"Burnout" récord: cómo afecta a los marplatenses la situación social, política y económica

El término hace referencia al agotamiento en el trabajo y hoy no para de crecer. Lo sufren el 94% de argentinos y la ciudad no queda atrás. Qué hacer si se padece.

Es importante que las empresas adopten estrategias para enfrentarlo.

7 de Enero de 2024 15:06

Para el Ministerio de Salud, el burnout (comúnmente llamado "estar quemado")  “es resultado del estrés crónico en el trabajo propio de los profesionales de servicios humanos”. Esta enfermedad preocupa enormemente a los especialistas en salud mental, ya que un informe reciente arrojó que el 94% de los trabajadores argentinos lo sufre. "Es un término que apareció hace relativamente poco y que da cuenta del desgaste profesional. Empezó a diagnosticarse en personas que trabajan en servicios sociales como enfermeros o personal de salud pero hoy se extendió", contó a 0223 la psicóloga Ayelén Castillo MP 47377.

Actualmente, este síndrome afecta a muchos marplatenses que incluso no lo saben: "Muchas de las inquietudes que llegan tienen de base un burnout. La gente consulta por el desgano, el cansancio, y otros factores que en realidad tienen que ver con el trabajo", aseguró la profesional.

Más allá de los problemas que puede ocasionar, el alerta nace en las relaciones interpersonales: "Este tipo de estrés sostenido termina afectando a la persona en sus modos de relacionarse con otros, en aspectos sociales y organizacionales. A diferencia del estrés clásico (que conlleva efectos negativos pero también tiene positivos), el 'burnout' sólo tiene consecuencias malas en uno y el entorno, entonces obviamente impacta en la pareja, en cómo la persona se siente consigo misma, y mucho más en un profesional (que ya acarrea carreras de estudio largas de entre 5 a 10 años)", remarcó Castillo.

Lo sufren 94% de argentinos y crecen las consultas en la ciudad.


Entre los signos de advertencia, los especialistas destacan que hay cuatro etapas a las cuales prestar atención: la primera es la alegría y el entusiasmo ante un nuevo puesto de trabajo con muy altas expectativas, después el estancamiento como consecuencia de que estas metas no se pueden cumplir, la tercera es la frustración y la cuarta es la apatía. "Si bien se puede investigar sobre tratamientos, es importante ahondar en el resultado de que el estrés crónico hace que la persona termine no sintiendo empatía social ni tampoco profesionalmente", puntualizó la psicóloga.

La responsabilidad, ¿es sólo mía?

Muchas empresas de la ciudad han notado el crecimiento de este síndrome. Ayelén Castillo cuenta que hay autores que hablan de la adaptación entre un sujeto estresado y el medio que lo estresa, donde lo que se afecta es la pérdida de compromiso. "Muchas veces escucho en comercios o firmas de Mar del Plata hablar de la falta de compromiso del trabajador, sin tener en cuenta las condiciones laborales y sociales, económicas o políticas. En esta etapa donde la economía afecta directamente la posibilidad de alquilar, de tener una casa, de comprar alimentos, esto sí o sí influye a cuán realizado te sentís en la vida y los resultados que da el esfuerzo laboral. Estas condiciones llevan hoy a que tengamos este tipo de enfermedades propias de nuestra época, como la depresión y el pánico", manifestó.

Es importante que las empresas cuiden la salud mental de los trabajadores.

La mayoría de las consecuencias del burnout tienen que ver con lo emocional: sentimientos de fracaso, pérdida de autoestima, irritabilidad, disgusto, agresividad. También hay síntomas que no están siendo estudiados como la desvalorización personal o la expectativa que genera un trabajo y qué pasa cuando no es como lo esperábamos. "Es notable pensar en las consecuencia sociales que se relacionan con la organización del trabajo y las más notorias son el aislamiento y el desprecio por la interacción social. Solemos observar que las personas que tienen burnout tienen menos satisfacción a nivel pareja y en el hogar tienen disgusto, irritabilidad, etc. Es un síndrome que además deteriora las relaciones personales", realzó Castillo.

Y si bien parece que toda la responsabilidad fuera del empleado, para la psicóloga es importante que las empresas, organismos estatales e instituciones empiecen a adoptar estrategias y tengan en cuenta estos modos de generar estrés crónico que enferma a la gente: "Hay que hacer un buen diagnóstico para encontrar los factores de estrés que hacen que las personas se enfermen y que no recaiga todo en el individuo, que es lo que generalmente las empresas terminan haciendo. A veces resulta es más rentable para la industria farmacéutica poner la carga sobre el individuo que empezar a pensar en los modos que tenemos a la hora de trabajar. Las horas extras, los traslados, la inestabilidad con respecto a los horarios, la disponibilidad del tiempo libre, la inseguridad sobre los pagos, la exigencia y la falta de reconocimiento por parte del empleador son factores que se vuelven invisibles pero que terminan por afectar".

El tratamiento debe centrarse en el ámbito laboral.

Cuando se trata de salud mental, siempre es importante poder consultar con un especialista matriculado. Si bien hay distintas técnicas para tratarlo, no hay que perder el eje que, si el origen es el trabajo, lo que hay que cambiar es el modo en el que uno se vincula con las presiones que allí residen.