Una bomba en Juan B. Justo y Córdoba y sus consecuencias políticas

El atentado a la planta de Gas del Estado ocurrió en 1960. El presidente Frondizi responde con lo que se conoce como el Plan Conintes, disponiendo que ciertos ataques civiles sean juzgados por militares. La figura de marplatenses en los hechos.

Listado de detenidos en el marco del Plan Conintes, que fueron trasladados al penal de Usuahia.

16 de Septiembre de 2023 14:57

La madrugada del 12 de marzo de 1960 no fue igual a otras. Todo el barrio, y luego la ciudad de Mar del Plata completa, se conmocionaron por la enorme explosión que se sintió, proveniente de la esquina de Juan B. Justo (anteriormente se conocía como Avenida Centenario) y Córdoba. En ese lugar se encontraba la planta de Gas del Estado de Mar del Plata y había sufrido un atentado. La explosión fue tan grande, aseguran, que casquillos y restos se encontraron dispersos por casas a más de cinco o siete cuadras, de las que también se rompieron todos sus vidrios.

Esa madrugada del 12 de marzo de 1960 no fue igual a otras.

 “Yo tenía cinco años y recuerdo el hecho, la explosión. Vivíamos en Laprida y Santa Fe, a siete cuadras”, cuenta el abogado Carlos Bozzi, quien pronto presentará un libro sobre aquel hecho ocurrido en la ciudad.

La explosión, el atentado, se atribuyó al grupo Resistencia Peronista, en contra de medidas decididas por el gobierno de Arturo Frondizi: cierre e intervención de sindicatos, no paritarias, prohibición de símbolos peronistas, privatización de empresas, flexibilización laboral, entre otras.

Dado el contexto, el sector obrero se alzó y se organizó en lo que se llamó la Resistencia Peronista, que es la unión de todo el peronismo sindical y político del país, y comenzaron a tener lugar una serie de atentados en distintas ciudades.

“Yo iba al Instituto Peralta Ramos y recuerdo que los libros tenían una bandita blanca que no sabíamos para qué era. Luego, mirando a través de la luz, nos dimos cuenta de que tapaban con eso el nombre de Perón o de Evita, porque se había prohibido de nuevo, luego de la Revolución Libertadora, todo símbolo peronista”, recuerda Bozzi.

En cuanto a los atentados y el porqué de ese lugar, el autor aclara que “Era todo muy anárquico, ya se había volado la planta de gas de Rosario también, son documentos que no quedan claro. Además, de acuerdo a testimonios diversos, todo estaba medio manejado por un Comando Conjunto”.

La respuesta del gobierno nacional no se hizo esperar ante la resistencia peronista y, a través de un decreto reservado del 14 de marzo de 1958, implementó el Plan Conintes (Plan de Conmoción Interna del Estado). Dicha medida implicaba que, ante todo ataque civil que hubiese realizado algún acto de conmoción interior, quedaban sujetos al juzgamiento por tribunales militares y bajo el código de Justicia militar. Bozzi aclara: “Se les daba a las Fuerzas Armadas el juzgamiento y la condena. Generalmente, eran penas de muerte que luego se conmutaban por penas de prisión en, por ejemplo, la Isla de los
Estados”.

El atentado en Mar del Plata fue la última gota y Frondizi puso en vigencia concreta el plan Conintes para todo el país. 

Ese mismo 14 de de marzo, en Mar del Plata se apresó a muchos peronistas, comunistas, tacuaras, anarquistas y sindicalistas. Es decir, las cárceles de Ushuaia, Rawson y Santa Rosa fueron ocupadas por lo que se consideraba la resistencia peronista, que luego con el paso del tiempo se alinearon en distintas variantes del peronismo. Bozzi menciona entre los doce detenidos como acusados por el atentado en la ciudad a: “El abogado Norberto Centeno, Dionisio Pereyra, Marino Vuelta, Néstor Peretti (empleado de casino), entre otros. Posteriormente cayó Armando Nicolella, quien habría sido el que puso la bomba”.

A este grupo lo llevan primero a la comisaría primera, luego a la Base Naval, donde son golpeados y torturados, luego a la Base Naval de Puerto Belgrano donde le dictan sentencia. A las doce de la noche les avisan que serán “pasados por las armas” para luego anunciarles que “se les conmutará la pena y los llevarán detenidos a la Isla de los Estados” (un páramo desolado donde solo había un galpón). Finalmente, el Servicio Penitenciario decide alojarlos en la cárcel de Ushuaia, la que estaba cerrada y se abrió para albergarlos. En ese espacio estaban los marplatenses junto a algunos rosarinos que también fueron detenidos. 

Carlos Bozzi se interioriza del tema por contactos laborales con Néstor Peretti.

Este le cuenta que, en un viaje de placer a Ushuaia con su esposa, y durante la visita al presidio (hoy museo), escucha decir al director del lugar, durante la presentación a la visita, que el espacio no había sido utilizado desde su cierre en 1947. Peretti, entonces, se contacta con el director y entablan una relación entre ellos que los lleva a un sentido homenaje a los presos políticos que estuvieron ahí en 2016 (algunas versiones dicen que el director no estaba al tanto de lo ocurrido en el espacio durante esos años). Algunos se vuelven a encontrar, muchos ya con más de 80 años.

Hoy la cárcel está dividida en tres pabellones, uno de ellos tematizados. La prisión tuvo muchos detenidos reconocidos, como el Petiso orejudo, y los restantes están como en aquella época. Celdas muy pequeñas, no cabe una persona acostada, un solo calefactor para las casi cuarentas celdas y las enormes piedras humadas que enmarcan todo. 

Bozzi narra que, “Lo interesante de aquel hecho fue que, por pedido de los familiares y del doctor Centeno, se elevó un petitorio a la Cámara de diputados, denunciado el estado en que estaban. La Cámara decide armar una comisión investigadora y se acercan al lugar y les dan oportunidad a los presos marplatenses de expresar su situación, lo que aún consta en las actas del organismo legislativo”. 

Esto provoca que se apele la sentencia dictada por un tribunal militar y la Corte Suprema de Justicia se las niega, según la sentencia, porque se encontraba en un estado de excepción. En noviembre de 1960, más de ocho meses después de su detención en el fin del mundo, los marplatenses son trasladados a la cárcel de Rawson.

El libro de Carlos Bozzi será presentado en octubre: Cuando el Conintes golpeó a Mar del Plata. Está realizado en conjunto con Paula Viafora y contará con un capítulo especial de un investigador estadounidense con archivos desclasificados de esa época de la Embajada de Estados Unidos.

La ley que habilitaba la aplicación del Plan Conintes fue derogada en 1962.