Video: discutieron por un vaso y le desfiguraron la cara a una moza de 20 años

Dos clientes la atacaron y le cortaron la cara con un vaso. “No puedo mirarme al espejo sin llorar”, contó la chica. Los agresores fueron detenidos por los propios clientes, y en las próximas horas saldrán en libertad.

La moza fue salvajemente golpeada.

16 de Marzo de 2023 09:42

Por Redacción 0223

PARA 0223

El martes a la madrugada, Agustina fue a trabajar al bar en el centro de la capital mendocina. Pero la jornada laboral terminó en un episodio de violencia extrema, con la joven moza con la cara cortada, 20 puntos de sutura por la agresión de dos clientes, y un trauma que la acompaña cada vez que se mira al espejo, según ella misma contó en un dramático relato. La agresión quedó registrada en una de las cámaras de seguridad, pero aunque los dos violentos fueron detenidos por los propios clientes del bar y los mozos, están acusados de hurto y de lesiones leves, por los que no irán a la cárcel.

La agresión se dio cerca de las 3.30, pero el mal momento de Agustina empezó antes, cuando tres hombres ingresaron a la terraza del bar y pidieron cervezas. La moza, de 20 años, los atendió. "Les pregunté si querían algo más. Entonces, empezaron a acosarme, decían que me querían a mí", contó.

Luego pidieron vodka y ron con cola. Una hora después, borrachos, los hombres bajaron y se sentaron en una mesa de la vereda. "Fui a cobrarles y dijeron que ya habían pagado. No era cierto. El encargado se acercó, les reclamó el pago y volvieron a pedirle bebidas. Pero no quiso seguir atendiéndolos. íbamos a cerrar", recordó Agustina. "Les pedí los vasos de vidrio y le ofrecí los descartables. No aceptaron y se quisieron ir con un vaso. El encargado les dijo que no se podían ir, les pidió que devuelvan el vaso, le pegaron a él y se pelearon con otros clientes", dijo la moza agredida.

Fue entonces que en medio de la pelea, uno de los atacantes le arrojó un vaso de vidrio que le dio en la cara, lo que le provocó un corte profundo, por el que deberá ser operada. Luego de esa agresión, los otros clientes se sumaron a los mozos y detuvieron a los violentos hasta que llegó la Policía.

La Justicia imputó este miércoles a José Luis Pericoli (35 años) y Carlos Ramón Angulo (40) por la agresión. Pericoli es el más complicado. Se lo acusa por "hurto simple en tentativa y lesiones dolosas", ya que sería quien atacó a Agustina con un vaso de vidrio. Su acompañante enfrenta cargos por "lesiones dolosas leves en participación secundaria". Los dos seguirán detenidos por lo menos durante las próximas horas, pero los delitos que se les imputan no los llevarán a la cárcel.

Su dolor, en una carta

En sus redes sociales, la joven mendocina relató: “Ayer fui yo, pero esto pasa constantemente en la gastronomía. Estoy cansada de esto. De la inseguridad, de que ya no pueda sentirme segura ni en el trabajo, porque siempre nos preocupamos por la ida o la vuelta. Se suponía que el trabajo era el lugar seguro, y ahora ni eso”, indicó Agustina.

“¿Ahora se supone que tengo que sentirme insegura en cualquier lado? Tengo mas de 20 puntos en la cara, el oído izquierdo sordo. Ni hablar de la cirugía plástica que tienen q hacerme. Todo por un par de tragos, por unos bestias que no saben medirse, ni saben tomar. Me arruinaron la cara, al punto de no poder verme en un espejo sin llorar. Me hicieron mierda física y mentalmente, y así como me paso a mí les pasa a muchísimas personas que trabajan en el rubro”, siguió.

“Esto pasa todos los días, no se crean que porque llegué a los medios es debut y despedida. Tengo impotencia y tristeza por mi cara; los traumas y las inseguridades que tengo hoy no valen los dos ron con cola que se tomaron. La desfiguración de rostro, mi miedo al salir a la calle, los traumas y la depresión de verme así no me los saca nadie”, agregó Agustina.

 “¿Qué tengo que decir ahora? ¿Gracias a Dios estoy viva? ¿Menos mal que no fue peor? ¿Agradecer porque sólo fui sometida al acoso y a la violencia? Porque antes de ser agredida fui acosada y aun así tuve que seguir siendo ‘amable’ porque son mis clientes y siempre tienen la razón; porque de ellos depende mi trabajo y las reseñas en Google”, remarcó Agustina.