¿Cómo se vivió el “destape” en la primera temporada teatral de la democracia?
El verano de 1983- 1984 en Mar del Plata fue el inicio de lo que se conoció como el “destape”: teatro sin censura, música vibrante y artistas regresando del exilio. Escándalos, fotos polémicas y estrenos históricos marcaron la primera temporada democrática que cambió la cultura argentina para siempre.
La llegada de la democracia abrió las puertas a un tiempo de transición que sacudió al cine, al teatro y a la música. El fin de la censura, el regreso de los exiliados y la irrupción del “destape” marcaron un verano inolvidable en Mar del Plata.
El verano de 1983 - 1984 ofreció cerca de treinta títulos en cartel. Entre ellos, la obra Papi, de Carlos Gorostiza, dirigida por David Stivel, recién regresado del exilio, y protagonizada por Luis Brandoni, Marta Bianchi, Julio De Grazia y un joven Darío Grandinetti. La sala de setecientas butacas se llenaba dos veces por día: más de 45.000 espectadores fueron testigos de aquel fenómeno.
Otro título resonante fue Doña Flor y sus dos maridos, dirigida por José María Paolantonio. Ana María Cores, Adrián Ghío y Villanueva Cosse dieron vida a la historia de Jorge Amado. La crítica osciló entre el elogio y el escándalo: mientras algunos la calificaban de "deslumbrante versión teatral", otros la tildaban de "grosera sin ser erótica". Mientras tanto, la imagen de Ghío desnudo, cubierto apenas por un sombrero, recorría todos los medios.
Escándalos y tensiones
Pero la democracia no llegó de golpe. Hubo idas, vueltas y tensiones de todo tipo. En Buenos Aires, por ejemplo, el elenco de Doña Flor fue procesado por “espectáculos obscenos”, con penas de prisión de dos meses a dos años. Pese a la prohibición que acarreaba desde la Capital, en Mar del Plata la obra fue recibida en el teatro Odeón, hoy demolido, con Mirta Busnelli como símbolo de una época.
El productor Carlos Rottemberg también enfrentó problemas con la obra Segundo tiempo, de Ricardo Halac. La protagonista, Leonor Benedetto, venía de la exitosa telenovela Rosa de lejos. Por su parte, Arnaldo André llegaba a Mar del Plata luego del boom televisivo de Amor gitano. Una foto promocional de Benedetto y André, desnudos, pero cuidadosamente entrelazados, desató una denuncia judicial porque indignó a un abogado transeúnte que se sintió ofendido por el cartel de promoción. Este inició una demanda, mandó una sucesión de cartas documento y le dio más de un dolor de cabeza al productor. “Casi terminamos presos”, recordaría muchos años después Rottemberg.
Patotas y polémicas
Pero no todo era celebración. La obra El champán las pone mimosas, de Gerardo Sofovich, protagonizada por Santiago Bal y Luisa Albinoni, quedó marcada por la violencia. Afuera del teatro Regina, grupos de jóvenes acosaban y robaban a las actrices, obligándolas a retirarse escoltadas por patrulleros al finalizar la obra cada noche. La prensa bautizó a esos ataques como las “patotas de Mar del Plata”.
Música en ebullición
Aquel verano también fue un hervidero musical por lo que significaba y por los nombres de los y las artistas que hacían temporada en Mar del Plata. Por ejemplo, el 14 de enero, Charly García presentó Clics modernos en el hoy desaparecido estadio General San Martín, acompañado por Fito Páez y Fabiana Cantilo. Nos siguen pegando abajo o Los dinosaurios fueron la banda sonora de muchos en aquella temporada.
El ciclo Jockey Club Música 84 en el teatro Radio City reunió a figuras como Víctor Heredia, Celeste Carballo, Rubén Rada, Juan Carlos Baglietto y el uruguayo Alfredo Zitarrosa, que volvía del exilio y ofreció varias presentaciones también en el mítico Boliche de Chapa de San Lorenzo y Catamarca. También brilló Marilina Ross, con la fuerza de su himno Puerto Pollensa.
En otros escenarios se presentaron:
- Luis Miguel, con apenas 13 años, sorprendió en el Ópera.
- Los Twist sacudieron El Tronador y Frisco Bay, el boliche de Waterland.
- Virus presentó Agujero interior en el Teatro Diagonal el 19 de enero.
- Riff, liderado por Pappo, desbordó la sala del Teatro Diagonal también y obligó a retirar las butacas para protegerlas de sus seguidores, el 20 y 22 de febrero.
- Leonardo Favio estrenó un álbum con Madres de Mayo.
- Piero convocó a más de 13.000 personas con su canto popular y fue convocado por la Municipalidad para rendir un homenaje a Julio Cortázar en la rambla, que había fallecido el 12 de febrero de 1984.
El cine del destape
El Cine A, ubicado en una galería sobre la peatonal San Martín, anunciaba con orgullo: “Llegó el destape total con películas que estuvieron siete años secuestradas”. Volvieron a proyectarse los clásicos de Isabel Sarli y también se sumaron esa temporada títulos internacionales como Missing, de Costa-Gavras, y El crimen de Cuenca, de Pilar Miró, que estremeció por sus escenas de tortura. En el Ambassador se proyectó Casanova, de Federico Fellini.
Un verano que quedó en la memoria
Mar del Plata vivió aquella temporada como un verano irrepetible: entre la euforia democrática, los escándalos judiciales y la explosión artística, la ciudad se convirtió en escenario de un país que volvía a respirar. Fue el tiempo del destape, de la libertad recién conquistada y de un público que llenaba teatros y estadios con la certeza de estar viviendo historia.
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