Una vida dedicada a la solidaridad: la historia de Patricia Coria, la mujer que visita a los pacientes que no tienen a nadie

Cada Navidad es común verla recorrer comedores, hogares y hospitales vestida de Santa Claus repartiendo juguetes. Desde enero, además realiza visitas a personas que se encuentran internadas en el Higa y no tienen a nadie que responda por ellos. Hace años, Patricia Coria es una referente del trabajo solidario silencioso en Mar del Plata.

Hace años, Patricia Coria es una referente del trabajo solidario silencioso en Mar del Plata.

23 de Marzo de 2025 08:10

Cuando aquella Navidad de 1997 Patricia Coria se puso un disfraz de Santa Claus y empezó a repartir juguetes a los niños del barrio Belgrano, supo que era un “camino de ida”. Desde entonces, no dejó de realizar acciones solidarias en comedores, hogares y hospitales para fechas puntuales y, desde el mes de enero de 2025, visita una vez por semana a pacientes desvalidos del Hospital Interzonal General de Agudos (Higa) y además de ropa y calzado, hace una visita a quienes no cuentan con familiares que respondan por ellos.

“Hago todo a pulmón, en el Hospital ya me conocen, me dicen Papá Noel”, cuenta la mujer a 0223 mientras explica que en las salas de internación del nosocomio “hay mucha gente que necesita y hay muchas historias”.

Su interés por asistir de alguna manera a los pacientes del Higa surgió en su juventud, porque tenía amigas que estudiaban enfermería y realizaban las prácticas allí. Entonces, en las charlas le comentaban la realidad que les tocaba ver en las salas de internación. “Me decían que necesitaban pañales, que había gente que no tenía calzado o ropa o que estaban solos en el hospital y yo empecé a juntar (donaciones) para ellos y se las acercaba, y en enero de este año conseguí un permiso para poder entrar al hospital y llevar personalmente las cosas”, explica.

Entonces, cada jueves, Patricia recorre todos los pisos que cuentan con salas de internación y acerca personalmente a los pacientes ropa, calzado, mantas o pañales. “Cuando voy les pido a las enfermeras que me digan cuáles son los pacientes que no reciben visitas y me dicen en la habitación tal, cama tanto. A veces pasa, como la semana pasada, que fui a visitar a un paciente y una chica que estaba con un señor internado en la cama de al lado me preguntó si no tenía un par de ojotas”, dice, al tiempo que señala que las trabajadoras también suelen indicarle cuando hay casos de personas en situación de calle que se encuentran aislados por su patología y necesitan algo puntual y, sin dudar, Patricia deja su granito de arena.

“Toda mi vida hice esto, desde que mis hijos eran chicos”, dice la mujer mientras recuerda que en la década del 90 tuvo una visión: cuando tenga su casa propia, se dedicaría al trabajo solidario. Y así fue. Tiempo después, con sus hijos ya grandes, Patricia pudo cumplir el sueño de la casa propia y destinó un sector de la vivienda que adquirió en el barrio Las Dalias a acopiar donaciones que luego distribuye. “Muchas veces soy intermediaria. Cómo en el barrio me conocen y saben que me muevo buscando donaciones, me dicen: tal persona necesita una silla de ruedas. Y me pongo en campaña”, cuenta con una sonrisa.

Actualmente, Patricia intercala su trabajo como vendedora de indumentaria y chocolatería con acciones solidarias. Así, en su tiempo libre arma packs para entregar acorde el caso. Por ejemplo, para llevarlos luego al materno cada pack consta de prendas de vestir y pañales para los más chicos, o juguetes, dependiendo la época del año, y para los adultos lleva productos de higiene personal, ropa liviana y calzado o pañales para adultos.  

Para Patricia, es importante destacar que entre visita y visita al Higa y al Materno Infantil se dedica a recolectar donaciones. "Lo que más necesitan son pañales y productos de higiene personal", cierra la mujer, que ya comenzó a diseñar su trabajo con vistas a la proximidad de las celebraciones de Pascuas.