10 años de la muerte de Elio Aprile: filósofo, soñador y un intendente que marcó el rumbo de una generación

Fue dos veces intendente de Mar del Plata y encabezó una cruzada sin precedentes: llamó a los contribuyentes a votar si querían pagar más impuestos para realizar obra pública y obtuvo amplio respaldo. Poeta y ensayista prolífico, se convirtió en referente de las nuevas generaciones de dirigentes radicales, en cuyas filas militó hasta el final de su vida.

El profesor Elio Aprile junto a Norberto Pérez (derecha), durante un acto en el centro de Mar del Plata.

5 de Agosto de 2022 14:15

Este viernes se cumplen diez años de la muerte de Elio Aprile, intendente de General Pueyrredon en dos oportunidades, docente, filósofo y poeta. Pero, además de todos esos títulos, ostentaba uno que lo diferenciaba del resto de la dirigencia política local: había logrado cosechar el respaldo de los vecinos, aún cuando el malestar social y la fuerte crisis económica de finales de los '90 terminaría en el estallido del 2001, del que, por supuesto, Mar del Plata no quedó exenta.   

Blas Aurelio Primo Aprile había nacido el 20 de marzo de 1949 en la provincia italiana de Ragusa y recién a los 11 años llegó a Mar del Plata junto a su familia. Su pasión por la lectura, así como el interés por la historia y sus inquietudes políticas lo llevaron a sumarse a la filas de la Unión Cívica Radical, partido en el que militó el resto de su vida.

Ya con una importante trayectoria como docente de Filosofía, Aprile inició su carrera en la función pública en 1983, cuando asumió al frente de la Secretaría de Cultura del intendente radical Ángel Roig. Diez años más tarde se convirtió en concejal, cargo en el que se desempeñó hasta 1995, cuando ganó las elecciones para ser intendente de General Pueyrredon. Fue reelecto en el ‘99 pero no completó el mandato: en medio de una fuerte crisis política y social presentó su renuncia el 28 de febrero de 2002.

En el ‘96, Aprile -padre de tres varones y una mujer- impulsó una cruzada sin precedentes: llamó a los vecinos a votar si deseaban contribuir con 3 y 4 pesos durante ocho años para realizar una serie de trabajos en el denominado Plan Mar del Plata 2000. Ese dinero (se calculaba que la recaudación rondaría los 90 millones de pesos), iba a estar destinado a iluminar los accesos de las rutas 2, 11, 88 y 226; reconstruir veredas de los paseos costaneros Norte y Jesús de Galíndez, y mejorar la infraestructura del Parque Industrial General Savio. También, a avanzar en la reforestación de toda la ciudad, colocar tendido de alumbrado en las playas céntricas, mejorar medio centenar de plazas públicas y repavimentar las calles del micro y macrocentro marplatense, entre otras cosas.

El plebiscito se realizó en mayo de ese mismo año y el 53,74% de los contribuyentes -es decir, 89.380 personas- se manifestaron a favor de la idea. O, en otras palabras, a pagar más impuestos para que se realizaran obras públicas.

Una de las obras icónicas de la era Aprile, contemplada en la segunda etapa del programa Mar del Plata 2000 fue la construcción de la Plaza del Milenio en la manzana 115, en ese momento, ocupada por dos edificios de siete pisos, restaurantes, locales de cambio y compra venta de alhajas. El objetivo era despejar el sector para dar lugar a una fuente de aguas danzantes con sistema de luces que no iba a demorar en convertirse en atractivo para turistas y locales que pasearan por Buenos Aires, entre Belgrano y Moreno. Después de cincuenta años de disputas por la expropiación de los inmuebles y a través de un operativo inédito en la ciudad, se concretó la implosión de la manzana el primer día del 2001.   

El dirigente radical, hoy secretario del Concejo Deliberante, Norberto “Gallego” Pérez, fue alumno de Aprile en 1977, cuando todavía estudiaba en el Colegio Nacional y, aseguró, no pasó mucho tiempo hasta iniciar una “gran amistad”. “Nos acompañó en nuestro viaje de egresados, vino a mi cumpleaños de 18 y me ayudó a preparar mi ingreso a la universidad”, enumeró al ser consultado por este medio. 

Más allá de la relación de camaradería, sus caminos volvieron a cruzarse en el seno del radicalismo, con el retorno de la democracia. “Y desde allí, años y años de amistad y militancia común. Realmente lo quise mucho al Tano”, dijo Pérez este viernes, a diez años de la muerte del profesor, a quien no dudó en definir como “un tipo apasionado, amigo de sus amigos, un soñador; uno de esos amigos a los que no te da vergüenza decirle que lo querés”.

Su salida anticipada del gobierno municipal, sin embargo, no alejó a Aprile de la militancia. De hecho, hasta antes de morir, trabajó en un proyecto para conformar el Círculo de exconcejales del Partido de General Pueyrredon. También se dedicaba a organizar desayunos con distintos referentes políticos en la Facultad de Derecho de la Unmdp, en donde la UCR históricamente tuvo liderazgo. En una de esas oportunidades, el actual senador bonaerense por la quinta sección y presidente de UCR a nivel local, Ariel Martínez Bordaisco, tuvo la posibilidad de tener un mano a mano con él. “Era el año 2004 y estaba en una especie de retiro activo de la política. En ese momento yo era presidente del Centro de Estudiantes y recuerdo que, hablando respecto de la ficción del poder, dijo una frase que siempre tengo muy presente y por la que suelo citarlo. Dijo -tal como lo recuerdo- que ‘hay quienes se sienten emperadores de la luna, sin embargo, la luna no es un planeta y no tiene imperio’, para llamar la atención a los liderazgos mesiánicos de aquellos que se embriagan de poder”, contó Martínez Bordaisco.  

Vilma Baragiola, quien durante el gobierno de Aprile se desempeñó como concejal, coincidió en que Aprile era “una persona que marcaba el camino a seguir” y estaba siempre abierta al diálogo, al consenso. “Dentro de la militancia en la UCR, participábamos de espacios distintos, pero siempre estuvo presente el debate y al que llegaba con una propuesta, un aporte”, reflexionó en diálogo con 0223.

Para la Secretaria de Desarrollo Social del municipio, a Aprile le tocó gobernar en tiempos difíciles, pero, como consecuencia de que “hubo mucha gestión”, logró dejar “en el vecino de Mar del Plata y Batán un buen recuerdo como intendente”. “Fueron años en los que en la ciudad pasaban cosas distintas para lo que fueron los ‘90. El Plan Mar del Plata 2000 le dio a la ciudad más de 25 obras que pudieron hacerse con el aporte del vecino y el trabajo de articulación entre Nación, Provincia y Municipio. Ese fue un gran acto de militancia para todos nosotros, que acompañamos a Elio para poder llevar adelante esta gesta”, recordó.

En su rol de filósofo, ensayista y poeta, Aprile fue un escritor prolífico. Entre sus producciones se destacan “Espejos rotos” (1980), “Resonancias” (1983), “Poesía sustantiva, Ficcionario” (1989), “A la altura de la gente” (1991), “La ciudad posible” (1991), “El campo de la ética” (1997), “Urgencias y cenizas” (1997), “Las causas” (1999), “Poesía Quieta” (2000), “Sonetos compartidos” (2000) y “Humano después de todo, el coraje de vivir” (2004).

Blas Aurelio Primo Aprile murió el 5 de agosto de 2012 tras sufrir una descompensación cardíaca. Horas antes había ido a jugar al fútbol con sus amigos pero un fuerte dolor en la espalda fue la primera señal de alerta. Tenía 63 años

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