Mar del Plata, la ciudad del NO y de las cuentas pendientes
El Ejecutivo entiende que tiene que terminar con "la Mar del Plata del NO". En el camino, aparecen las cuentas pendientes que tiene la ciudad, que no terminan de encontrar solución en ningún modelo de gestión a pesar del paso de los años.
Con el conflicto solucionado con el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM), por lo menos hasta que en noviembre se junten las partes nuevamente a reajustar salarios, el Ejecutivo pudo resolver uno de las principales problemáticas que se venía presentando desde hace meses. Por ahora se terminaron las medidas de fuerza y escraches por parte de los trabajadores ante la imposibilidad de llegar a un acuerdo que ellos entendieran "satisfactorio" y que pudiese, aunque sea a medias, compensar el efecto inflacionario. Además, se logró estacionar en el Concejo Deliberante el proyecto de ordenanza que pretendía declararlos esenciales.
Si bien es reconocido por los propios integrantes de la mesa chica del Intendente que no apuestan por situaciones de conflicto, pero que darse, seguirán adelante con la convicción de que "es necesario dejar atrás la Mar del Plata del NO", y este tipo de reclamos se entiende que forman parte de ese pensamiento. Para ello, se requiere avanzar con las iniciativas planteadas por el oficialismo tanto desde el ámbito Ejecutivo como Legislativo. Y si aparece en el camino algún colectivo que presente resistencia, como ocurrió en su momento con los taxistas y en los últimos meses con el STM, no temblará el pulso a la hora de dar batalla hasta las últimas consecuencias.
Dejar atrás la Mar del Plata del NO significa, para la actual gestión, "facilitar las cosas a quienes quieren emprender", y fundamentalmente "avanzar como hasta ahora con la articulación entre el público y el privado". "El Estado no puede seguir siendo la teta de todos", afirman a este medio, en momentos donde la caída en la recaudación parece haber tocado su piso para empezar a repuntar. De todas formas, es de público conocimiento que General Pueyrredón se gestiona casi históricamente en base a la teoría de la manta corta y más en este momento donde desde Provincia y Nación no llegan ayudas de peso específico. Nunca alcanzan los recursos propios para cubrir las necesidades en cada barrio, sobre todo en materia de infraestructura y ordenamiento.
En esa articulación entre el público y el privado es donde aparecen acciones concretas con el sello de la gestión de Guillermo Montenegro que se convirtieron en una de sus principales armas de manejo. Es el caso del crecimiento del Parque Industrial; también a través de la inversión privada el mejoramiento de algunos espacios públicos (es cierto que por el momento esto no tiene alcance en la periferia); las actividades turísticas y deportivas convocantes que van desde recitales en el Polideportivo Islas Malvinas hasta el Enduropale; como así también la implementación del sistema de habilitaciones más simples y rápidas; la política de sostenimiento de los decks y otras gestiones que se vienen trabajando para encontrar soluciones a cuentas pendientes con la población y la ciudad. El estadio José María Minella y los polideportivos barriales son dos claros ejemplos, para lo cual la única salida en el horizonte es "que se vuelquen recursos privados" para su puesta en valor y aprovechamiento.
La implementación de la Tasa Vial también es otra herramienta que viene dando sus frutos en el mantenimiento de las calles de la ciudad, tal y como sostienen el Municipio, porque se recauda por cada litro de combustible y casi de manera directa esos fondos van para el Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado (Emvial). De todas formas, se judicializó la medida y la permanencia en el tiempo es incierta. "Si tenemos que llegar hasta la Corte, lo vamos a hacer", reconocieron en charla con 0223 integrantes del Ejecutivo, sosteniendo que "los fundamentos para su implementación son sólidos y la vamos a defender".
La balanza trabaja a diario para compensar los "aciertos de gestión", como ven desde la Municipalidad las iniciativas anteriormente mencionadas, y los reclamos permanentes y las situaciones que se viven a diario en la ciudad. Gestionar Mar del Plata, y sobre todo en un contexto nacional que poco ayuda, es un verdadero rompecabezas.
Las necesidades de la población en muchos frentes son inmediatas y esperan permanentemente respuestas que no llegan. La inseguridad es una de ellas, para lo cual hay una fuerte presión para que el gobernador Axel Kicillof pueda encontrar una solución a través de la policía bonaerense, incluso que a modo de paliativo pida a Nación que envíe Fuerzas Federales a la ciudad, dado que "es una gestión que tiene que hacerse desde Provincia, no desde el Municipio", afirman a 0223.
El estado de las calles y el tránsito, como así también la necesidad de que Mar del Plata tenga una infraestructura acorde a su población y los millones de turistas que la visitan cada año, también son cuentas pendientes. Hace mucho tiempo que General Pueyrredón no tiene un verdadero crecimiento que marque la diferencia con esa ciudad de los años 90, por ejemplo. La ciudad judicial o el distrito descentralizado, son solo algunos ejemplos de lo que se prometió pero que nunca se hizo. Es más, pasaron ya más de 30 años desde que se presentó el primer proyecto viable para cruzar la ciudad con una ciclovía. Tampoco llegó. Todos y cada uno de estos reclamos son los que se escuchan a diario por parte de los ciudadanos de a pie, y que le meten presión a la gestión contrarrestando las acciones que se ven con buenos ojos desde el Palacio Municipal y que "marcan un antes y un después con la Mar del Plata del NO".
Por su parte, la oposición viene dando debates y presentando batalla también en distintos frentes, pero es cierto no llega a tener un rol preponderante, no solo porque no tienen la misión de gobernar la ciudad, sino también porque cuenta con minoría en el Concejo Deliberante. Las picantes sesiones que se vienen dando con fuertes cruces entre ediles oficialistas y opositores son una muestra de ello, como fue la última donde se aprobó la ordenanza que permite instalar un espacio gastronómico en las inmediaciones del Faro de la Memoria (esto también forma parte de la lógica de esta gestión de terminar con la Mar del Plata del NO). Los fuertes descargos en redes sociales por parte de algunos concejales son recurrentes, como así también los pedidos de informes sobre el funcionamiento de distintas áreas municipales y las críticas por lo que llaman la "falta de gestión en los barrios".
De cualquier modo, a estas alturas las cartas están sobre la mesa. La gestión actual seguirá firme con la intención de encontrar en el privado una solución casi inmediata para que se vean cambios en la postal de la ciudad, y si la coyuntura a nivel nacional no mejora, la situación de vulnerabilidad y marginalidad seguirá en aumento. También el conflicto social. El brazo no se dará a torcer ante reclamos considerados "injustos" por parte de cualquier sector y ante la ausencia de recursos económicos que contribuyan a realizar anuncios y posteriores obras de gran embergadura, las cuentas pendientes seguirán quedando tan pendientes como hasta ahora.
Leé también
Temas
Lo más
leído