madre y mientras los militares rusos avanzan sobre distintos territorios, Antonia y Dmitri están desesperados por salvar a sus dos sobrinas con sus dos hijas de 3 y 5 años y para ello, estiman, tienen que recaudar cerca de cuatro mil dólares.

Pero el operativo de rescate no es nada sencillo. Sus parientes viven en Mykolaiv, una ciudad donde los bombardeos no cesan. Para salvarse, tienen que buscar el momento exacto para recorrer 100 kilómetros y escapar del horror de la guerra por la frontera con Moldavia. "Es peligroso que intenten salir a la frontera, pero más peligroso es que se queden allá. No veo que esta guerra vaya a terminar mañana", razona Dmitri.

"Esto que esta pasando es un desastre. El llanto nuestro es por los parientes que tenemos. Estamos tratando de conseguir plata para comprarles los boletos para cuando lleguen a la frontera y se puedan venir para acá con sus tíos y estar tranquilos. Los chiquitos podrían ir al jardín. Les va a costar por el idioma, pero de alguna forma podrían hacer una vida normal", afirma Antonia.

En Ucrania, entonces, quedarían el marido de una de sus sobrinas, que está obligado a pelear contra la invasión rusa, y su hermana, que cuida a una suegra de 90 años que tiene varios problemas de movilidad.

"Le pido a Dios que al menos los míos puedan llegar a la frontera, aunque sabemos que no es seguro. Hay batallas todos los días", insiste ella y asegura, que de no lograr el cometido, devolverán cada centavo que reciban. "Si no les podemos comprar los pasajes, nosotros vamos a devolver la plata. No somos ningunos estafadores", confía y asevera: "No podría soportar que les pase algo a mis sobrinas y sus hijas".

"Lo que está pasando es una masacre"

Dmitri y Antonia se mostraron consternados por la ofensiva rusa que se precipitó a fines de febrero y aseguraron que los ataques sorprendieron a todo el pueblo ucraniano. "Nadie esperaba la guerra, nadie creía que iba a pasar de esta manera: matando a civiles. La gente vivía normalmente. Lo que está pasando ahora es una masacre. Es un desastre", sostiene Dmitri.

Con sus familiares tienen contacto casi todos los días. Ellos viven refugiados en los sótanos de los edificios con muy pocas provisiones de comida y sin agua, gas ni luz. Apenas alcanzan a cargar sus teléfonos celulares con generadores para reportarse, en señal de que siguen vivos. Pero el miedo a que sea el último mensaje está latente.

"El lunes nos contaron que estaban en un sótano y temblaban todas las paredes de la casa por los bombardeos. Los bombardeos en las zonas aledañas a Mykolaiv no cesan y dificultan el plan de escape de sus cuatro familiares que se ilusionan con una vida mejor en Mar del Plata, lejos de su Ucrania natal, pero a salvo de los ataques perpetrados por las fuerzas que comanda el presidente de Rusia. "Todos sabemos que a Vladimir Putin le falla la cabeza. Ese hombre está perdido", lamentan ambos.

Cómo colaborar con la familia de Antonia y Dmitri

Alias: "Salvemos.Ucrania"

CBU: 0000003100030473419555