El voto bronca, el teorema de Baglini y otras reflexiones al paso

Pese a las sorpresas que hubo a nivel nacional, las Paso confirmaron a Montenegro y Raverta como los dos principales cuadros políticos de Mar del Plata. De cara a octubre, la campaña apunta a polarizarse cada vez más.  

Raverta y Montenegro se llevaron, entre los dos, casi 231 mil votos.

20 de Agosto de 2023 08:03

Si algo se le puede reconocer a Guillermo Montenegro y Fernanda Raverta es la capacidad de mantener viva la llama de la polarización en Mar del Plata. No se trata de un desafío menor, y la experiencia del último domingo lo demuestra en el país: la elección nacional, tan condicionada por el ausentismo y el crecimiento del voto en blanco, consolidó por primera vez en mucho tiempo una clara pelea de tercios pero con la gran sorpresa de haber ponderado en el primer lugar a un candidato que, al menos en los papeles, no se identifica ni con el color macrista o kirchnerista.

Sin embargo, la nube de incertidumbre que ensombreció a los comicios nacionales no gravitó de la misma forma en el plano local. Montenegro y Raverta se confirmaron, una vez más, como los principales cuadros políticos y sumaron, entre los dos, casi 231 mil votos: se quedaron con el 71% del electorado de General Pueyrredon, el distrito que, no está demás recordar, concentra el 48% del peso de la Quinta Sección y es el segundo que ofrece la mayor cantidad de electores de toda la Provincia, ubicándose detrás de La Matanza.

Podría decirse también que el intendente salió victorioso del primer round electoral sin transpirar demasiado la camiseta. No tanto por la ventaja de 28 mil votos – que, según desde donde se mire, hasta puede resultar más o menos ajustada –, sino por la forma de encarar las Paso: demoró el anuncio de la candidatura hasta último momento, no realizó ningún acto propio para promover su figura o la de sus candidatos, no invadió las redes con spots, casi que no confrontó (personalmente) con la oposición, y sólo se expuso lo justo y necesario para mostrarse con vecinos en sociedades de fomento o bien cerca de Patricia Bullrich y  Horacio Rodríguez Larreta, durante esa pulseada interna que finalmente se llevó la líder del team halcón.

Sectores del oficialismo advierten que la reelección de Montenegro aún no está asegurada a pesar del triunfo en las Paso. Foto: 0223.

En la coalición gobernante, sin embargo, hay miradas divididas sobre el triunfo de Montenegro. Un sector observa los números de las Paso con cautela y advierte que todavía no se ha conseguido ningún pase libre a la reelección. Algunos, incluso, avisan que el intendente encontró su “techo” y que en octubre sólo puede aspirar a sostener o caer en su intención de voto, lo que reduciría aún más la diferencia con Raverta. “El escenario sigue completamente abierto. El que cree que acá ya ganamos, se equivoca”, apuntan.

Pero otras voces del oficialismo inspiran más confianza y apuestan a que Javier Milei es el que ya no tiene margen de expansión. Si esto fuera así, inexorablemente crecerían Sergio Massa y Patricia Bullrich y las listas de ambos en Mar del Plata se verían favorecidas por arrastre. De hecho, el domingo, una vez conocido el primer recuento del escrutinio, un armador radical con varias elecciones en sus espaldas ya dejaba correr las ideas del “teorema de Baglini” por el búnker de Montenegro.

Raverta se afianzó en los barrios y buscará crecer en octubre. Foto: 0223.

El concepto lo popularizó el histórico dirigente mendocino ya fallecido, Raúl Baglini, y trata, básicamente, sobre la fuerte tendencia a la moderación en instancias decisorias: dice que los políticos que están cerca de acceder al poder tienden a moderar sus propuestas. Y el perfil extremo del hombre de La Libertad Avanza, en este caso, podría sucumbir a una lógica idéntica. “Está muy bien eso de saber capitalizar el voto bronca, pero el tema es que un país no se gobierna sólo con bronca”, razonaba el dirigente, desde el primer piso del Gran Hotel Dorá.

Como sea, Montenegro está obligado a replantear distintos ejes de la estrategia electoral si pretende levantar la imagen en la periferia, el área donde claramente Raverta ganó protagonismo a fuerza de obras y constante presencia territorial. La candidata de Encuentro Marplatense se impuso en 16 de los 30 circuitos electorales en los que se divide el distrito, mientras que el intendente se quedó con 10. La ventaja a favor de Juntos por el Cambio, sin embargo, se explica por el volumen de esos circuitos: las zonas que quedaron bien pintadas de amarillo representan, aproximadamente, el 60% del electorado local.

Por lo pronto, el discurso del intendente arroja un viso de novedad en esta segunda etapa. Si en la campaña a las Paso se cansó de repetir las denuncias de “discriminación” contra la Provincia, ahora parece dispuesto más que nunca a reforzar con sus palabras la confrontación de “modelos” que pone en juego Mar del Plata. En la primera entrevista que concedió a 0223 horas después de las elecciones, hizo hincapié una y otra vez en este aspecto.

“Acá hay dos modelos muy claros y diferenciados que no tienen que ver ni con espacios políticos ni con nombres propios, sino con qué modelo de país, de provincia y de ciudad pensás. Hay un modelo que entrega celulares, que te saca a la Gendarmería, que le pone la pata en la cabeza al privado, y el otro te acompaña, te ayuda, y tiene muy claro que al que hace las cosas bien, le tiene que ir bien, y al que hace las cosas mal, le tiene que ir mal”, declaró Montenegro.

Ese relato, además de encolumnarse detrás de las banderas de la seguridad y el empleo, se dirige y plantea como único adversario a Fernanda Raverta. Así, parece claro que, a medida que se acerque octubre, se intente polarizar cada vez más el tono de la campaña en Mar del Plata. La búsqueda no evitará que puedan surgir sorpresas pero aún es muy prematuro para anticipar nada. Queda un largo camino por recorrer hasta las generales y pretender adivinar el movimiento de algunas piezas, en un tablero tan complejo e inestable, implicaría hoy, más que un análisis, entrar en un juego de dudosas especulaciones.