La muerte de los tres trágicos
Fueron los padres del teatro moderno: Esquilo, Eurípides y Sófocles. Tres grandes exponentes que se reconocen como los padres de la expresión dramática. ¿Cuál fue su legado? ¿Cómo murieron los tres dramaturgos?
Son autores de los que se conocen como fundamentales. Sus obras y sus aportes desarrollaron el teatro y la tragedia y sus obras todavía hoy, siguen interpelando y provocando. Pero el género de la tragedia es anterior a ellos. Se cuenta que fue Tespis, en el siglo VI a.C., su creador. Él fue quien introdujo el primer actor que interactuaba con el coro, lo que marcó el inicio de la forma teatral. Además, de él también es de quien se tiene un primer registro de una tragedia griega, la que ganó un concurso en Atenas alrededor del año 534 a.C., en honor al dios Dioniso.
Esquilo, Eurípides y Sófocles fueron los más grandes exponentes de la expresión dramáticas en la antigua Grecia. Cada uno de ellos aportó algo al género que aún hoy se respeta. Cada uno de ellos también dejó su legado en obras que se conservan, algunas parciales y otras en forma completa. Pero algo más los une: su muerte trágica. Una forma de morir que reflejaba el destino de su arte.
Esquilo (525 a.C. - 456 a.C.)
El mitólogo Mircea Eliade ha dicho sobre Esquilo que es el primer poeta trágico que se atrevió a presentar en su obra el sufrimiento humano como un hecho ineludible, vinculado a la condición de la existencia.
De ahí que Esquilo sea considerado el padre de la tragedia. Introdujo un segundo actor en escena para permitir un diálogo más fluido y con más desarrollo y su obra se caracteriza por explorar los temas de justicia, moralidad y la intervención de los dioses en la vida humana.
Se conocen aproximadamente 90 obras de su autoría por referencia, de las cuales solo nos han llegado siete completas: Los Persas, Los siete contra Tebas, Prometeo encadenado, Orestíada (trilogía que incluye: Agamemnón, Coéforas y Euménides) y Las suplicantes.
Esquilo vivó durante una época de mucha agitación política en Atenas. Participó en las Guerras Médicas, luchando en la batalla de Maratón. Esto provocó que su obra tuviera un profundo sentido de responsabilidad moral y social.
Esquilo murió en una isla de Sicilia, en el exilio, luego de haber ganado con sus tragedias en los concursos de teatro de Atenas. Según se cuenta, su muerte fue a causa de un inusitado accidente: un águila, confundiendo su cabeza calva con una piedra, dejó caer una tortuga sobre él. Toda una metáfora del destino trágico, un hombre que lucha contra fuerzas superiores muere en forma irónica.
Sófocles (496 a.C. - 406 a.C.)
Toda su obra explora el conflicto entre el destino y la libertad humana. Sófocles, contemporáneo de Esquilo, escribió más de 120 obras de las que solo sobrevivieron 7 completas: Antígona, Edipo Rey, Edipo en Colono, Las traquinias, Electra, Áyax y Filoctetes.
Para el género, este trágico aportó la profundidad psicológica en los personajes y la lucha interna en ellos. También la idea de tragedia del destino, pero centrada en las decisiones humanas y sus consecuencias (basta pensar en Edipo). Sumó un actor más, tres en total, y tomó la decisión de utilizar en mayor medida la escenografía, lo que enriqueció la experiencia teatral.
Sófocles murió en Atenas. Tuvo una muerte tranquila, seguramente por causas naturales, con casi 90 años. Había participado activamente en la vida política de Atenas y llegó a ocupar el cargo de Estratego en varias ocasiones. Recibió el culto de Asclepio y fue tesorero de la Liga de Delmos, una confederación de ciudades-estado griegas liderada por Atenas.
Eurípides (480 a.C. 406 a.C.)
Fue, sin dudas, el gran innovador del drama griego. Sus personajes se presentan como seres humanos que, más allá de la presencia de los dioses y el destino, sienten, sufren y luchan contra ellos.
Eurípides compuso alrededor de 90 obras y se conocen 18 completas. Se pueden destacar: Medea, Electra, Las bacantes, Hippolytos, Las troyanas, Andrómaca, Orestíada (trilogía de obras de un solo autor), Heracles, Ión, Las fenicias, Las suplicantes y El Cíclope, entre otras.
Su teatro contenía un enfoque humanista y una fuerte crítica social. Se lo considera el más revolucionario para el teatro y la dramaturgia, entre otras cosas, por alejarse de la concepción de héroe tradicional como protagonista y centrar sus obras en personajes humanos que atravesaban situaciones extremas que muestran lo complejo de sus emociones y sus intereses. Esto acercó al público que se veía reflejado en los personajes. También abordó temas nuevos y críticos como la guerra, la opresión a las mujeres y la moralidad, así como cuestionó las normas sociales y religiosas de su tiempo. La mayoría de sus personajes son femeninos desafiando los estereotipos de la época.
Por otro lado, fue el primero en innovar los textos con el uso de la elipsis y diálogos más naturales, dándole más ritmo y realismo.
Se dice que fue quien dramatizó los conflictos internos de los seres humanos, dejando una huella duradera en la historia del teatro. Sin dudas es un precursor del teatro moderno. Su estilo y enfoque humanista sentaron las bases para dramaturgos posteriores, como Shakespeare y Molière, quienes exploraron también la psicología y la complejidad de los personajes.
Eurípides también murió en el exilio, en Macedonia. Su muerte está también rodeada de misterio. Algunos relatos cuentan que fue devorado por perros salvajes en la corte de un rey macedonio. Una imagen que evoca su estilo desafiante y su crítica a las normas sociales y religiosas de su tiempo. Su visión cínica de la humanidad contrasta con su final. Un final trágico y abrupto.
Carlos García Gual sostiene que, “La tragedia griega, con Esquilo, Sófocles y Eurípides a la cabeza, establece un diálogo eterno entre el hombre y lo divino, poniendo de relieve las tragedias inherentes a la existencia.” La muerte de los tres trágicos simbolizan irónicamente los temas que exploraron en sus obras: el sufrimiento, el destino y la lucha contra fuerzas externas.
Leé también
Temas
Lo más
leído