Desde la semaforización hasta un viaducto: las otras alternativas para desterrar las rotondas de Champagnat

Aunque la Subsecretaría de Movilidad Urbana sugiere avanzar con la instalación de intersecciones de tipo divergente, también se analizó el impacto de otras medidas. Los puntos positivos y negativos de cada opción.

Una imagen cotidiana de Luro, donde se invierte el orden de prioridad. Foto: Subsecretaría de Movilidad Urbana..

21 de Agosto de 2022 20:06

Por Redacción 0223

PARA 0223

La mesa de trabajo para abordar soluciones a las problemáticas que presentan las rotondas del eje que une las rutas 2 y 88, conformado por las avenidas Zabala, Champagnat y Centenario, alimentó las expectativas de abonar a un trabajo que resulte en acciones ejecutivas. Claro está, la posibilidad no se limita solo al estudio y análisis que realicen los especialistas para encontrar la mejor alternativa, sino que el interrogante sobre el financiamiento determinará todo el proceso.

Tampoco es la misma la realidad en las ocho rotondas que presenta el trazado desde Constitución a Juan B. Justo, la zona más crítica y donde peatones y conductores atraviesan diversas peripecias para atravesarlas, fundamentalmente en los horarios pico.

Por todos estos condimentos, la subsecretaría de Movilidad Urbana presentó un estudio con las diversas alternativas posibles para el rediseño del eje, con detenimiento en las rotondas de Luro, Colón y Juan B. Justo, donde las intersecciones tipo diamante divergente asoman como el proyecto más auspicioso y con mayores beneficios. Por fuera de estos, también se analizaron los pros y contras de otras acciones, que van desde el rediseño de las rotondas, la semaforización, paso bajo nivel y la construcción de un viaducto.

 

1. Rediseño de las rotondas

Se trata de la intervención más sencilla y que demandaría menos recursos económicos, aunque posiblemente la de menor impacto. Se la piensa como una primera intervención mientras se abordan soluciones más estructurales, las cuales inclusos podrían ser permanentes en aquellas rotondas con menor tráfico.

El subsecretario de Movilidad Urbana, Dante Galván, sintetizó la idea en una frase: “los accesos a las rotondas deben ser difíciles y las salidas fáciles”, para de ese modo colaborar en que se respete el orden de prioridad, que lo tiene quien circula por la rotonda. No es precisamente el diseño que hoy se encuentran en las rotondas aludidas, donde quien realiza la maniobra de ingreso suele hacerlo a una velocidad elevada, por lo que en los hechos se impone sobre quien viene circulando.

 

2. Semaforización

Se estudiaron diversas alternativas dentro del abanico de posibilidades para instalar semáforos, una de las variantes más comentadas entre usuarios de Champagnat. Una de ellas es la semaforización de los ingresos, eliminando las rotondas y con un sistema semafórico de cuatro tiempos dado que se debe respetar la posibilidad de giro a la izquierda. Allí, las simulaciones realizadas arrojaron como saldo negativo la generación de largas colas, con un elevado tiempo de espera. “Para cruzar, un vehículo puede llegar a esperar entre 3 y 4 semáforos”, advirtió Galván.

Un plan B es la intervención de la rotonda con el objeto de implantar un sistema semafórico de tres tiempos, con una gestión libre de los giros a la derecha. Implicaría reducir al 72% el volumen inicial de viajes y reducir la seguridad en algunos cruces peatonales. Sin embargo, también presenta una alta congestión, al igual que en el caso anterior.

 

3. Paso bajo nivel 

La alternativa de que Champagnat pase por debajo de las avenidas incluye tanto la posibilidad de eliminar las rotondas como no, donde se prioriza una definición a partir del impacto en la movilidad y en lo económico. La eliminación de rotondas genera una mayor accesibilidad al entorno, ya que facilita los giros a la derecha en la segunda calle, y menores costos por el acortamiento del bajo nivel (26 metros) y la construcción de un solo puente.

El mantenimiento de rotondas aparece como la opción menos positiva, dado que tiene menos accesibilidad al entorno, ya que dificulta los giros a la derecha en la segunda calle, y representa mayores costos de obra por la extensión del bajo nivel (95 metros) y la construcción de tres puentes.

 

4. Viaducto

En términos de circulación, aparece como la opción más favorable, dado que conectaría sin mayores trastornos las rutas 2 y 88, manteniendo la movilidad local sin las interrupciones de la ruta, reduciendo la congestión y los conflictos producto del cruce a nivel de Champagnat. Asimismo, sería una opción más económica que la construcción de todas intersecciones de tipo diamante divergente en cada rotonda.

Sin embargo, sus aspectos negativos la terminan marginando. La opción representa la de mayor impacto ambiental, además que genera una menor aceptación de la comunidad, abriendo conflictos sociales que se buscan evitar.