Según las librerías, la canasta escolar aumentó un 400% y cayeron las ventas

Evidentemente los aumentos se sienten fuerte en todos los rubros. Aunque se pueden considerar algunos más sensibles que otros. La educación es un pilar en la construcción de una sociedad y los útiles para lograr las mejores condiciones de aprendizaje, fundamentales. Se dispararon los precios de la canasta escolar y crece la preocupación de las familias. Y de los comerciantes.

"En números reales estamos trabajando a un 30 o 40 por ciento menos. Hablo con los colegas y estamos todos en la misma situación. Hay un grave peligro de que muchos de nuestros colegas no puedan superar lo que van a ser este marzo y abril. La demanda es muy chica", le describió a 0223 Juan Rey, dueño de la librería Keops ubicada en Independencia y Avellaneda.

Retratando con ejemplo los aumentos, dijo: "Un repuesto de hojas que hoy vale entre 20 y 25 mil pesos, hace dos años valía $1490. O sea que estás hablando de un aumento de 15 veces su valor más o menos. Considerando todos los artículos, yo calculo que hubo un 400 por ciento de aumento".

Por su parte José Luis Conforti, dueño de la histórica firma que lleva su apellido desde hace más de 70 años en San Luis y Rivadavia, puntualizó sobre las estrategias de sus clientes y recomendó: "Tenemos que ajustar el cinturón y comprar lo estrictamente necesario, nada exagerado. Siempre hay precios baratos, hay cosas que se pueden adquirir y si no, será para el próximo mes o el otro que venga".

En la misma línea, añadió lo que vio hasta el momento en relación al comportamiento de las familias: "Se compra lo estricto, no hay lugar para algún lujito. Hay mochilas se alto precio y tienen su venta, es un público selecto ese. El común, va mirando los valores y esperando alguna oferta que venga de algún banco, alguna tarjeta. Con eso lo van sobrellevando. A cuidar los útiles, se le dice a los pibes".

Tácticas que agudizan el ingenio de vendedores y compradores. Comerciantes y clientes, surfeando la ola de la inflación para no ahogarse en la necesidad: la de empezar las clases en adecuadas condiciones.