Hay que comprar campera: ¿cuotas sin interés o descuento en efectivo?

La llegada de los primeros fríos propios de la época impulsó -como era de esperarse- la venta de camperas de abrigo, una compra que para cualquier familia implica una inversión importante. En ese marco, las promociones de bancos para determinados días de la semana -eso lo establece cada entidad bancaria- son las más buscadas por los potenciales clientes. Incluso, muchos optan por elegir las prendas pero concretan el pago en esas fechas puntuales, que en general son los viernes y sábado.

Otra de las opciones más elegidas por los potenciales clientes es el pago en efectivo (no incluye las transferencias), ya que los comerciantes aplican hasta el 20% de descuento sobre los precios de lista. Ese es el caso de una fábrica de camperas con local a la calle en el centro comercial de Güemes, en donde los precios varían de los 21 a los 49 mil pesos con tarjeta de crédito y tres o seis cuotas sin interés. La diferencia se nota si el pago es con billetes: un abrigo para mujer con precio de lista de 49 mil pesos pasa a valer 36 mil.

La dispersión de precios que se advierte en los distintos rubros también alcanza al textil. Por caso, en aquellos comercios donde se vende ropa de nieve, los números se multiplican y hasta llegan a superar un salario mínimo, vital y móvil, que hoy se ubica en los 80.342 pesos. Algunos ejemplos: una campera para hombres cuesta entre 66 y 82 mil pesos; mientras que los abrigos para mujer rondan entre los 41.300 y 59.800 pesos y uno para niños promedia los 40 mil pesos.

En el caso de los suéters o buzos (algodón o polar), los precios parten de los 15 mil y alcanzan los 35 mil en la misma zona comercial. Si bien los comerciantes admiten que los precios son altos -sobre todo, cuando son varios los integrantes de la misma familia que busca un abrigo- y ahora están a la espera de la evolución de la cotización del dólar para reajustarlos, aseguran que las ventas se mantienen al nivel propio de esta época del año. “Son artículos de primera necesidad, especialmente para los niños que crecen y deben cambiar la campera todos los años”, explican.