El fulgor indomable de Catalina de Erauso, la heroína que desborda los márgenes
La cruzada. Catalina de Erauso: la guerra en el cuerpo, su furia en la piel (Planeta, 2025) es el nuevo libro de Florencia Canale. En él rescata la vida de Catalina de Erauso, la «monja alférez». Entre la rigidez del convento y la violencia de la conquista americana, esta novela retrata a una figura inclasificable que desafió las normas de género en una búsqueda feroz de libertad.
Florencia Canale deja atrás los escenarios elegidos hasta ahora para sumergirse en un territorio más áspero y luminoso: el Siglo de Oro español y las vastas tierras americanas del siglo XVII. Allí reconstruye la vida de Catalina de Erauso, una figura forjada en la pura contradicción y el vértigo. Destinada al convento desde niña, Catalina decide romper con el mandato impuesto y lanzarse al mundo vestida de hombre, rumbo al Nuevo Mundo.
Es así como la joven vasca se abre paso como soldado en las campañas de Chile y Perú. A través de su historia, Canale retrata no solo la violencia de la conquista, sino también la batalla íntima de un personaje que desafía las normas sociales, religiosas y corporales de su época. La novela avanza como un pulso entre la libertad absoluta y el precio de sostener una identidad que, con el tiempo, se vuelve más auténtica que la propia piel.
Los tres ejes que atraviesan la novela
- Identidad y género: La construcción de una masculinidad posible en un mundo donde ser mujer equivalía al encierro.
- Aventura y violencia: La crudeza de la vida en los márgenes del Imperio español, donde la espada era ley.
- Redención y fe: El encuentro real entre Catalina y el Papa, un episodio que parece ficción, pero pertenece a la historia.
La autora no oculta su fascinación por esta figura inclasificable. Para ella, Catalina encarna una libertad feroz: una mujer que renuncia a su condición para poder existir en un entorno que no le ofrecía lugar. No busca heroísmos románticos ni gestos delicados, es una guerrera que pelea, mata y avanza sin pedir permiso. Su objetivo no es “empoderarse” en términos contemporáneos, sino sobrevivir y, sobre todo, ser libre.
¿Quién fue realmente Catalina de Erauso?
Hija menor de una familia acomodada de San Sebastián, ingresó al convento a los cuatro años. Allí, la disciplina chocó con su temperamento indomable. A los quince escapó y eligió vivir como hombre. Desde entonces, nada humano le fue ajeno: la guerra, la furia, el deseo y la huida constante. Cruzó el Atlántico, luchó por el rey y por sí misma, enfrentando la muerte una y otra vez. Su vida fue un viaje sin brújula, guiado por un impulso que nunca terminó de comprender.
Canale subraya que Catalina es, ante todo, incertidumbre. Sale al mundo sin saber qué busca, pero con la certeza de que el claustro no era su sitio. Incluso construye su propia voz literaria un siglo antes que sor Juana Inés de la Cruz, al dejar unas memorias breves y enigmáticas donde realidad y ficción se entrelazan. Ese texto, escrito en el siglo XVII, ha sido objeto de debates, estudios y reinterpretaciones que intentan descifrar a la persona detrás del mito.
—¡Qué interesante este tópico de la búsqueda! Una búsqueda que puede no tener un final, sino ser solo camino, un proceso que puede trasladarse incluso al estilo de vida actual…
—Es que, seguramente, ese trayecto, el viaje, el transcurso, es lo que debería ser importante para nosotros, incluso en el presente como sujetos dominados por la ansiedad. No es el destino ni el punto de llegada; es ese recorrido que tanto nos cuesta. En definitiva, ella no tiene permitido detenerse porque es una fugitiva; está en una línea de fuga constante de su destino. En el siglo XVI, el fin de todas las niñas era el monasterio. Solo una de la prole podía casarse para asegurar la descendencia. Los varones, por su parte, estaban a las órdenes del rey y sí podían contraer matrimonio para mantener el linaje. Pero ella se hace una pregunta fundamental, y esa duda la lleva a vivir en un estado de alerta constante. Tal vez ya nadie la persigue, se persigue ella misma. Se esconde detrás de un traje apócrifo, una máscara. ¿O no llevamos todos una? Ella enmascara su rastro: congela su corazón, venda su cuerpo y oculta las curvas que delatan su feminidad. Se escapa vistiéndose de varón para pelear en América, rodeada siempre de hombres. Borra cualquier huella, incluso la de su propia naturaleza, para no ser descubierta.
Entre Europa y América: la celebridad inesperada
Lo sorprendente es que Catalina se convirtió en una celebridad en vida, algo inusual para la época. Admirada, temida y observada como una rareza, su figura despertaba fascinación y rechazo por igual. Tras pasar por Roma y Nápoles, ciudades de esplendor y excesos, decidió alejarse de ese brillo. Como si buscara una purificación, emprendió un camino espiritual, despojándose de lo mundano para reencontrarse con su fe.
Esta obra no solo revive a un personaje extraordinario: lo ilumina desde sus sombras y contradicciones. Catalina de Erauso emerge como una mujer que se adelantó a su tiempo y rompió todas las reglas para escribir su propia historia. En esa travesía feroz, Canale encuentra un espejo incómodo y fascinante donde, aún hoy, podemos mirarnos.
(*) La marplatense Florencia Canale se presentará el 6 de enero del 2026 en el marco del festival literario MarPlaneta
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