Ex boxeador mató al amigo a puñaladas y lo condenaron a 15 años de prisión

La pena a Walter Omar Leiva se resolvió tras un juicio abreviado. El crimen de Pedro Molina sucedió en la habitación de un hostel en Santa Clara del Mar.

Lugar del crimen.

17 de Diciembre de 2025 15:12

Por Redacción 0223

PARA 0223

El ex boxeador que en marzo de 2021 mató a puñaladas a su amigo en el interior de la habitación de un hostel en Santa Clara del Mar y luego escapó en el auto de la víctima fue condenado a quince años de prisión tras la validación de un acuerdo de juicio abreviado en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1.

Si bien Walter Leiva se entregó el 8 de marzo de 2021 junto al abogado penalista Mauricio Varela en la sede de la Sub DDI Santa Clara, el crimen de Pedro Molina ocurrió entre las once y media del 5 de marzo de y las siete de la mañana del 6 de marzo en el interior de la habitación 6 de la Hostería Atlántida en la calle Marbella al 100 de la de la localidad de Santa Clara del Mar.

Leiva se entregó en la SubDDI de Santa Clara del Mar.

"Maté a un hombre, me quiero entregar", le dijo al abogado en una llamada telefónica, pero no pudo dar más datos a partir de una situación de consumo de estupefacientes. Según el profesional, fue la primera vez que en tantos años de trabajo encontró a alguien en ese estado: “Estaba con un shock emocional y no me supo transmitir cómo fueron los hechos", dijo  Varela en ese momento a 0223.

Según la investigación a cargo del fiscal Ramiro Anchou, Molina presentó ocho heridas de arma blanca en el lado izquierdo del cuello, en el hombro izquierdo, cuatro en hemitórax y antebrazo izquierdo, una en hemitórax derecho, una en abdomen anterior, otra herida puntiforme en mejilla derecha y una cortante entre pulgar e índice derecho. Las mismas provocaron una hemorragia masiva que produjo su muerte.

Habían consumido alcohol y cocaína.

Luego de haber dado muerte a Molina, Leiva, se apoderó ilegítimamente del automotor de la víctima, marca Chevrolet modelo Corsa dominio LPX-311, para darse a la fuga del lugar con dirección a la ruta provincial N° 11.  Ese es el motivo por el que el acuerdo presentado fue por los delitos de homicidio y hurto agravado por el uso de llave verdadera previamente sustraída en concurso real.

Tanto víctima y victimario habían compartido varios días previos con un consumo excesivo de alcohol y cocaína. Según Leiva, esa noche Molina intentó abusarlo sexualmente, lo vio  desencajado con el cuchillo en la mano y después tuvo solamente flashes de lo que pasó porque su estado mental era absolutamente nulo.

En la sentencia a la que tuvo acceso este medio, la jueza Paula Soulé sostuvo que de un análisis conglobado y teniendo en cuenta la ubicación de la víctima y las lesiones que presentaba, la disposición de la habitación y el mobiliario, la ausencia de lesiones por parte del acusado, la versión de Leiva no tenía correlación con las restantes constancias objetivas de la causa, descartando en este punto el forcejeo entre ambos y maniobras para apropiarse del arma blanca.

El cuerpo de Molina estaba en la habitación N°6.

La magistrada descartó cuestiones eximentes de la responsabilidad penal ni atenuantes, aunque valoró como agravante la nocturnidad en la medida que operó como un factor que facilitó la comisión del ilícito, impidiendo el auxilio de otras personas y en definitiva, colocó al autor en una mejor situación para la perpetración del hecho.

También valoró el abandono de la víctima en estado agonizante, el ocultamiento y descarte del arma y prendas de vestir en la medida que no sólo impidieron a los allegados de la víctima advertir su ausencia y que impidió tener material importante para dilucidar el crimen.

La Jueza declaró a Walter Omar Leiva autor penalmente responsable de los delitos de homicidio y hurto agravado por el uso de llave verdadera previamente sustraída, en concurso real, a la pena de quince años de prisión, con accesorias legales y costas. El vencimiento provisorio de la pena impuesta operará el 7 de marzo de 2036 ya que el causante se encuentra detenido de forma ininterrumpida desde que se entregó a la policía.