Las posibilidades de la luz como recuerdos compartidos

Las posibilidades de la luz es el primer libro de cuentos de María José Sánchez. Sus recuerdos, su mirada sobre quienes la rodean son los disparadores de relatos que buscan iluminarnos. 

Sus recuerdos, su mirada sobre quienes la rodean son los disparadores de relatos.

1 de Mayo de 2022 08:37

Las posibilidades de la luz (Gogol Ediciones– 2022) nos muestra los primeros cuentos publicados de María José Sánchez. Una serie de historias que aparecen luego de mucha poesía y su novela, pero con el mismo denominador común: el reflejo de cada uno de los personajes que posibilita, como la luz del título, que nos veamos a nosotros mismos.

“No podría tematizar el libro, si bien en la mayoría de los cuentos puede haber un hilo conductor, que solo encuentro yo porque los escribí, las posibilidades de lecturas son infinitas. Después de leerlos noté que podía encontrarse esa sintonía entre ellos. Podríamos decir que esa luz aparece de distintas formas entre todos los cuentos” comienza diciendo la autora.

-¿Pero es una luz esclarecedora, es una luz que encontramos, una luz que está solo para que se resalte la sombra?

- Hay dramas, tristezas, hay cuentos fantásticos, pero interpelan todos desde esa luz. Si hay posibilidades de luz también hay de sombras, describen un poco todo eso, pero insisto en que están escritos desde un mismo lugar: que es un poco más de laburo en los personajes que en los lugares o las circunstancias. Escribo con un tono donde puede verse cómo uno está construido por dentro y no tanto por fuera, quizás por mi acercamiento a la poesía.

Las posibilidades de la luz nos muestra los primeros cuentos publicados de María José Sánchez.

El escritor y periodista Juan Carrá rescata en la contratapa del libro ese “dolor de lo inesperado y lo inevitable”. Pero ¿de qué hablamos, cuando hablamos de “inevitable”?, ¿cuánto de ello hay en estos cuentos? Majo Sánchez enumera: “Podemos ir desde lo que piensa una mujer en cautiverio durante la dictadura, hasta los últimos minutos de un boxeador mal pago. Podemos escuchar la voz de una nena a la que no le hace bien que su mamá y su tía se peleen y la castiguen a ella con el silencio o podemos encontrar la voz de una mujer que al llegar a una casa empieza a sentir y ver cosas muy raras. Creo que la mayoría de los textos, sin ser iguales, surgen o pasan por algún recuerdo. Como La duda, por ejemplo, que parte de un recuerdo personal. Está todo ahí, quizás no en la narración, no en lo que se cuenta, pero sí en ciertos momentos de mi vida, igualmente no todos. Trato, al menos con el recuerdo, de ser fiel, el resto lo invento.

-Y en esos casos, ¿uno busca ese recuerdo y lo escribe para fijarlo y cerrar algo, o es algo más terapéutico?, ¿cómo funciona en tu caso?

- Creo que es eso, para fijarlo y que queden. En algunos momentos, en algunos de ellos, me di cuenta de cuánto me había disgustado o qué mal me había hecho sentir alguna circunstancia de chica, porque al escribirla me di cuenta de la beligerancia que le estaba poniendo a mis palabras. No agresión, sino el dolor, el enojo de adulta, porque la veía con ojos de ahora al escribirla. Seguramente me dolía de chica, pero ahora me enojaban. La forma de escribirla también me servía para entender qué me pasaba con esa circunstancia. Una circunstancia sin solución, porque solo podía hacer lo que hago, es decir escribirlas, pero nada más. No me reconcilié con la situación, pero pude aceptar que no solo me hacía daño sino también que me enojaba, entonces lo mejor que puedo hacer es no repetirlo. A veces solo tenés que entenderlo, no tenés que estar de acuerdo, aceptarlo, solo entender por qué pasó.

En ese “entender por qué pasó” me parece ver algo de la poética de María José Sánchez. Una poética pensada y sentida desde el otro, desde la otra, desde aquellos que nos rodean y nos acompañan. Una poética centrada en la empatía, algo urgente para nuestros días. Una serie de ideas y sentires que se escriben, pero que parten de lo cotidiano, de aquello que nos cruza.

“La cuestión de la cotidianeidad es lo más rico que tenemos. Nos pasa de todo, todo el tiempo. Si nos ponemos a analizar la cotidianeidad vamos a encontrar muchas historias ahí. Y que no hay nada extraordinario en esa cotidianeidad o quizás todo lo sea”, dice.  

-A mí me gusta mirar las caras en el colectivo y pensar cuántas historias hay ahí, en cada una de esas caras…

- Tomo a mi mamá, que siempre aparece en mis historias y en mí todo el tiempo, siempre ella me decía como enseñanza, que hay que ser amable con el otro, aunque no lo conozcas, porque nunca sabés por lo que está pasando. Eso para mí es el universo. Hay un mundo ahí, el mundo de lo cotidiano, y todo es narrable. Si estamos hablando de nosotros y nosotras, ¿qué hay de extraño?

Las posibilidades de la luz pone en palabras aquello íntimo de la autora. En su portada podemos ver un mar tomado desde las sombras, con una luz que se refleja en él, y quizás estos cuentos de María José Sánchez vengan también a iluminar la sombra de aquellos que fuimos.