Se descompensó en un crucero y los médicos le salvaron la vida: la historia de la turista estadounidense internada en Mar del Plata

La mujer de 86 años se casó hace pocos meses y viajaba con su esposo de luna de miel en un crucero que recorrería el Atlántico Sur, pero tuvo que ser desembarcada por una emergencia médica y llegó a tierra intubada y con insuficiencia respiratoria. "Todos la trataron como si fuese su madre o su abuela", resalta su hija Carol sobre los profesionales del HPC, mientras su mamá sigue con la recuperación en un hotel.

Se descompensó en un crucero y los médicos le salvaron la vida: la historia de la turista estadounidense internada en Mar del Plata

17 de Marzo de 2025 20:01

Su acento inglés no pasa desapercibido en Mar del Plata. A dónde va todos le preguntan de dónde es y qué hace acá. Aunque dice que los quesos que probó son muy buenos y hay una variada oferta gastronómica, con una marcada influencia italiana, no vino de turismo. Está acá por otra razón: su mamá es la pasajera del crucero holandés que el viernes 7 de marzo tuvo que ser rescatada en altamar y fue llevada de urgencia a un hospital privado de la ciudad.

Carol Ann Preston es hija de Myrna Dennis y el martes pasado llegó a Mar del Plata desde Fredericksburg, Texas, donde vive. Después de una larga jornada en el Hospital Privado de Comunidad (HPC), la mujer oriunda de Estados Unidos se encontró con 0223 en la zona de Las Toscas y contó detalles del estado de salud de su mamá mientras la Luna llena del jueves por la noche iba tomando un tono rojizo por el eclipse total, un fenómeno que no se quería perder y se aprestaba a fotografiar. Un hobby que - cuenta - tiene hace mucho tiempo.

Una fotografía tomada por Carol, el miércoles por la noche, antes del eclipse.

El viaje soñado de luna de miel que terminó repentinamente

Contadora y madre de cuatro hijos, Myrna, de 86 años, contrajo matrimonio en julio pasado con George Barett, un profesor de física. Para revalidar el amor, durante meses planearon el viaje soñado: un mes en el crucero Oosterdam, de bandera de Países Bajos, que los llevaría de Montevideo a las Islas Malvinas.

El martes anterior volaron en avión de Florida a Buenos Aires y el jueves siguiente - presume Carol - abordaron la embarcación en Uruguay. El matrimonio estadounidense permaneció poco más de un día en el crucero cuando por la noche se produjo el incidente: habían terminado de cenar cuando Myrna empezó a acusar problemas respiratorios. "Llamaron al 911 en el barco. Recibió excelente atención. El problema fue cuando tuvieron que traerla a tierra porque estaba intubada", razona.

Alternó los primeros días con altibajos pero logró dejar el área de terapia intensiva y este sábado finalmente abandonó el HPC. "Ella está mucho mejor que cuando la trajeron aquí. Estaba intubada porque no podía respirar. Creían que tenía un ataque al corazón, y parecía que lo tenía, pero no lo tuvo", cuenta. En realidad, Myrna llegó al hospital con un leve cuadro de neumonía y una arritmia.

La turista fue intubada y traslada al HPC.
Una embarcación del crucero Oosterdam trasladó a la mujer hasta el club motonáutico del puerto

Carol estaba en la cocina de su casa en Texas, cuando George la llamó por teléfono para avisarle. Dice que mientras volaba a Buenos Aires "siguió creyendo" en encontrarla con vida mientras intercambiaba algunos mensajes con ella, pese a que en su familia hay antecedentes cardíacos: su hermano murió hace cuatro años de un ataque al corazón y su abuelo falleció, de la misma forma, cuando tenía 52 años. "Ese era el miedo", sostiene con su marcado acento estadounidense.

"Ella camina todos los días. Le gusta el vino tinto en la noche, pero es muy saludable, jaja. Ahora necesita cuidarse para poder viajar. Los médicos están intentando reducir el riesgo de que sufra un infarto. Es un proceso largo. Ahora queremos poder llevarla a casa", afirma mientras toma una Mirinda y come una pizza pepperoni sentada en una de las mesas de afuera de un restaurante de Sarmiento y Patricio Peralta Ramos, a media cuadra del hotel donde se hospeda.

Carol con su madre y su padrastro.

Agradecida de por vida

Carol confiesa que desde el primer momento en el que pisó el HPC el domingo pasado percibió la calidad humana y profesional que hay en el establecimiento de Córdoba 4545. "El reencuentro fue emocionante. Ella estaba llena de lágrimas. Los médicos, enfermeras y residentes son tan increíbles. Todos son maravillosos. Le salvaron la vida. Tienen mucha amabilidad y amor. La trataron como si fuese su madre o su abuela", resalta con la confianza de pronto retornar a casa.