Muerte prematura, una llamada anónima y un caso que se cerró después de 20 años
En 1997, tras el trauma generado por la sepultura del cuerpo de su hija nacida de forma prematura, la familia Cigarreta recibió un llamado que convulsionó aún más su vida: el cuerpo que habían inhumado no era el de Rocío. Lo que siguió fueron años de búsqueda, dos exhumaciones, juicios a periodistas y medios de comunicación y el cierre de un caso 28 años después.
Cuando Cristina Ortizá ingresó a una reconocida clínica de la ciudad el 23 de abril de 1997 y se le informó que se adelantaría el parto de Rocío jamás imaginó que tres días más tarde del alumbramiento, recibiría la peor noticia: Rocío había fallecido. La beba, nació por parto natural a los 8 meses de gestación y pesó 1.450 kilos por lo que quedó internada en Neonatología, donde falleció tres días mas tarde a las 11 de la mañana a causa de "una insuficiencia respiratoria grave y una hemorragia en el sistema nervioso central”, según el certificado de defunción.
Em medio del duelo, los Cigarreta eligieron no ver el cuerpo de la pequeña Rocío ni velarlo. "Estábamos destruidos", recordarían tiempo después en una entrevista con Página 12, por lo que un auto de una cochera privada llevó el cuerpo directamente al Cementerio Parque. Meses más tarde, la familia recibió un llamado que cambiaría su vida y daría lugar a uno de los casos más mediáticos de la historia reciente de Mar del Plata. Del otro lado del teléfono, una voz anónima le aseguraba que el cuerpo que habían inhumado en la tumba f542 no era el de Rocío, sino el de otra babé.
"La tumba a la que están llevando flores no es la de tu hija. La nena está viva, búsquenla", le aseguraban a Ortiza. La llamada cayó como un balde de agua fría. Pasado el shock inicial, junto con su pareja, Horacio Cigarreta, se presentaron ante la Justicia marplatense para denunciar el “robo de su bebé” y, tras ello, acudieron a todos los medios de comunicación, en los que aseguraban que Rocío había sido cambiada en la cínica al nacer. El caso rápidamente llegó a los medios nacionales en los que aseguraban que la recién nacida había caído en una red de trata infantil que triangulaba Mar del Plata con Buenos Aires y Posadas.
En el libro “Condena Perpetua”, Miguel Correa (1966 2012), médico encargado del parto junto a su colega Rubén Mielgo y la enfermera Isabel Ladisa, que fue imputado y luego sobreseído sospechados de la sustracción de la beba Rocío Cigarreta, explicaba que jamás había existido el supuesto cambio de bebés ni la red en la que se lo acusaba ser parte.
Tras la denuncia del matrimonio Cigarreta- Ortigoza se realizaron dos estudios de ADN sobre el cuerpo de la beba fallecida. El primero de ellos, dio resultado negativo, es decir que no había coincidencia genética entre el matrimonio y el cuerpo.
Lo que siguió es fue un amplio abanico de hipótesis. Se exhumaron cuerpos de otros bebés sepultados en fechas cercanas, se buscaron niños nacidos entre el 20 y el 28 de abril y se les realizaron estudios de ADN pero, el resultado siempre era el mismo: negativo. El caso continuó siendo un misterio hasta que se realizó un segundo ADN al cuerpo, que dio resultado positivo. Pese al último resultado, el misterio crecía en paralelo con la negativa del matrimonio a reconsiderar y aceptar la muerte de Rocío. A esto se sumó otro factor que alertó a los medios: la investigación llegó a la ex diputada Norma Godoy y a una ex secretaria de María Julia Alsogaray durante su gestión al frente de la Secretaría de Medio Ambiente.
Con el correr de los meses, el interés de los medios en el caso desapareció hasta que, en 2005, la causa cayó en en juzgado de transición Jorge Daniel Peralta que dispuso la continuidad del procedimiento para determinar si hubo manipulación en las diferentes muestras de ADN tomadas durante el proceso.
Luego de la declaración de la médica Ana Di Lonardo, del Hospital Durand, en la que la profesional explicó que la primera muestra le había llegado en sobre abierto, sin lacrar y sin el sello del secretario del juzgado interviniente, falencias que en su momento fueron consignadas en un acta que se adjuntó a la causa, peralta consideró que "la causa de la contradicción entre los primeros y los últimos ADN debe ser investigada judicialmente en cuanto a la posible comisión de un delito de acción pública, a cuyo fin deberá oficiarse a la Fiscalía General".
El magistrado también fue categórico al afirmar que "cualquiera sea la causa que provocó el error de los primeros ADN, los últimos estudios revelan contundentemente que Rocío había sido inhumada realmente en la sepultura I542". Por lo que sentenció el sobreseimiento definitivo en la causa de los imputados.
20 años más tarde, el caso Cigarreta volvió a acaparar los medios nacionales. Esta vez, porque la Justicia falló a favor de la presentadora televisiva Mirtha Legrand que había sido demandada por el matrimonio al emitir su opinión sobre el tema. La Justicia, consideró que María Rosa Martínez Suárez de Tinayre ejerció su derecho a expresarse libremente y no incurrió en delito alguno.
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